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Otro concepto básico se relaciona a la contabilidad que ofrece la metodología mediante la cual la información de un producto es registrada, clasificada, interpretada y comunicada; esto con el fin de que sea utilizada por los gerentes, inversionistas, autoridades gubernamentales y otras personas y empresas, como ayuda para la toma de decisiones en cuanto a su asignación y utilización.
En sistemas eléctricos lo que se tiene se puede tener, se va tener y de lo que se puede vender es registrado en un Plan Energético Nacional, implementado como política de Estado.
Dónde quiero llegar con estas dos definiciones, y sin ánimos de criticar, es con la ligereza que nuestro presidente de la República visita Chile y ofrece, entre otros productos, energía eléctrica, pero resalta “en nuestro país no se tiene un Plan Energético Nacional”, que significa afirmar que la contabilidad de la energía disponible en un lapso razonable es desconocido, y si es así, ¿cómo se puede ponerla a la venta?
Muchos compatriotas dirán: ¿pero acaso no tenemos Itaipú y Yacyretá? Sí los tenemos, pero sus Tratados impiden la venta de su energía a terceros países distintos de los signatarios de la sociedad. Entonces nos sobra Acaray, que también es verdad; pero para la venta de su energía se necesita, como dice la primera definición, de medios conductores para transportarla.
Buscando caminos ofrecidos por líneas de transmisión existentes entre la fuente y el comprador, nos adentramos en el sistema interconectado argentino y verificamos que en la zona de frontera con Chile solo existen líneas de 132 kV, de capacidad de transporte desconocido (para nosotros), pero que por su nivel de tensión debe rondar los 30 a 35 MW.
Estas líneas deben atender la demanda de las ciudades argentinas de la región, pero la pregunta obligatoria es: ¿tienen capacidad para recibir energía del Paraguay? Sin temor a equivocarme puedo afirmar que no.
En conclusión, primero, si no sabemos cuánto de nuestra energía disponible se puede negociar y si no hay medios conductores para transportarla hasta Chile, ¿cómo nuestro Presidente puede hacerles una oferta de este producto? Como mínimo le resta credibilidad.
Segundo, el Plan Energético Nacional ya es impostergable, como son impostergables las ideas innovadoras para la renegociación del Anexo C de Yacyretá primero y de Itaipú después. Construir Aña Cua o aumentar el número de unidades en Yacyretá sin un giro de 180 grados en su contenido puede ser lamentado por la nueva generación durante otros 40 años.
(*) Exdirector de la Entidad Binacional Yacyretá