Un ciclo cargado de expectativas se inicia en la Itaipú Binacional

Conocida la Alta Estructura Administrativa a instalarse en la entidad, se estima una expectativa de gestión, en este caso es el octavo titular del ente que accede a este privilegiado cargo, obviamente el voto de confianza es lo que la norma de convivencia humana sugiere en estos casos a favor del designado por el Presidente de la República del Paraguay actual.

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Posiblemente estará acompañado de una comitiva integrada por personas de “confianza”, seguramente los visitantes deberán tomarse su tiempo para el reconocimiento del terreno binacional, de las particularidades propias de este megacomplejo generador más grande del mundo, el manejo del Recurso Humano también será un tema pendiente, la falta de elementos de reposición y transferencia de conocimiento de alta complejidad técnica es otro asunto a corregir, los malos vicios y las altas sospechas de corrupción en los diversos rubros de servicios y dependencias se han apoderado de la empresa en los últimos tiempos.

El desprestigio que hemos heredado los empleados de carrera y trayectoria de la Itaipú de parte de los periódicos administradores externos, que llegaron con las mochilas llenas de alta reputación, quienes finalmente nos dejaron la pesada sensación de ser incompetentes y desleales ante nuestra propia institución, nuestra fama nos birla la posibilidad de ser distinguidos en dirigir nuestros propios destinos.

El nuevo titular de la entidad, acompañado de los demás directores de área, tendrá el arduo desafío de ordenar primeramente la desproporcional distribución del organigrama, donde el reconocimiento de la carga de experiencia y la pasión por la bandera institucional han quedado en el depósito del subsuelo de la empresa.

El apreciado lector de este espacio percibirá cierto desconsuelo institucional en mi expresión, es que deben comprender que por mi naturaleza técnica y de dirigente gremial que me traiciona y es hasta mi obligación incluso reivindicar, con absoluto convencimiento, a la casta profesional, conocimiento de la cultura energética binacional y alto sentido de pertenencia innegociable de la mayoría de mis compañeros de oficio de la central. Sin embargo, finalmente seremos los versados de nuestro terreno los que en segunda, tercera y en donde nos corresponda actuar, estaremos orientando el rumbo de esta fabulosa obra, única en su género, la Itaipú Binacional.

Nueva política sobre la deuda de Itaipú

Resulta que este tema genera disparidades de criterios, incluso entre principales actores de nuestro medio, en algunos casos se asumen picantes insinuaciones de corte personal en este prestigioso medio.

Sostengo que los debates sanos, con criterio respetuoso de las ideas contrapuestas, son los medios adecuados para concluir una posición única ante nuestra contraparte, obviar la idea de búsqueda de culpables en instancias pasadas me parece un camino amigable para apuntar a un mismo norte en la concreción de mejores ventajas para nuestro país.

A más de mi evaluación precedente, recordemos que el nuevo Gobierno deberá bajar el martillo e indicar la política a seguir en cuestiones bilaterales, en este caso en particular, en lo referente a las gestiones ante el Brasil, de una posible revisión de los números, que en su contexto conforman la deuda de la Entidad, incluso ello no implica ninguna obligación de nuestra contraparte de reconocer nuestra posición; es más, es una oportunidad de despejar dudas mediante una discusión franca y como antesala a las futuras negociaciones del Tratado de Itaipú.

Me permito advertir a la ciudadanía paraguaya que la Carta Magna de la Entidad no establece plazo de vencimiento del contrato en ninguna de sus cláusulas, apenas menciona en el artículo XXV: “El presente Tratado entrará en vigencia a partir del canje de los instrumentos de ratificación y tendrá validez hasta que las Altas Partes Contratantes, mediante nuevo acuerdo, adopten la decisión que estimen conveniente”.

El observador se percatará de que no se establece término alguno de vigencia, únicamente la cláusula 6ª del Anexo “C” dispone: “Las disposiciones del presente Anexo serán revisadas, después de transcurrido un plazo de cincuenta años a partir de la entrada en vigor del Tratado, teniendo en cuenta, entre otros conceptos, el grado de amortización de las deudas contraídas por la Itaipú para la construcción del aprovechamiento, y la relación entre las potencias contratadas por las entidades de ambos países”.

Percibo que en breve se visualizarán las directrices del superior gobierno con relación a los asuntos binacionales pendientes y que se instalaron, en la consideración ciudadana, el complemento de ideas, experiencias, mentes brillantes y una posición fundada de nuestros negociadores abrirán un halo de fe y esperanza de un futuro mejor para nuestros compatriotas, la Itaipú binacional podría convertirse en un formidable puntal del desarrollo económico-social, en especial en el área de influencia de la entidad.

Aguardamos blindarnos de las fuerzas exógenas que hasta la fecha han repasado por las antesalas de las direcciones de la empresa con sus negras carpetas de propuestas indecentes, que encontraron terreno fértil para despojar de millonarias sumas de dinero mal habidos de manera alevosa, indecente e impune.

La expectativa crece, estimamos la instalación de un nuevo rumbo, rostro y criterio en la binacional, la ansiedad se apoderó de los pávidos, en breve se conocerá si sobreviven o si el timón se les escamoteará.

Plazo

Me permito advertir a la ciudadanía paraguaya que el tratado no establece su plazo de vencimiento en ninguna de sus cláusulas.

Anexo C

El observador se percatará de que no se establece término de vigencia alguna, únicamente la cláusula 6ª del ANEXO “C”.

(*) Secretario general del Sindicato de la Dirección Técnica de la Itaipú Binacional (Sinditaipu)

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