Un caso cerrado

Apreciados amigos, realmente me asombra la concentración y dedicación que destinó un colaborador de este prestigioso espacio económico a mi persona, más aun con el ensañamiento y resentimiento con que descargó sus agravios, con términos descalificadores, ofensivos y brutales, todo en una alianza convocada para una emboscada sincronizada.

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Supongo que con el objetivo de intentar desacreditar mi figura ante mis seguidores, amigos, compañeros laborales y ante todos los que me tienen estima.

Antes que replicar los improperios, prefiero mantener mi línea de conducta y no caer a un nivel vulgar de injuria hacia mis semejantes.

Rechazo cualquier tipo de intriga, agresión y chabacanería personalizada como método de convencimiento; me refiero a la inmisericorde y soez expresión en perjuicio de mi honor y reputación, ocho días atrás.

Un método inapropiado

En los años que oficio como dirigente gremial en la Itaipú Binacional he librado todo tipo de batallas, el conglomerado de nivel y categoría de trabajadores y altos gerentes que participan de los eventos cotidianos exponen sus ideas y actúan en forma acorde generalmente a su grado de orientación y equilibrio emocional, que proceden de la calidad de educación que hayan desarrollado.

Convertir una discusión en una contienda entre paraguayos y peor aún cuando la difamación proviene del propio colega laboral, en contra de un compañero de camino y no en oposición de ideas, me parece un método inapropiado.

Por si faltara indiscreción y despropósito, el escritor involucra a autoridades políticas partidarias y gubernamentales que nada tienen que ver con su descontrolada cólera.

Una reacción irracional e injustificada, más aún considerando nuestro desempeño en un mismo recinto, en nuestro habitual diálogo siempre le he dispensado un trato cortés, educado y de respeto. No creo merecer este tipo de atropello incendiario y que no sea posible un entendimiento a través de una discusión con cordura como corresponde entre caballeros de buena Ley.

Disculpas

Con las disculpas a mis seguidores, que esperan un aporte de mis conocimientos sobre el funcionamiento de la central hidroeléctrica, me veo chapoteando en este lodazal, esta única vez y hasta que este prestigioso medio me permita continuar con mi colaboración genuina, respetuosa y con convicción, sin mutilar mi estilo y sin quiebre del blindaje de acero de mis propios conceptos, instalados en la profundidad de mi mente, me centro en estas rencillas.

Antecedentes

Aclaro que en mi vida privada, hasta el presente y en mis 19 años de trayectoria en la Itaipú, nunca recibí amonestación, sanción y menos aún castigo o condena alguna en el ámbito administrativo de la empresa, ni en los fueros laboral, civil y/o penal de la justicia ordinaria, ni tan solo por una sospecha de algún acto que se aproxime a una premeditación, violencia o dolo, es cuestión de verificar mi antecedente.

Sinditaipú

Me han honrado con la máxima representación del Sindicato de la Dirección Técnica de la Itaipú Binacional, donde se aglutina a manuales, técnicos y profesionales de alta jerarquía, hoy muchos de ellos se desempeñan como brillantes gerentes del ente.

Mi deuda y compromiso, en principio, debo a mi Junta Directiva y por extensión a mis afiliados, son los que juzgan mis actos de manera permanente en la empresa, y no será que de un plumazo se arruine mi sacrificio.

Además de la rama de Ingeniería, me gradué en las carreras de Ciencias Sociales y Jurídicas y Notariado Público. Conozco el capítulo del Código Penal que ampara mi honor, principalmente si se convierte en una campaña sistemática de desprestigio a mi imagen.

Jamás, porque me parece una turbación y bajeza, ventilaré públicamente información que me hayan confesado y/o confiado compañeros de trabajo, dirigentes gremiales y sindicales, gerentes, directores, autoridades partidarias o gubernamentales en carácter privado o confidencial, incluido de parte de mis verdugos ocasionales.

Supuestamente la chispa que detonó la furia explosiva del agresor es por haber firmado un comunicado de fecha 15 de setiembre del 2013 en este mismo diario publicado por cinco sindicatos.

El documento fue corporativo y me hice cargo en ejercicio de mis atribuciones establecidas en la Constitución Nacional, el Tratado de la Itaipú, las Leyes nacionales, el Código Laboral paraguayo, los estatutos sociales de la organización que represento y el Contrato Colectivo de Condiciones de Trabajo vigente entre la patronal y los sindicatos.

En cuanto a mi pretensión de ocupar un cargo gerencial en la empresa, no lo he ocultado en ningún momento, como el derecho que le asiste a cualquier trabajador, mi carrera, antigüedad y trayectoria profesional me avalan; no creo que sea un pecado, mientras no sea a costa de daño a los demás.

Tres reglas

Recomiendo tres reglas para obtener el crédito que gané ante la sociedad; desarrollar conocimiento, capacidad y constancia de objetivos.

Finalmente, este tópico de mi vida para mí es un “caso cerrado”, temas de mucho interés nacional aguardan nuestra atención, me aferro a la sensatez, cordura y trato digno entre los seres humanos.

A otro asunto

Luego de una inocua distracción, recordemos que cada componente del Costo del Servicio de Electricidad tiene su correspondiente antecedente y criterio evaluativo, conforme a la apreciación del Anexo C, Tratado de Itaipú; sin embargo, el inesperado lance redujo mi tiempo y espacio y me obliga a posponer la entrega de nuestro examen, la templanza se fortaleció y las propuestas estarán a vuestra consideración en breve.

(*) Secretario general del Sindicato de la Dirección Técnica de la Itaipú Binacional (Sinditaipú)

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