Tercer eje: el uso pleno de nuestra energía

Hemos incursionado en esta serie con ideas concretas que un estadista podría capitalizar para lograr el desarrollo nacional. El que lo haga podría convertir sus dotes de oro en el metal más noble que el hombre ha establecido para su inmortalidad, el bronce. Este aparente mal negocio es la metáfora del reconocimiento humano.

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Para concretar el pacto social, el pacto político y llegar al uso pleno de la energía, también metáfora de la sustitución de importaciones y la industrialización primaria, no obstante, debemos cumplir algunos requisitos básicos de justicia humana. Me permito hacer eco de algunas sugerencias de un líder mundial, las cuales llegaron en mi buzón electrónico y dicen ser de un chino. Omito su nombre por si la fuente no sea verdadera. La intención de esta cuasi paráfrasis es hacer mía las intenciones de este anónimo internauta.

1. Castigos severos y confiscación de bienes para narcos y criminales peligrosos

Un verdadero gobierno no puede ser un hipócrita legal y un embustero social. Tiene que desterrar a jueces corruptos, fiscales venales y policías delincuentes. La rotación no basta, solo incentiva. El criminal no puede ser tratado como una celebridad, los reincidentes han tenido su oportunidad de cambiar y no lo han hecho; entonces se los debe sacar de circulación. La eliminación de los criminales más peligrosos infundirá temor entre los iniciados. Decía Rodríguez de Francia: “No es la pena de muerte la que disuade al criminal, sino la forma como se aplica”. ¡Basta de encubrir a narcotraficantes que están destruyendo a nuestros jóvenes, nuestra política y nuestra democracia!

2. Castigo severo a políticos corruptos

El Paraguay tiene las tasas más altas de corrupción en el mundo. Es porque no se castiga a los que elaboran las leyes y al que las debe aplicar. No existen burócratas arrestados por diezmar las arcas públicas, ni tampoco por ocupar varios cargos con toda su parentela. La impunidad es la más nefasta de las corrupciones, pues castiga a la esencia misma de la democracia y la libertad. No existe ninguna razón para no robar porque todos los crímenes se han relativizado y generalizado. Ya no existen pecados, y mucho menos contra el Estado.

3. Multiplicar la inversión en educación

Un país que quiere crecer debe producir los mejores profesionales del mundo y esto solo es posible si el Estado invierte por lo menos cinco veces más en educación. Si no se capacita al recurso humano, este quedará desfasado del mercado. No olvidemos que la mano de obra es uno de los factores esenciales de la producción. Las universidades de garage, que han inundado la sociedad con abogados, enfermeros y médicos de cuarta, han destruido el concepto de la formación terciaria.

4. Reducción de impuestos y reforma fiscal inmediata

La carga fiscal en nuestro país está mal distribuida. Los que más ganan, pagan menos. En la mayoría de los casos es confiscatoria, injusta y desordenada. Si no hay un cambio drástico, las empresas no podrán competir en los mercados internacionales y el mercado interno también se estancará.

5. Reducción de un 80% del salario de legisladores y políticos profesionales

El cargo de senador y diputado debe ser honorario. A lo sumo debe tener una dieta parlamentaria equivalente al salario mínimo. Estos cargos políticos son el final de una carrera de servicio. En la antigua Grecia y Roma estaba destinada a los ciudadanos honorables y a los héroes de mil batallas y servicios a la patria.

6. Desburocratización

Con el Programa Umbral, iniciado durante el gobierno del presidente Nicanor Duarte, las 80 ventanillas necesarias para abrir un negocio o empresa, fueron reducidas a 25. Aún siguen siendo exageradas en gestión y tiempo. China es actualmente el mayor exportador de bienes manufacturados en el mundo, superando, incluso, a los EE.UU.; lo logró desburocratizando su comercio interno y externo.

7. Inversión pública en infraestructura, ciencia y tecnología

Faltan más inversiones en infraestructura, educación, cultura, y prácticamente en todas las áreas relacionadas con el desarrollo. El Estado no existe en algunas regiones “liberadas”, donde se cultiva marihuana como mandioca, se trafica cocaína como caramelo y se vive como en la frontera mexicana. El intendente, el fiscal, el juez y el concejal forman una asociación ilícita que desgana, infunde miedo y desbarata cualquier intención de desarrollo.

El país produce toneladas de abogados de mala calidad y pocos ingenieros probos. La tecnología médica está decayendo por culpa de las “universidades” nocturnas de poca monta que regalan títulos hasta por correo.

Tomé estos tres ejes porque creo que son los básicos. Algunos politólogos encontrarán otros, los sociólogos y economistas lo desmenuzarán en normas administrativas, tributarias; y los abogados lo pondrán en un marco llamado ley, pero todos coincidirán que la peor pobreza es la mental.

En fin; desarrollar un país requiere de un solo hombre de verdad y algunos seguidores valientes que tengan principios y valores. En una república representativa se llama presidente y su gabinete; el resto de la población lo apoyará y lo dejará en la historia. En muchas de las ponencias he usado la Biblia como fuente de inspiración porque es una de las más antiguas fuentes de economía, derecho y ciencia humana conocida. Además porque como dice el profeta Isaías: “Sécase la hierba, marchítase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.

* Ing. agrónomo, electricista y máster en Planificación y conducción estratégica nacional.

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