Superando un año de claroscuros

La débil recuperación de la economía de la UE, en la que estaban puestas todas las esperanzas al inicio del año, ha dejado paso a la preocupación ante el estancamiento y por ello la atención se centra ahora en el plan europeo de inversión y en si será suficiente para apuntalar el crecimiento y el empleo.

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Tras salir el año pasado de la recesión más grave de su historia, la eurozona arrancó 2014 con incipientes signos de mejora económica, lo que confirmaba, en opinión de gobiernos e instituciones, que la economía de Europa por fin comenzaba a repuntar, informó EFE desde Bruselas.

El susto, y el temor a una tercera recesión, llegó en el segundo trimestre, cuando la economía de la eurozona se estancó, lastrada por la mala evolución del PIB de Alemania, Francia e Italia, un dato que sin embargo tampoco pudo revertir el crecimiento de España.

La sensación de que la crisis parecía por fin haber quedado atrás dio paso a una apreciable preocupación en los pasillos del poder.

Por suerte el PIB de la eurozona volvió a registrar un modesto crecimiento en el tercer trimestre y proporcionó un suspiro de alivio a los países.

Francia e Italia, este último país en recesión, elevaron sus voces para pedir más tiempo para cumplir los objetivos de déficit y más inversión, respectivamente, reactivando el debate dentro y fuera de Bruselas sobre la necesidad de un cambio de estrategia.

Gran proyecto

El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, entendió el mensaje y adelantó el anuncio de su gran proyecto: un plan de inversión pública y privada con el que quiere movilizar unos 315.000 millones de euros para financiar proyectos de infraestructuras de transporte, banda ancha y energía o de investigación, entre otros.

El político luxemburgués quiere que Europa “pase página” con este plan, al sumar la inversión a la estrategia centrada hasta ahora solamente en la consolidación fiscal y las reformas.

El “Plan Juncker” pretende impulsar el PIB de la Unión Europea (UE) en hasta 410.000 millones y crear hasta 1,3 millones de empleos en los próximos tres años.

También hace un guiño a los países y, para no perjudicar la débil recuperación, las eventuales contribuciones de los Estados miembros al vehículo de inversión que se creará en el Banco Europeo de Inversiones (BEI) no contará para el déficit. La idea que hay detrás del “Plan Juncker” es no generar más deuda y por ello recurre a la ingeniería financiera: Con solo 21.000 millones de euros de dinero público (que incluyen una garantía para cubrir eventuales pérdidas) esperan conseguir quince veces más a través de inversiones privadas.

Susto

El susto, y el temor a una tercera recesión, llegó en el 2° trimestre, cuando la economía de la eurozona se estancó, lastrada por un magro crecimiento del PIB.

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