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El destacado profesor del Columbia Vale Center concluyó que tanto la deuda de la entidad binacional como el precio que Brasil paga por la electricidad paraguaya, de la que se apropia indebidamente, son groseras estafas que se traducen en el incontenible crecimiento de la pobreza extrema del Paraguay.
Concomitantemente, la corrupción imperante en la petrolera estatal Petrobras y en la multinacional Eletrobrás compromete seriamente al que fuera el Gobierno brasileño de Luiz Inácio Lula da Silva, máximo exponente del Partido de los Trabajadores. Un partido, verdadero barril sin fondo, cuyos mejores esfuerzos están dirigidos a la obtención del dinero fácil de los proveedores estatales para financiar sus campañas y hacer prósperos a sus venales dirigentes.
No obstante, la justicia brasileña, reconocida por su credibilidad, tomó cartas en el asunto encarcelando al tesorero del PT y consejero ad eternum de Itaipú João Vaccari Neto. También está entre rejas, por decisión de la justicia, Valter Cardeal, expresidente de la Eletrobrás, acusado de exigir retornos millonarios a las empresas contratistas.
En lo que va del proceso de investigación, la Justicia brasileña ya puso a buen recaudo a los principales dueños de las empresas proveedoras de servicio en el ámbito de la construcción de obras públicas. También fueron recluidas las partner –parejas– en los sobornos habida cuenta que el tango se baila entre dos.
La tambaleante Dilma Rousseff tiene que soportar, además, que tenedores de acciones de la Eletrobrás –multinacional brasileña que cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York con pretensiones de ser la única dueña de Itaipú– demanden a la empresa multinacional brasileña en una Corte Federal de Manhattan.
Para James Spalding, director paraguayo, la empresa mixta brasileña no afecta directamente a la entidad binacional, a pesar de ser la otra propietaria de la empresa Itaipú. No obstante, si en la demanda solicitada en la justicia norteamericana ganan los demandantes, la calificación financiera internacional de la hidroeléctrica caerá como un castillo de naipes.
Entonces, ni el reconocimiento de alguna revista internacional del retorno sobre la inversión puede de momento calafatear el buque insignia Itaipú. En este punto, el costo del servicio de electricidad, según el Tratado, debe ser igual al costo operativo de la entidad binacional. Una perfecta ecuación que impide a la entidad binacional ranquear como primero entre las empresas de mayor retorno.
Es preciso acotar que en las negociaciones del año 1997 se incluyó como deuda de Itaipú a la Eletrobrás unos US$ 4.193,5 millones. La enorme cifra, aceptada como pasivo por nuestros negociadores, sin embargo, fue rechazada de plano, en su oportunidad, por la Contraloría General de la República, a cargo de Octavio Airaldi y por la Comisión Bicameral del Congreso Nacional.
Si la Eletrobrás estuviera incluyendo como su patrimonio la “deuda espuria”, la ley Sarbanes Oxley –que protege al inversor de fraudes monitoreando las empresas que cotizan en bolsa de valores para impedir que las acciones sean alteradas en su valor –puede caerle con todo su vigor a la multinacional brasileña arrastrando al Gobierno de Dilma.
Es probable que la emisión de bonos en el mercado internacional para financiar la actualización tecnológica de la usina ya no corra. También la buena intención de abaratar la deuda con Eletrobrás quedaría en aguas de borraja.
El camino, archisabido por los popes de Itaipú, es el recomendado por Jeffrey Sachs. Debiera interesarse Spalding y el Consejo de Administración y no esperar hasta el 2023 –o que los estudiantes de la secundaria y de la UNA tomen conocimiento de la abdicación– para cancelar definitivamente una deuda suficientemente honrada hace años.
La prolongada permanencia de Vaccari Neto, como miembro del Consejo de Administración de Itaipú, decidió al Tribunal de Cuentas de la Unión del Brasil fiscalizar las cuentas de la entidad binacional. La participación del Consejo de Administración es el principal objetivo. El TCU se centrará en investigar el flujo de información entre sus miembros y la Eletrobrás.
El creíble TCU está decidido a aclarar las cuentas realizando una completa fiscalización de los números de la Itaipú Binacional.
Si el TCU consigue, como se espera, destapar la olla quedaría en evidencia la conocida complicidad de nuestros inanes consejeros, subordinados a la margen izquierda.
Abrigamos la esperanza, aunque vergüenza nos dé, que el “primaverazo estudiantil” –ya que la amodorrada ciudadanía nunca se interesó– pudiera exigir al Gobierno la destitución de estos prósperos funcionarios, como medida inicial para recuperar nuestra soberanía energética y para acabar con la corrupción enquistada en la binacional generando más pobreza y más miseria.
Estafas
Jeffrey Sachs concluyó que la deuda de la binacional y el precio que Brasil paga por la electricidad paraguaya, de la que se apropia..., son groseras estafas.
Caerá
Si en la demanda ante la justicia norteamericana ganan los demandantes, la calificación financiera internacional de Itaipú caerá como un castillo de naipes.