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La seguridad alimentaria es el estado en el cual todas las personas gozan, en forma oportuna y permanente, de acceso a los alimentos que necesitan, en cantidad y calidad para su adecuado consumo y utilización biológica, garantizándoles un estado de bienestar que contribuya al desarrollo humano, nos decía la ingeniera agrónoma Mónica Gavilán Jiménez, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), durante una reunión de trabajo que propusimos para conocer el camino que aún nos falta recorrer como país para lograr una seguridad alimentaria. Gavilán Jiménez realizó un interesante trabajo junto a otra colega suya, Elisa Ferreira Pérez.
El perfil alimentario de la población paraguaya muestra que comemos más mandioca, maíz, leguminosas, (poroto, arveja, chaucha), aceite, grasa, etc. En contrapartida, comemos menos trigo y subproductos (galleta, fideo, pan, pastas), frutas y verduras en cantidad y calidad, carne vacuna, azúcar, leche, excepto queso.
Coincidiendo con lo encontrado en las últimas décadas, se apunta que cuando se trabaja con promedios muchas veces se esconden situaciones reales. En ese contexto, se encontró que: ?60% de las familias paraguayas tienen un consumo excesivo de calorías, ?20% tiene un consumo normal y ?20% tiene un consumo deficiente.
Posición ideal
La posición ideal es que el Estado provea alimentos a las personas que realmente necesitan. Dentro de ese marco de seguridad alimentaria está el Programa Nacional de Alimentación Integral que actualmente asiste a niños con desnutrición diagnosticada en doce departamentos del país. La idea es que con este programa se pueda asistir a niños menores de cinco años que es el grupo vulnerable principal a atenderlos para el desarrollo cerebral y físico, además de asistir a mujeres embarazadas. Se requiere de una base alimentaria que cubre leche fortificada con macro y micronutrientes para lograr que un niño o la mujer embarazada en estado de desnutrición salga de esa situación. Lo que se pretende es que se pueda cubrir al 100% de niños menores de 5 años, sobre todo, llegar primero a los 17 departamentos lo necesiten o no. Obviamente para encarar esta amplia campaña se requiere de recursos financieros suficientes que nuestras autoridades deben proponerse obtenerlos teniendo en cuenta que será mucho menor comparado con lo que se puede gastar en salud a largo plazo para atacar las consecuencias del problema. Esto, sin dudas, tiene que formar parte de una política de Estado y no de una política de gobierno.
Se debe reforzar el Plan Nacional de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Planal) que es una respuesta a las condiciones de vulnerabilidad de cerca de 40% de la población del país, los elevados índices de prevalencia de la desnutrición, malnutrición y enfermedades de base alimentaria, el clima de inseguridad en el campo, los indígenas en situación de calle y mendicidad, las 150.000 fincas campesinas con bajo retorno económico al trabajo familiar, las miles de familias del campo y las ciudades que no ven garantizada su alimentación durante el año, y la dispersión de esfuerzos y recursos institucionales públicos y de la cooperación externa para la promoción del desarrollo sostenible y el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo del milenio (ODM).
Como política de Estado, plantea lograr en el año 2025 que todas las personas que viven en el Paraguay tengan en todo momento acceso material y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias, conforme a sus preferencias y pautas culturales, a fin de llevar una vida activa y sana. El Planal, si bien beneficiará a toda la población que vive en el país, considera a los pueblos originarios y a las poblaciones urbanas y rurales en condiciones de vulnerabilidad como grupos meta principales.
Producción de alimentos
En los últimos 20 años la producción de alimentos de muchos países ha sido menor que el crecimiento de la población. Mundialmente, la cosecha de granos aumentó en los últimos años (1%), y el crecimiento medio de la población en el mundo en desarrollo fue del 1,6%. En 64 países de 105 analizados por la FAO, la producción alimentaria quedó por detrás del crecimiento de la población. Aproximadamente 2.000 millones de personas padecen carencias alimentarias (proteínas, hierro, yodo, vitamina A y otras). En nuestro mundo globalizado unos 826 millones de personas sufren el problema del hambre, de ellas 792 millones viven en países en vías de desarrollo y 34 millones en países industrializados. La multinacional Monsanto elevó recientemente dicha cifra a 900 millones la cantidad de personas que duermen con hambre en el mundo y, lo peor de todo, es que 600 millones son agricultores, es decir, los que producen alimentos.
En Latinoamérica más de 200.000 niños mueren anualmente, antes de cumplir los 5 años, por desnutrición y enfermedades que pueden ser fácilmente prevenidas o tratadas. Están creciendo las desigualdades entre países ricos y pobres y también dentro de ellos. Hoy más de 80 países tienen una renta per cápita inferior a la de hace una década.
Elementos fundamentales
Son elementos fundamentales del derecho a la alimentación: la disponibilidad de alimentos, la accesibilidad económica y física, la aceptabilidad o consumo, la estabilidad, y utilización, por parte de los consumidores de diversas culturas. El derecho a la alimentación adecuada genera por parte del Estado las siguientes obligaciones: de respetar no interfiriendo con los esfuerzos del individuo por ganarse el sustento; de proteger adoptando las medidas requeridas para proteger a las personas contra las acciones de terceros que puedan privarles de ese derecho. Esto implica que el Estado debe adoptar las medidas necesarias para mejorar las posibilidades de las personas de sustentarse a sí mismas; y de proveer alimentos o medios para comprarlos, como último recurso.
Algunas políticas de seguridad alimentaria
Algunas políticas de seguridad alimentaria a ser consideradas son la producción sostenible, promoción del consumo estacional de alimentos frescos, reconocimiento efectivo de mujeres como productoras de alimentos, crédito eficientes para producción y procesamiento de alimentos, servicios de salud, salud reproductiva, saneamiento, infraestructura rural, investigación en rubros alimenticios, capacitación, extensión. Paraguay tiene condiciones naturales favorables con tierra fértil abundante para producir alimentos, buen clima y ausencia de fenómenos naturales.
El gobierno de Horacio Cartes izó la bandera de la lucha frontal contra la pobreza como foco de su propuesta de gobierno. Si miramos el camino recorrido por Brasil en materia de seguridad alimentaria cuyo proceso arrancó hace 50 años y aún le falta un buen trecho para completar, no nos engañemos en que Paraguay -con menos de diez años trabajado- podrá obtener resultados íntegros en un solo periodo presidencial, pero sí se puede estructurar la estrategia y asegurar para que sea un política de Estado y no de un solo gobierno. Esta tiene que ser una gran cruzada en la que se involucren instituciones públicas, empresariado, universidades y sociedad civil porque de la seguridad alimentaria depende la calidad de nuestro capital humano, ya que sin la fortaleza de este factor determinante, es imposible pensar en desarrollo económico sostenible.
Granos
Mundialmente, la cosecha de granos aumentó en los últimos años (1%) y el crecimiento medio de la población en el mundo en desarrollo fue 1,6%.
Políticas
Algunas políticas de seguridad alimentaria a ser consideradas son la producción sostenible, promoción del consumo estacional de alimentos frescos, etc.
Planal
Un programa creado para dar respuestas a las condiciones de vulnerabilidad de cerca del 40% de la población del país y a los elevados índices de desnutrición.
20 años
En los últimos 20 años la producción de alimentos de muchos países fue menor que el crecimiento de la población, según registros de la FAO.
Foco
El país se debe focalizar a la disponibilidad de alimentos, la accesibilidad económica y física, en la aceptabilidad o consumo.
Estado y la provisión
La posición ideal es que el Estado provea alimentos a las personas que realmente necesitan. Dentro de ese marco de seguridad alimentaria está el Programa Nacional de Alimentación Integral, que actualmente asiste a niños con desnutrición diagnosticada en doce departamentos del país.
Perfil de la población
El perfil alimentario de la población paraguaya muestra que comemos más mandioca, maíz, leguminosas, (poroto, arveja, chaucha), aceite, grasa, etc. En contrapartida, comemos menos trigo y subproductos (galleta, fideo, pan, pastas), frutas y verduras en cantidad y calidad, carne vacuna, azúcar, leche, etc.
La multinacional Monsanto elevó recientemente a 900 millones la cantidad de personas que duermen con hambre en el mundo y, lo peor de todo, es que 600 millones son agricultores; es decir, los que viven en el campo y producen alimentos.
Como política de Estado se plantea lograr en el 2025 que todas las personas que viven en nuestro país tengan en todo momento acceso material y económico a una cantidad suficiente de alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias, conforme a sus preferencias y pautas culturales.
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