Sin innovación, país condenado a lento avance

En el año 2011, Paraguay gastó seis unidades monetarias por cada 1.000 unidades de producto interno bruto (0,06% del PIB) en actividades de Investigación y Desarrollo Tecnológico. El gasto que Paraguay realiza en Investigación y Desarrollo (I+D) con respecto al PIB se encuentra entre los más bajos del mundo y es el más bajo en Sudamérica. En el Mercosur, Uruguay destina el 0,41%, Chile el 0,45% y Brasil, líder en la región, el 1,16%. El promedio latinoamericano en 2009 ha sido 0,69%. Conacyt elaboró el “Libro Verde” con un enfoque abarcante para abrir el debate, que apunte hacia una política de Estado de CTI para el Paraguay.

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El propósito de este “Libro Verde” es servir de base a un debate que permita generar un marco de consensos que facilite la sinergia y la convergencia de las iniciativas existentes, complementándolas con nuevas iniciativas que surjan del diagnóstico y de los objetivos que se acuerden durante el debate, que tendrá lugar durante el primer trimestre de 2013. Por ende, el documento presentado por Conacyt tiene el propósito de constituir un aporte para desencadenar una discusión franca y amplia, cuyos resultados sean un diagnóstico compartido y un conjunto de propuestas que puedan transformarse en una política de Estado de Ciencia Tecnología e Innovación para el Paraguay.

La consultora Graciela Duarte decía en un taller realizado la semana pasada en un céntrico hotel, que no empezamos de cero en el tema porque se cuenta con una plataforma de 1.040 curriculum vitae (CVpy), normalizados registrados, con 238 investigadores categorizados (por evaluadores internacionales) y 121 con incentivos del Estado dentro del Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (Pronii). Además, se tiene 58 proyectos en I+D, millonarias cooperaciones internacionales canalizadas hacia CyT, acceso a bases de datos bibliográficas CyT internacionales (EBSCO- Consorcio Conacyt -universidades), 226 instituciones encuestadas de manera permanente, una serie de indicadores CTI normalizados, 158 becarios, entre 2009-2012, que son talento humano en CyT mejor calificado.

El debate actual sobre políticas públicas pone énfasis en la combinación adecuada de políticas que promuevan unas finanzas públicas equilibradas y, al mismo tiempo, fomenten el crecimiento sostenido y el empleo. Una economía capaz de sostener el crecimiento se apoya en un conjunto de instituciones, factores y políticas que determinan su nivel de productividad el cual, a su vez, establece el nivel de prosperidad que puede ganar esa economía. Esa capacidad de sostener el crecimiento, que se conoce como competitividad, se basa en alto grado en las capacidades innovadoras de la sociedad, expresadas a través de un eficiente sistema de ciencia y tecnología e innovación, que abarca actores públicos y privados e instituciones adecuadas para la promoción de incentivos a la innovación científica, tecnológica, social y política, en un contexto de una dinámica inserción internacional del país.

Expansión de capacidades innovadoras

La generación de ventajas competitivas requiere de la expansión de las capacidades innovadoras y creativas de la sociedad. Para que las empresas puedan innovar, es condición necesaria que las personas accedan al conocimiento, se apropien de tecnologías y adquieran destrezas en el uso de las mismas. Sin una mejora de la empleabilidad de las personas no es sostenible la competitividad de las empresas, afirma el documento.

Las políticas de innovación son de naturaleza transversal. Por tanto, deben interactuar con otras políticas, especialmente en los campos educativos, de la salud, del aseguramiento de la calidad, de profundización del comercio e internacionalización de las Pymes y de modernización de la gestión pública.

Diagnóstico

Paraguay aparece en el contexto mundial como una economía de tamaño medio, con una renta per cápita relativamente baja. En el mundo, un 52% del total de países tienen economías más pequeñas que la paraguaya. Sin embargo, su posición en el índice de desarrollo humano sitúa al país entre el 40% que ofrecen a su población menores oportunidades de vida digna y de acceso al conocimiento, factores que a su vez disminuyen la empleabilidad de las personas y la productividad del trabajo. Su posición en el índice de competitividad global entre el 20% de países menos competitivos del mundo revela insostenibilidades en su sistema productivo.

Con una población estimada de 6,5 millones de habitantes en 2011, nuestro país ocupa la posición 101 de 187 en el ranking de población mundial, mientras que se sitúa en el lugar 81 de 187 considerando su grado de urbanización (62,1% de población urbana), según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Brasil, Chile, Colombia, Venezuela y Uruguay evidencian un aprovechamiento más eficiente de sus recursos territoriales, mientras que Paraguay y Bolivia muestran menor capacidad para convertir recursos en productos. Estas diferencias no están en relación con el tamaño de sus territorios ni de su población por lo que es necesario identificar los factores que determinan la productividad, y la capacidad de cada país para utilizar esa productividad en beneficio de una mayor calidad de vida de su población.

Paraguay es una economía con baja competitividad, según el Índice de Competitividad Global (ICG) y en la última década no mejoró su posición relativa con respecto a sus pares de Latinoamérica, manteniéndose como el penúltimo país menos competitivo de Sudamérica, apenas superando a Venezuela. Analizando el puntaje total obtenido en las evaluaciones de sus pilares de competitividad en las que se basa el estudio, nuestro país se encuentra en el grupo de países sudamericanos –junto con Ecuador, Perú y Brasil– que mejoraron su competitividad en los últimos seis años, aunque esta mejoría fue insuficiente para cambiar significativamente su posición relativa ya que en ese periodo Paraguay apenas avanzó un lugar en la región, gracias a la pérdida de competitividad de Venezuela, manteniéndose a la zaga de Bolivia, su competidor más cercano.

De los 15 pilares de la competitividad del Paraguay analizados por el IGC, dos están relacionados con el acceso al conocimiento y la formación de talento humano, uno con el acceso a tecnología y dos con el ambiente favorable , o poco favorable, para el desarrollo de una cultura de innovación.

El pilar de innovación mide la innovación tecnológica. Aunque, Paraguay puede mejorar grandemente su productividad mediante la adopción de tecnologías existentes o introduciendo mejoras incrementales, es importante analizar la capacidad de nuestra economía para diseñar y desarrollar productos de vanguardia y procesos para mantener una ventaja competitiva y avanzar hacia un mayor valor agregado. Como se podrá notar, el tema debe ocupar espacio prioritario en la agenda de los candidatos.

1.040

El Paraguay cuenta con una plataforma de 1.040 curriculum vitae (CVpy) normalizados y registrados: la cantidad podría ser más.

Mejoría

Nuestro país mejoró su competitividad en los últimos seis años, aunque esta mejoría fue claramente insuficiente para cambiar.

Diseño

Es importante analizar la capacidad de nuestra economía para diseñar y desarrollar productos de vanguardia y procesos.

broa@abc.com.py

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