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La sensación apuntada tiene su explicación, el prestigioso economista norteamericano, asesor de los últimos secretarios generales de las Naciones Unidas, en los estudios que inició en 2012 y finalizó en 2013, especialmente sobre la situación paraguaya en su singular relación con la República Federativa del Brasil en el marco de la entidad binacional, confirmó e incluso perfeccionó las críticas de técnicos y especialistas paraguayos sobre la materia.
Esas conclusiones no solo provocaron extensas réplicas con intentos impugnatorios de los administradores de turno de la entidad binacional, inclusive de los paraguayos, el visible ninguneo de la autoridades nacionales que asumieron el 15 de agosto de 2013 e incomodidades en las brasileñas, las que no se preocuparon por disimularlas siquiera.
El retorno de Sachs a Asunción, debe aclararse, no se debió a esos estudios o a esas conclusiones que gran parte de la República del Paraguay aplaudió, sino a un simposio sobre desarrollo sostenible que organizaron las oficinas paraguayas de Itaipú, con el resonante título: “Simposio Internacional sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible y Economía de Bajo Carbono”.
La exposición de Sachs sobre el tema que le asignaron, como es habitual en él, fue brillante, completa, premonitoria. Podría decirse que en tramos de la misma, el especialista norteamericano entreabrió las compuertas del futuro, específicamente en lo concerniente al deterioro climático.
Luego de la extensa y completa exposición de Sachs sobre el cambio climático y sus secuelas en todo el planeta, la pregunta del periodista de ABC Color, Armando Rivarola, sobre sus conclusiones de 2013 acerca de Itaipú y nuestro país, tuvo la virtud de devolvernos al cauce de nuestro objetivo: comprobar si Sachs se mantenía en sus conclusiones del 2013 o no.
Si la pregunta tuvo la suficiente capacidad de reencauzarnos, la respuesta de Sachs, quien arrancó con una contundente anécdota, nos devolvió la confianza en la capacidad y convicción de un genuino profesional, predispuesto a aliarse a nuestra causa ante Brasil en Itaipú.
“Eficiencia energética se logrará mediante mejores condiciones de venta de la energía”, señalaba Sachs en su respuesta a la pregunta apuntada.
Debe añadirse que fue categórico al destacar que nuestro país tiene un ícono: Itaipú, para optar por la movilidad eléctrica, para lo cual se necesitan ingenieros altamente calificados. Añadió que necesitaremos recursos para financiar las investigaciones necesarias.
El especialista norteamericano señaló, igualmente, que Paraguay debe invertir en el transporte eléctrico para dejar de depender de los derivados del petróleo y, con particular énfasis, que conseguiremos la eficiencia energética mediante mejores condiciones de venta de la energía que el país puede conseguir en la usina binacional en las negociaciones que están establecidas para el 2023.
El doctor Jeffrey Sachs, en su retorno al Paraguay, confirmó las tesis que siempre sostuvimos en Mundo de la Electricidad: la necesidad de la utilización masiva de la abundante energía eléctrica disponible en nuestro país para modificar su matriz energética actual, cuya estructura de consumo final sigue demostrando, incluso hoy, la fuerte dependencia de la economía nacional de la biomasa y de los derivados del petróleo, así como el injustificable relegamiento de la hidroelectricidad, que apenas ronda el 18% de esa estructura.
Urge, por ende, una real y eficiente política de Estado que impulse el uso de la energía eléctrica en sistemas de transportes (trenes y vehículos), cocción de alimentos (cocinas eléctricas) y en plantas industriales (hornos eléctricos, silos, etc).
El país, felizmente, está hoy consciente de que en 2023 debe revisarse el Anexo C de Tratado de Itaipú, una magnífica oportunidad -tal vez la última - que tendremos país para corregir las asimetrías en nuestra relación con Brasil, nuestro socio “por partes iguales” en la hidroeléctrica.
En el 2023, de acuerdo con la proyección de la deuda de la entidad binacional, deberá desembocarse en el ansiado “saldo cero”, hecho que permitirá que su actual costo de servicio de la electricidad se reduzca en un 60% aproximadamente.
Además en el 2023 el Paraguay aún dispondrá suficiente excedente en Itaipú, unos 3.000 MW de potencia instalada.
Finalmente, insistamos que es absolutamente necesario, en el 2023, la República del Paraguay, así como aconsejó el doctor Sachs, debe dejar de ceder al Brasil su excedente en Itaipú y comercializarlo en “mejores condiciones”, una decisión que le permitirá obtener un mayor caudal de recursos, tan necesarios para impulsar el desarrollo de su economía.
* Ingeniero electricista. Consultor sénior y director de la revista especializada “Mundo de la Electricidad”.