Rutina empresarial: el tiempo muerto en las empresas

Si quieres tener una organización repleta de colaboradores con alto desempeño, que conquisten y cautiven a los clientes con productos innovadores y servicios de excelencia, este artículo te mostrará cómo conseguir ese camino.

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Qué pasaría si tus colaboradores fuesen 20% más eficaces, ¿qué significaría ese aumento para tu empresa, tus clientes y tus beneficios?

Lo creas o no, hasta el cooperador más lento de tu organización es un generador en potencia de energía y desempeño. Una empresa es un espacio de aprendizaje donde se conjugan no solo los talentos sino también las percepciones que a su vez dependen de sus creencias, hábitos y pensamientos, que accionan las ganas de trabajar o no.

Crisis de motivación

Existe una crisis de motivación que se manifiesta en baja productividad, problemas de calidad, atención al cliente ineficaz, maltratos verbales, altos índices de ausentismo, aumento de la violencia en el lugar de trabajo y la caída de la moral, por citar algunos. La suma de todas estas crisis se debe a la “rutina empresarial”, que es la única creadora del tiempo muerto en las empresas. La presencia del funcionario cartón, que apenas llueve falta, del funcionario bisagra, que siempre está en la ventana mirando a los otros pasar para criticarlos; los que se paran en los pasillos sin hacer nada y con la sensación de no estar vivos, hablando mal de otros y pasando ondas negativas, se puede cambiar con el apoyo de colaboradores que estén dispuestos a trabajar en equipo, con un propósito y visión comunes. Un tomate podrido puede destruir toda una caja; al igual que un trabajador desanimado tiene el poder de aplastar las más creativas ideas.

La definición de “rutina” es: “una costumbre o un hábito que se adquiere al repetir una misma tarea o actividad muchas veces”. La mayoría de las personas dice que detesta la rutina. Sin embargo, le cuesta salir de su zona de comodidad y la costumbre de hacer todos los días la misma cosa le conecta con el piloto automático que le impide disfrutar del trabajo y del tiempo presente.

Preguntas

Es importante preguntarse siempre “¿para qué estoy aquí”? ¿qué me motiva a venir todos los días a trabajar? o ¿por qué no me siento movilizado a hacer mis tareas? No son las respuestas las que mueven al mundo, sino las preguntas. Ellas son las luces en tu camino.

El tiempo muerto es tiempo perdido. ¿Para qué venir a trabajar si se va a molestar a otros? Es mejor quedarse en la casa hasta entender que ese estado emocional perjudica enormemente no solo a toda la organización y los propósitos que ella tenga sino también a sí mismo. La tristeza es el cáncer del alma. La alegría es el motor que mueve a los verdaderos exitosos. La suma de trabajadores tóxicos son los responsables de la muerte empresarial. Se genera un ambiente tóxico, tenso, que son generadores de actividades repetitivas, fatigosas y tediosas. Esta situación indica que llegó la hora de cambiar.

¿Cómo romper el ciclo tedioso?

Un buen inicio sería un cambio de términos ya que la palabra tiene poder y fuerza. No nacemos con un chip de vocablos, lo vamos aprendiendo a lo largo de la vida. Nuestro cerebro recibe esa información y la procesa. Nuestra mente está formada del 10% de nuestro consciente, representado por todos los deseos más fuertes que anhelamos, y 90% es el subconsciente, donde se encuentra grabado todo lo que aprendimos y nos dijeron. Es por ello que hay que cuidar las palabras, conversaciones y noticias que escuchamos. La noticia es que no actuamos de acuerdo a nuestro consciente, sino de acuerdo a nuestro subconsciente, y la buena noticia es que podemos comenzar desde hoy a reprogramar nuestra mente y vocabulario en función de nuestro propósito de vida cambiando las informaciones de nuestro SUBCONSCIENTE.

Así, por ejemplo, cambiaríamos la palabra funcionario por colaborador, ya que la definición de funcionario dice que es una persona que cumple una función, está para acatar las órdenes, es un burócrata. El concepto de trabajador es aquel que se aplica a todas las personas que ejercen algún tipo de trabajo o actividad remunerada. El colaborador es la persona que trabaja en un propósito común con varias personas (trabajo en equipo).

Decidir el camino a seguir

La felicidad es una decisión, también la alegría y la tristeza. Cada día elegimos nuestro sentido del humor y la manera en que responderemos a las personas que se nos cruzan por el camino. Para vivir con entusiasmo hay que crear hábitos positivos que te despierten lo mejor que tienes. Las quejas y críticas, cara larga, cejas fruncidas producen una química que forma el cortisol, la hormona de la tristeza y veneno del cerebro. En cambio, la sonrisa, la alegría y el buen humor despiertan a la química de la serotonina, la hormona de la felicidad. Es necesario ser feliz por el bien de nuestra salud.

Para evitar la rutina, hay que romperla con nuevos hábitos, visitar lugares desconocidos, entrar en caminos diferentes, practicar nuevos deportes, bailar, cantar y reír. Hay empresas que ya están aplicando esta nueva filosofía empresarial, así por ejemplo la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Asunción cuenta con un polideportivo en donde se desarrollan clases de bailes y aeróbicas para los colaboradores que deseen generar nuevos cambios en sus vidas.

Actuar

No actuamos de acuerdo a nuestro consciente, sino de acuerdo a nuestro subconsciente que se puede reprogramar.

Tóxicos

Suma de trabajadores tóxicos es responsable de muerte empresarial. Ambiente tóxico y tenso por tareas repetitivas y tediosas.

(*) Economista, facilitadora de pausa y relax.


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