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“La eurozona es ya una unión monetaria, pero lamentablemente aún no es una unión económica. La eurozona sólo podrá sobrevivir si se convierte en una fuerte unión económica” , argumentó Le Maire en un foro empresarial.
La piedra angular de estas reformas es, para los franceses, la puesta en marcha de una “capacidad fiscal”, un presupuesto conjunto para la moneda única con recursos de todos sus miembros que pueda dotar al bloque de una mayor independencia, respaldar “proyectos comunes” y “suavizar dificultades económicas”.
Ante los conocidos recelos de Berlín a esta propuesta –teme que el instrumento acabe formalizando las transferencias financieras regulares de Alemania a otros países– Le Maire aseguró que esta propuesta es “valiente” , “ambiciosa” y con unos objetivos muy concretos. Por un lado, serviría para mejorar la competitividad de los socios miembros con inversiones en sectores clave, argumentó el ministro, y, por otro, apoyaría a países “en caso de shock financiero”.
El Gobierno francés defiende que cada país haga “sus deberes” y cumpla las normas comunitarias, incidió Le Maire, cosiendo un discurso muy del gusto de su audiencia, y añadió que “Francia nunca estará a favor de mancomunar deudas del pasado”, con lo que atendió las dos principales reivindicaciones alemanas. En este sentido, Le Maire aplaudió el reciente posicionamiento de la canciller alemana, Angela Merkel, con respecto a las reformas. En declaraciones al diario “Frankfurter Allgemeine”, la canciller defendió la necesidad de convertir el fondo de rescate en una versión europea del Fondo Monetario Internacional (FMI) –algo en lo que París y Berlín están de acuerdo– y, por primera vez, no se mostró totalmente opuesta al presupuesto común. Merkel indicó que aún no se ha acordado si esta “capacidad” , que a su juicio debería contar con algunas decenas de miles de millones de euros, se administrará dentro o fuera de los presupuestos regulares de la Unión Europea (UE). El posicionamiento de Merkel es, según París, “un importante y valiente paso en la buena dirección” . Pese a los disensos, el objetivo común del presidente francés, Emmanuel Macron, y Merkel es reformar el bloque económico para” no dejar Europa a las fuerzas nacionalistas, para no permitir que en el continente ” se pisoteen los valores democráticos” , para no dejar el futuro del mundo en manos de “China y EE.UU.” y para que otros países no roben a Europa su tecnología punta, dijo Le Maire.
El ministro abogó por crear “gigantes europeos” en sectores clave como se hizo con Airbus en el aeronáutico o en el ferroviario con Siemens y Alstrom, aunando fuerzas para defender los intereses europeos. “Estoy convencido de que o nos reformamos o seremos espectadores de un nuevo orden internacional” , afirmó.