¿Quién gana y quién pierde con la línea de 500 kV?

Sin ninguna duda la reciente mayor “perturbación” en el sector eléctrico nacional fue la inauguración de la línea de transmisión (LT) en 500 kV que une las estaciones de la Margen Derecha de Itaipú con la de Villa Hayes. Esta LT permite retirar mayor cantidad de energía de Itaipú y, consecuentemente, aumentar su disponibilidad en el sistema eléctrico paraguayo. La pregunta trivial en este caso sería: ¿Quién gana y quién pierde con este acto? Y en esta entrega trataremos de formular una respuesta.

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Introducción

Aquí voy a dejar de lado tanto sus principales aspectos técnicos como los políticos para buscar, objetivamente, una respuesta a la pregunta de arriba. Entretanto, antes de avanzar hacia el objetivo, quiero destacar opiniones de muchos colegas brasileños, quienes, en términos simples, manifiestan, “que el Brasil se está autodisparando en el pie”, al apoyar la construcción de esta gran obra: ¿será verdad esta afirmación?

Punto de vista paraguayo

Desde una visión sencilla, la respuesta para los paraguayos sería que nosotros ganamos con la obra, esto si se considera que a través de esta línea de transmisión el sistema eléctrico podrá retirar más energía de Itaipú y con ello ampliar el consumo residencial, comercial y, por qué no, también el industrial mediante la construcción de grandes obras en el sector.

No puedo afirmar, como consumidor residencial o comercial, que algo se gana realmente, necesito otra respuesta a la siguiente cuestión ¿con la línea de 500 kV, va a aumentar la potencia contratada por la ANDE de Itaipú? Y, de ser así, ¿de cuántos MW? Hoy la ANDE está operando de forma poco confortable, pero económicamente viable, contratando un bajo valor de potencia y recibiendo el complemento necesario a la demanda máxima, por pocas horas, a un precio irrisorio.

Si con la línea de 500 kV aumenta considerablemente la potencia contratada, esto con la finalidad de aumentar la disponibilidad de energía en las horas de producción industrial, la energía barata es probable que disminuya y el resultado de la composición de precio necesariamente debe exigir el aumento de la tarifa al consumidor residencial y comercial. ¿Por qué no menciono al sector industrial? Porque con seguridad la energía más cara es la que no se dispone, así ellos ganarán de cualquier manera.

Concluyendo esta primera parte, la disponibilidad de más energía con la línea de 500 kV puede beneficiar principalmente al sector industrial e igualmente al gobierno, que podrá recaudar más en concepto de impuestos, pero no al consumidor residencial y comercial, quienes podrían eventualmente tener que asumir un aumento en el precio de la energía eléctrica.

Lógicamente, el gobierno puede minimizar o evitar este “perjuicio” aplicando subsidios a la tarifa de energía eléctrica residencial y comercial o, entonces, ampliar la faja de tarifa social para aumentar la participación de los que más tienen económicamente y aliviar al sector (de la población) menos favorecida.

Punto de vista brasileño

Mirando con la visión de los colegas brasileños, una respuesta trivial a la pregunta en pauta es que el consumidor brasileño es quien realmente pierde, porque la energía adicional que el Paraguay retira de Itaipú, por la línea de 500 kV se le restará a la que hoy el país le cede al Brasil a un precio atractivo para su mercado.

Esta visión es muy obvia, entretanto muy difícil de creer, especialmente considerando la seriedad y la responsabilidad con que se trata la Planificación Energética en el vecino país. Si a esto le adicionamos que cuentan con una institución como Itamaraty, la que, estimo, debe estar planificando estrategias para el bienestar del Brasil como mínimo hasta el 2050 o el 2100 y dentro de esa planificación asegurar la disponibilidad de energía durante todo el tiempo debe estar entre sus objetivos vitales.

Es probable que la contratación adicional de potencia que pueda hacer la ANDE ya tenga una fuente de suministro alternativo en el Brasil.

Por todo esto y considerando la seriedad con que Brasil apoyó la construcción de la línea de 500 kV, desde mi punto de vista, antes que autodispararse a los pies, lo hace porque la construcción de la LT lo se traducirá en un provecho futuro mucho mayor. Provecho que, por cierto, debe estar por encima del apoyar y crear buenas relaciones con países vecinos, sino que debe estar suscrito a ventajas y grandes beneficios alcanzables dentro de un horizonte de más largo plazo.

¿Cual sería el beneficio? No tengo dudas de que se centra en las negociaciones futuras dentro de un ámbito de integración eléctrica regional, en la cual se podrá negociar de grandes bloque de energía dentro de los países del Mercosur.

Conclusión

En un aspecto global puedo afirmar que la línea de transmisión en 500 kV, inaugurada esta semana, trae y traerá beneficios para los dos países, uno lo podrá recibir en forma inmediata y otro en un lapso de medio o largo plazo. También estimo que habrá contusos y perjudicados, especialmente del lado paraguayo, pero esto será siempre así hasta que se considere al sector energético con la importancia que le corresponde. Lamento decir que somos un país apenas previsible, con improvisados en las principales funciones de responsabilidad y así: ¿qué cambio de rumbo se puede pretender?

Mayor

La reciente mayor “perturbación” en el sector eléctrico nacional fue la inauguración de la línea de transmisión (LT) en 500 kV...

El futuro

No tengo dudas de que se centra en las futuras negociaciones de un ámbito de integración eléctrica para negociar de grandes bloques de energía en el Mercosur.

 

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