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000 millones), del cual al Gobierno Central se le asignan 22,6 billones de guaraníes y a entes descentralizados 20,2 billones. Según Hacienda, el plan está desfinanciado en 1,8 billones de guaraníes. Págs. 4 y 5El Presupuesto General de la Nación (PGN), aprobado por el Congreso Nacional y que pasó al Poder Ejecutivo, asciende a más de 42,8 billones de guaraníes (US$ 9.000 millones), del cual al Gobierno Central se le asignan 22,6 billones de guaraníes y a entes descentralizados 20,2 billones. Según Hacienda, el plan está desfinanciado en 1,8 billones de guaraníes, ya que el proyecto confeccionado originalmente ascendía a 40,6 billones de guaraníes (US$ 8.585 millones). Ninguno de los dos poderes, Ejecutivo ni Legislativo, quiso asumir responsabilidad sobre el desborde y lo único que queda claro es el esfuerzo extraordinario que demandará su cobertura.
¿A quién atribuir paternidad del desfinanciamiento?
Otra vez el presupuesto, dirán nuestros lectores al hojear nuestro suplemento. Sin embargo, estamos convencidos de que vale la pena continuar por más de que sea un tema árido, con muchísimas aristas, aunque a muchos solo les interesen las cifras finales que quedan.
Los tramos finales de la discusión sobre el PGN 2011 se centraron básicamente en los siguientes puntos: Ningún poder, Ejecutivo ni Legislativo, quiso reconocer la paternidad del desfinanciamiento. Por un lado, Hacienda esgrime que la addenda del Presupuesto que remitió al Congreso Nacional fue de 368.000 millones, de los cuales solamente G. 143.000 millones corresponden a gastos financiados con ingresos tributarios.
Sobre esos gastos, los congresistas aprobaron un incremento total de más de G. 2 billones, de los cuales G. 1,8 billones (US$ 374 millones) corresponden a gastos que están cubiertos con recursos provenientes del Tesoro Nacional, es decir con ingresos impositivos inexistentes o hipotéticos.
Para Hacienda, no se puede justificar con la addenda enviada por el Ejecutivo el aumento de gastos equivalente a 2% del Producto Interno Bruto (PIB) aprobado en el Parlamento, que representa para el Fisco un "saldo rojo", pues no tiene financiamiento.
La determinación tomada la semana pasada genera preocupación por el hecho de que gran parte de los gastos incrementados concentra gastos rígidos, de naturaleza corriente, y que deben ser priorizados a la hora de su ejecución. Esta situación no solo pone en riesgo la estabilidad fiscal, sino obliga a relegar gastos relacionados a la salud, educación, sector social, inversión, entre otros.
A la situación planteada se suman las modificaciones introducidas a favor de la autonomía presupuestaria para los poderes Legislativo y Judicial, acción que genera distorsión en el manejo presupuestario, en total contraposición a las disposiciones establecidas en la Constitución Nacional y la Ley 1535 de Administración Financiera.
Estas acciones podrían generar un descontrol en la administración de los recursos, pues genera mucha presión sobre el fisco, sin considerar su capacidad real de financiamiento.
En el Congreso tampoco admitieron ser padre de la criatura con el argumento de que el incremento del gasto se produce porque fueron contempladas las ampliaciones otorgadas este año y que no fueron impactadas en el proyecto por el propio Ministerio de Hacienda.
Blanca Lila Mignarro, presidenta de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, dijo que este año recibieron 120 pedidos de ampliaciones por un total de 1,4 billones de guaraníes, a lo que se suman otras dos solicitudes enviadas recientemente, con lo que el monto final asciende a 1,5 billones de guaraníes. Explicó que son estas ampliaciones las que impactan en el presupuesto 2011 y de ahí que hay una diferencia considerable con el presupuesto que presentó el Ejecutivo.
Posteriormente, el Ejecutivo anunció que no vetará el proyecto de ley y está bien que así lo haga para evitar que continúen los enfrentamientos entre estos dos poderes que deben complementarse antes que enfrentarse para poder trabajar en armonía.
En enero del próximo año saldrá el plan financiero que marcará lo efectivamente realizable en materia de gastos del próximo año.
Como se podrá notar, la lección que nunca vamos a aprender, a pesar de repasarla cada año, es la necesidad de un trabajo en equipo ampliado y no de compartimentos estancos cuando de presupuesto se trata. El Ejecutivo prepara solo su plan con mucho hermetismo, el Legislativo lo destroza al ser considerado por los administradores de reparticiones como la última instancia para ser escuchados en una especie de insubordinación fiscal.
Desafíos estructurales
Si bien la orientación fiscal ha sido prudente en los últimos años, nuestro país se enfrenta a desafíos estructurales fundamentales que requieren una reforma fiscal más integral, sostiene la economista principal de la División Sur del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Florencia Frantischek. Se avanzó mucho en los desequilibrios fiscales que prevalecían desde mediados de la década de los noventa al respaldarse la disciplina fiscal por mayores recaudaciones tributarias y por medidas para frenar los gastos corrientes, en particular, los salarios y las transferencias.
Ahora, con el crecimiento que alcanzará Paraguay en su producto interno bruto (PIB) del orden del 11% en este 2010, llegó el momento de discutir sobre la necesidad de mantener o sacar los estímulos introducidos en la política fiscal para hacer frente a los efectos de la crisis económica originada en el 2008 aunque lo que más nos afectó fue la crisis producida por la sequía y que castigó fuertemente nuestra producción primaria. En el sector financiero ya se comenzó a sentir que el momento para retirar esos estímulos ha llegado y el Banco Central del Paraguay comenzó a elevar las tasas de interés de los diferentes tramos de sus instrumentos de regulación monetaria (IRM) cuyo efecto se traducirá en los préstamos de los bancos, ya que se volverán también más caros en forma gradual después de mantenerse por mucho tiempo en los niveles más bajos de los últimos años. La lucha contra la inflación se inició a pesar de que la tasa acumulada de este indicador macroeconómico terminará el 2010 dentro del rango meta establecido por el Gobierno para el presente periodo, centrado sobre un 5%.
Relación histórica
La relación histórica entre los ingresos tributarios y el PIB casi baja en Paraguay en comparación a otros países de la región a pesar de haber mejorado en cierta medida luego de la reforma tributaria aplicada desde el 2004, pero que actualmente requiere de una revisión urgente ante la nueva postergación del impuesto a la renta personal (IRP) que recientemente recibió su cuarto "chute", esta vez, hasta el 2013.
En este momento, ya se impone pensar en modificar algunas características del impuesto a la renta a las actividades agrícolas y de hecho Hacienda ya lo está haciendo.
En una reciente visita de parlamentarios al despacho del ministro Dionisio Borda, el secretario de Estado aprovechó la ocasión para pedir la aprobación de un impuesto al sector agropecuario, de tal modo a poder manejar el plan de gastos aprobado en el Congreso y que tiene un desfinanciamiento del orden de 1,8 billones de guaraníes.
Se habla de un proyecto de ley para aplicar impuesto a la exportación de soja y carne, con una tasa probable de entre 5 y 6% para los envíos de soja al exterior mientras otro plan presentado exigiría 12%, 5% al trigo y 2,5% al girasol. También se incluirá un nuevo proyecto del impuesto a la renta personal (IRP) aunque no se precisa sobre mayores detalles.
Volviendo a lo señalado por Frantischek, el mejoramiento de la administración de los ingresos es el complemento para el éxito de cualquier reforma tributaria. Además, habría que pensar en una reforma del impuesto sobre el patrimonio más efectivo a fin de promover un mejor uso de la tierra y aportar una mayor fuente de ingresos a las municipalidades. En la actualidad, el impuesto al patrimonio representa una recaudación insignificante debido a los bajos valores utilizados para propósitos de valoración impositiva. En consecuencia, si se pasa de una valoración fiscal que es artificialmente baja a una acorde con los valores de mercado, se podrían obtener ingresos superiores. Una estrategia fiscal a mediano plazo tiende a crear espacio para un gasto social mejor orientado y para las inversiones en infraestructura. Una evaluación minuciosa y una mejor eficiencia y calidad del gasto público ahorrarían recursos que podrían asignarse a gastos para el desarrollo. Como nuestro país tiene un alto grado de rigidez presupuestaria que perjudica la calidad del gasto, de aplicarse satisfactoriamente esta estrategia fiscal se lograría una mayor flexibilidad presupuestaria para la asignación del gasto público. Los gastos no discrecionales y obligatorios, es decir, las contribuciones del Gobierno a las pensiones, a los salarios gubernamentales, etc., atentan contra la calidad de cualquier ajuste fiscal. Seguramente a partir de esta semana la discusión sobre el PGN 2011 bajará los decibeles alcanzados desde setiembre último, pero en breve llegará el momento para enfocarnos en el siguiente y que exigirá un mayor profesionalismo de todos los estamentos involucrados en su confección, al menos, si aprendieron sobre los errores cometidos en el pasado.
Presión
Aumentos podrían generar un descontrol en la administración de los recursos, pues genera mucha presión sobre el fisco.
Soja
Se habla de un proyecto de ley para aplicar impuesto a la exportación de soja del 5 al 6%, otro que exigiría tributar hasta 12%.
Más
Los congresistas aprobaron un incremento total de más de G. 2 billones, de los cuales G. 1,8 billones (US$ 374 millones) no se cubren.
Renta
En este momento ya se impone pensar en modificar algunas características del impuesto a la renta a las actividades agrícolas.
¿A quién atribuir paternidad del desfinanciamiento?
Otra vez el presupuesto, dirán nuestros lectores al hojear nuestro suplemento. Sin embargo, estamos convencidos de que vale la pena continuar por más de que sea un tema árido, con muchísimas aristas, aunque a muchos solo les interesen las cifras finales que quedan.
Los tramos finales de la discusión sobre el PGN 2011 se centraron básicamente en los siguientes puntos: Ningún poder, Ejecutivo ni Legislativo, quiso reconocer la paternidad del desfinanciamiento. Por un lado, Hacienda esgrime que la addenda del Presupuesto que remitió al Congreso Nacional fue de 368.000 millones, de los cuales solamente G. 143.000 millones corresponden a gastos financiados con ingresos tributarios.
Sobre esos gastos, los congresistas aprobaron un incremento total de más de G. 2 billones, de los cuales G. 1,8 billones (US$ 374 millones) corresponden a gastos que están cubiertos con recursos provenientes del Tesoro Nacional, es decir con ingresos impositivos inexistentes o hipotéticos.
Para Hacienda, no se puede justificar con la addenda enviada por el Ejecutivo el aumento de gastos equivalente a 2% del Producto Interno Bruto (PIB) aprobado en el Parlamento, que representa para el Fisco un "saldo rojo", pues no tiene financiamiento.
La determinación tomada la semana pasada genera preocupación por el hecho de que gran parte de los gastos incrementados concentra gastos rígidos, de naturaleza corriente, y que deben ser priorizados a la hora de su ejecución. Esta situación no solo pone en riesgo la estabilidad fiscal, sino obliga a relegar gastos relacionados a la salud, educación, sector social, inversión, entre otros.
A la situación planteada se suman las modificaciones introducidas a favor de la autonomía presupuestaria para los poderes Legislativo y Judicial, acción que genera distorsión en el manejo presupuestario, en total contraposición a las disposiciones establecidas en la Constitución Nacional y la Ley 1535 de Administración Financiera.
Estas acciones podrían generar un descontrol en la administración de los recursos, pues genera mucha presión sobre el fisco, sin considerar su capacidad real de financiamiento.
En el Congreso tampoco admitieron ser padre de la criatura con el argumento de que el incremento del gasto se produce porque fueron contempladas las ampliaciones otorgadas este año y que no fueron impactadas en el proyecto por el propio Ministerio de Hacienda.
Blanca Lila Mignarro, presidenta de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, dijo que este año recibieron 120 pedidos de ampliaciones por un total de 1,4 billones de guaraníes, a lo que se suman otras dos solicitudes enviadas recientemente, con lo que el monto final asciende a 1,5 billones de guaraníes. Explicó que son estas ampliaciones las que impactan en el presupuesto 2011 y de ahí que hay una diferencia considerable con el presupuesto que presentó el Ejecutivo.
Posteriormente, el Ejecutivo anunció que no vetará el proyecto de ley y está bien que así lo haga para evitar que continúen los enfrentamientos entre estos dos poderes que deben complementarse antes que enfrentarse para poder trabajar en armonía.
En enero del próximo año saldrá el plan financiero que marcará lo efectivamente realizable en materia de gastos del próximo año.
Como se podrá notar, la lección que nunca vamos a aprender, a pesar de repasarla cada año, es la necesidad de un trabajo en equipo ampliado y no de compartimentos estancos cuando de presupuesto se trata. El Ejecutivo prepara solo su plan con mucho hermetismo, el Legislativo lo destroza al ser considerado por los administradores de reparticiones como la última instancia para ser escuchados en una especie de insubordinación fiscal.
Desafíos estructurales
Si bien la orientación fiscal ha sido prudente en los últimos años, nuestro país se enfrenta a desafíos estructurales fundamentales que requieren una reforma fiscal más integral, sostiene la economista principal de la División Sur del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Florencia Frantischek. Se avanzó mucho en los desequilibrios fiscales que prevalecían desde mediados de la década de los noventa al respaldarse la disciplina fiscal por mayores recaudaciones tributarias y por medidas para frenar los gastos corrientes, en particular, los salarios y las transferencias.
Ahora, con el crecimiento que alcanzará Paraguay en su producto interno bruto (PIB) del orden del 11% en este 2010, llegó el momento de discutir sobre la necesidad de mantener o sacar los estímulos introducidos en la política fiscal para hacer frente a los efectos de la crisis económica originada en el 2008 aunque lo que más nos afectó fue la crisis producida por la sequía y que castigó fuertemente nuestra producción primaria. En el sector financiero ya se comenzó a sentir que el momento para retirar esos estímulos ha llegado y el Banco Central del Paraguay comenzó a elevar las tasas de interés de los diferentes tramos de sus instrumentos de regulación monetaria (IRM) cuyo efecto se traducirá en los préstamos de los bancos, ya que se volverán también más caros en forma gradual después de mantenerse por mucho tiempo en los niveles más bajos de los últimos años. La lucha contra la inflación se inició a pesar de que la tasa acumulada de este indicador macroeconómico terminará el 2010 dentro del rango meta establecido por el Gobierno para el presente periodo, centrado sobre un 5%.
Relación histórica
La relación histórica entre los ingresos tributarios y el PIB casi baja en Paraguay en comparación a otros países de la región a pesar de haber mejorado en cierta medida luego de la reforma tributaria aplicada desde el 2004, pero que actualmente requiere de una revisión urgente ante la nueva postergación del impuesto a la renta personal (IRP) que recientemente recibió su cuarto "chute", esta vez, hasta el 2013.
En este momento, ya se impone pensar en modificar algunas características del impuesto a la renta a las actividades agrícolas y de hecho Hacienda ya lo está haciendo.
En una reciente visita de parlamentarios al despacho del ministro Dionisio Borda, el secretario de Estado aprovechó la ocasión para pedir la aprobación de un impuesto al sector agropecuario, de tal modo a poder manejar el plan de gastos aprobado en el Congreso y que tiene un desfinanciamiento del orden de 1,8 billones de guaraníes.
Se habla de un proyecto de ley para aplicar impuesto a la exportación de soja y carne, con una tasa probable de entre 5 y 6% para los envíos de soja al exterior mientras otro plan presentado exigiría 12%, 5% al trigo y 2,5% al girasol. También se incluirá un nuevo proyecto del impuesto a la renta personal (IRP) aunque no se precisa sobre mayores detalles.
Volviendo a lo señalado por Frantischek, el mejoramiento de la administración de los ingresos es el complemento para el éxito de cualquier reforma tributaria. Además, habría que pensar en una reforma del impuesto sobre el patrimonio más efectivo a fin de promover un mejor uso de la tierra y aportar una mayor fuente de ingresos a las municipalidades. En la actualidad, el impuesto al patrimonio representa una recaudación insignificante debido a los bajos valores utilizados para propósitos de valoración impositiva. En consecuencia, si se pasa de una valoración fiscal que es artificialmente baja a una acorde con los valores de mercado, se podrían obtener ingresos superiores. Una estrategia fiscal a mediano plazo tiende a crear espacio para un gasto social mejor orientado y para las inversiones en infraestructura. Una evaluación minuciosa y una mejor eficiencia y calidad del gasto público ahorrarían recursos que podrían asignarse a gastos para el desarrollo. Como nuestro país tiene un alto grado de rigidez presupuestaria que perjudica la calidad del gasto, de aplicarse satisfactoriamente esta estrategia fiscal se lograría una mayor flexibilidad presupuestaria para la asignación del gasto público. Los gastos no discrecionales y obligatorios, es decir, las contribuciones del Gobierno a las pensiones, a los salarios gubernamentales, etc., atentan contra la calidad de cualquier ajuste fiscal. Seguramente a partir de esta semana la discusión sobre el PGN 2011 bajará los decibeles alcanzados desde setiembre último, pero en breve llegará el momento para enfocarnos en el siguiente y que exigirá un mayor profesionalismo de todos los estamentos involucrados en su confección, al menos, si aprendieron sobre los errores cometidos en el pasado.
Presión
Aumentos podrían generar un descontrol en la administración de los recursos, pues genera mucha presión sobre el fisco.
Soja
Se habla de un proyecto de ley para aplicar impuesto a la exportación de soja del 5 al 6%, otro que exigiría tributar hasta 12%.
Más
Los congresistas aprobaron un incremento total de más de G. 2 billones, de los cuales G. 1,8 billones (US$ 374 millones) no se cubren.
Renta
En este momento ya se impone pensar en modificar algunas características del impuesto a la renta a las actividades agrícolas.