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Casi más importante que proyectar es controlar y corregir las desviaciones, por ello necesitamos implementar un sistema que nos permita gestionar las acciones tendientes al logro de resultados. Lo que no se mide no se controla y si no se controla probablemente no se cumpla; pasa igual con los estudios, con el trabajo o con el gimnasio o una relación familiar.
Más que lindas palabras
Para que las metas que nos fijemos no queden solo en lindas palabras y buenos deseos, tenemos que trabajar con herramientas que nos permitan planificar las decisiones y acciones que deberemos realizar para avanzar hacia el logro de los objetivos.
Al respecto, te propongo un control semanal sencillo y muy práctico, donde solo tendrás que marcar con una tilde la semana que has cumplido cada ítem y con una X cuando no lo pudiste hacer, de esa forma podrás visualizar rápidamente cuando tengas temas pendientes de los que debes ocuparte para poder alcanzar tus metas.
Solo a modo de ejemplo te planteo ciertas metas y actividades en el cuadro Nº 1, donde podrás apreciar el sistema de planificación y control semanal comentado. Desde luego, cada persona tiene distintas metas y estará interesada en realizar diferentes actividades, lo importante es que analicemos cuáles son nuestras prioridades y objetivos para el año que se está iniciando, de forma a que podamos impactar con nuestras acciones en transformaciones positivas que identifiquemos como deseos para nuestras vidas.
Para tomar decisiones que podamos cumplir, necesitamos desarrollar la habilidad de tomar resoluciones claras y concretas a fin de que provoquen resultados efectivos al ponerlas en práctica. Cada decisión que tomamos influye en el presente e indefectiblemente contribuye a formar nuestro futuro. Algunas decisiones son muy pequeñas e irrelevantes, como definir qué camisa vestiré hoy, otras tendrán más impacto.
Pero ¿qué sucede cuando tomo una decisión y no cumplo? Por ejemplo, ¡el lunes empezaré el gimnasio!, pero nunca llega el lunes correcto, entonces estoy enviando un mensaje a mi cerebro advirtiendo que no soy de fiar, que puedo incumplir mis propias decisiones, es como darme permiso a volverme de alguna forma irresponsable, pues no cumplo mis promesas; ¿será que de la misma forma actúo con mis decisiones financieras o profesionales? ¿Se puede ser responsable en el cumplimiento de algunas decisiones y fallar en otras?
Se necesita claridad para discernir y analizar antes de tomar decisiones, voluntad y determinación para poner en práctica cada resolución. Una guía podrá ser evaluar nuestro discernimiento sobre lo que conviene, sobre aquello que nos puede reportar más bienestar, si es lo adecuado y correcto, si es justo y ético, si nos acercará a nuestros propósitos, si es coherente con nuestras prioridades y valores de vida.
Todos tenemos la facultad de discernir, pero no siempre la utilizamos con sabiduría, esto ocurre cada vez que nos dejamos llevar por la rutina, cuando actuamos mecánicamente sin ser conscientes del impacto de las decisiones que tomamos y por ende no debemos sorprendernos al vernos atrapados en los resultados que esta actitud provoca.
¿Dónde llegarás en cada área de tu vida para diciembre del 2015? ¿Y para el 2020? Analiza, discierne, decide, actúa, evalúa, controla y corrige, con ese proceso estoy segura de que alcanzarás tus metas y el mismo sistema puedes utilizarlo también a nivel empresarial o de procesos departamentales. Sigamos hablando de dinero, porque así aprendemos a manejarlo mejor.
Decisiones
Para tomar decisiones que podamos cumplir, necesitamos desarrollar la habilidad de tomar resoluciones claras y concretas a fin de que provoquen resultados.
Prioridad
Cada persona tiene distintas metas y estará interesada en realizar diferentes actividades, lo importante es que analicemos cuáles son nuestras prioridades.
gloria@ayalaperson.com.py