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Todas las cuencas hidrográficas situadas en las zonas rurales de nuestro país, en mayor o menor grado, presentan problemas de deterioro de la calidad del agua y alteración de los regímenes de escorrentía y rendimiento hídrico. Sin embargo, todas ellas ofrecen posibilidades de recuperación de estos tres parámetros hidrológicos o, como mínimo, lograr alto grado de mitigación de los impactos ambientales causantes de tales deterioros, en razón de que los patrones predominantes de uso actual de la tierra aún permiten la aplicación de medidas que pueden mejorar las condiciones de infiltración y almacenamiento de agua en el suelo, lograr la minimización de los procesos erosivos y la reducción de la alteración de los regímenes hidrológicos temporal y espacial de las unidades hidrográficas.
En cambio, las cuencas urbanas, debido al alto grado de impermeabilización del suelo, causada por las diferentes clases de construcciones, establecidas para satisfacer las diversas necesidades humanas, minimizan o anulan las posibilidades de mejorar las condiciones de infiltración y almacenamiento de agua en el suelo, como también la de mitigar los impactos negativos sobre los patrones de comportamiento espacial y temporal de la escorrentía.
En todas las áreas urbanas de nuestro país se observan cuerpos de agua con alto grado de deterioro hidrológico (contaminación, alteración de los patrones de escorrentía temporal y espacial y el rendimiento hídrico), principalmente en la zona de la Gran Asunción, que en gran parte afecta a la cuenca del lago Ypacaraí.
En las últimas décadas se observan con más frecuencia la ocurrencia de crecidas con desbordes e inundaciones en las áreas urbanas. La causa radica en algo ya apuntado anteriormente, como es la impermeabilización del suelo por construcciones e infraestructuras diversas, entre los cuales, el asfaltado de las calles empedradas tiene alta contribución.
Las crecidas e inundaciones de los arroyos y ríos son fenómenos naturales causados por lluvias intensas o muy prolongadas. Como tal, ocurrieron normalmente en el pasado cuando las cuencas aún presentaban condiciones casi naturales en todos los aspectos. Pero en tales situaciones, sus efectos no fueron catastróficos. Al producirse los cambios de uso de la tierra, fundamentalmente la urbanización, las cuencas generan escurrimientos en mayores proporciones, de forma tal que una lluvia de una recurrencia dada (ej.: 10 años), a medida que pasa el tiempo genera caudales de más altas magnitudes. Esta situación es la causante de las frecuentes crecidas e inundaciones, tanto en las áreas rurales y urbanas, de modo que la problemática central radica en el deterioro hidrológico de las cuencas y no precisamente en la magnificación de los fenómenos meteorológicos (lluvias). Además, las estructuras de control hidráulico están proyectadas con caudales de diseño muy bajos (entre 5 y 25 años de recurrencia, en promedio).
Las medidas correctivas aplicables a las cuencas urbanas revisten gran complejidad, puesto que se orientan a dar solución al problema de la contaminación del agua o a mitigar los efectos de la alteración de los patrones de la escorrentía temporal y espacial, manifestados por la generación de grandes volúmenes de raudales, socavación del lecho y taludes de los cauces, colmatación, etc.
Todas ellas forman parte de los recursos desarrollados por la ingeniería hidrológica/hidráulica y forestal, entre los cuales pueden citarse la estabilización del lecho y taludes con diques y muros laterales, trampas para retención de residuos sólidos, sistemas de desagües pluvial y sanitario, plantas de tratamiento de aguas servidas, etc.
En ningún caso debe aplicarse el entubamiento de los cauces hídricos. Es una percepción errónea el creer que con esta medida se podrá controlar los desbordes y las inundaciones, puesto que el fenómeno ocurre porque la afluencia del escurrimiento supera la capacidad de conducción del canal y, además, en gran parte, la inundación es de origen pluvial, agravado por el relieve plano del terreno y la baja permeabilidad del suelo.
Las inundaciones afectan tanto a las áreas rurales, como urbanas. En estas últimas, sus efectos generan mayores impactos socioeconómicos y, por lo tanto, las medidas tendientes a su mitigación o control, normalmente son aplicadas de preferencia en estas áreas.
Las medidas utilizadas para la protección contra el efecto de las inundaciones son de dos tipos:
a) Medidas estructurales o de carácter correctivo, dirigidas a defender las áreas urbanas y agrícolas afectadas, entre las cuales se mencionan los almacenamientos o reservorios (embalses), diques marginales, canales de desviación o alivio, mejoramiento de cauces, etc.
b) Medidas no estructurales o de naturaleza preventiva, tendientes a regular anticipadamente el aprovechamiento de la planicie inundable por parte del hombre.
Entre estos pueden mencionarse: ordenamiento de las planicies de inundación, pronóstico de crecientes, evacuación temporal de personas y propiedades fuera de las áreas de flujo de las aguas, reubicación de los habitantes de tales áreas, etc.
A la par que los riesgos meteorológicos (lluvias, tormentas, etc.), los riesgos hidrológicos cada vez son mayores; los cuales se evidencian con suma frecuencia con los raudales e inundaciones generadas por lluvias de medianas a grandes magnitudes que ocurren normalmente en nuestro país.
El emblemático lago Ypacaraí constituye un patrimonio natural y cultural del Paraguay. En esta cuenca, dejando de lado la temática del rendimiento hídrico, la contaminación del agua y la alteración del régimen de escorrentía temporal y espacial constituyen los aspectos centrales del deterioro hidrológico.
Toda intervención que se pretenda encarar en ella, debe partir de un acabado conocimiento de los procesos que están causando el actual estado de deterioro de la cuenca.
Medidas
Las medidas correctivas aplicables a las cuencas urbanas revisten gran complejidad, puesto que se orientan a dar solución al problema de la contaminación.
Error
Es una percepción errónea el creer que con un entubamiento de cauces hídricos se podrá controlar los desbordes y las inundaciones.
Lago
En el lago Ypacaraí la contaminación del agua y la alteración del régimen de escorrentía temporal constituyen aspectos centrales del deterioro hidrológico.
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