Políticos "escalares" e Itaipú

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La historia de la República del Paraguay, densa y oscura, está muy vinculada con la República Federativa del Brasil y la República Argentina. Ambas desean que el Paraguay pase de la independencia a la dependencia y entre en un estado de disolución; el comportamiento político lo define con claridad.

 Haciendo un salto histórico desde 1870, fin de la guerra contra la Triple Alianza, hasta  1973, con la firma de los tratados que dieron origen a la central hidroeléctrica de Itaipú y Yacyretá, la Guerra Grande, que dejó al Paraguay en un estado agónico, continúa no con carácter bélico, sino con otra versión, que es la económica, al entorpecer su sistema económico de modo tal que sea de baja renta y muy vulnerable, e impidiendo su entrada al campo tecnológico.

Los tratados firmados no permiten al Paraguay que su excedente de energía tenga a otros mercados que no sean Brasil y Argentina, a precio de costo. A esta condición se le suma un comportamiento alejado de la moral y la ética. Así lo demuestra el Ing. Nelson Cristaldo cuando afirma que los países limítrofes se intercambian energía paraguaya. Brasil envía a Argentina y esta al Brasil, mediante el convertidor de frecuencia de Garabí, construido en la frontera común. Este fraude desvergonzado, esta estafa, no puede quedar en silencio, debe ser informado a los organismos internacionales de Justicia, pues como dice el Dr. Gustavo de Gásperi, es un ilícito por abuso de derecho y se tiene que reclamar indemnización.

 Los actos ilícitos de Brasil y Argentina no pueden ser considerados con indiferencia, insensibilidad o apatía. El Gobierno paraguayo debe manifestar que el acto doloso que se comete en Garabí no es propio entre socios que buscan el bien común y la legalidad. Por consiguiente, se impone el respeto y la indemnización correspondiente. El Paraguay no merece la humillación al cual le someten Brasil y Argentina, que tampoco querrán ser calificados de ladrones, simples rateros o hurtadores.

Centrándonos en la hidroeléctrica Itaipú, llama  la atención que nunca pudo ser renegociado el tratado, teniendo en cuenta que solo benefició al Brasil y nada al Paraguay, cuya vida nacional sigue como si no fuera socio en paridad. ¿Qué oculta el tratado que originó a Itaipú? ¿Qué cláusulas no permiten ser reveladas a fin de no comprometer a gobiernos o a personas?

Para pasar de la angustia a la libertad, se debe buscar el mal de la raíz o la raíz del mal. Considerando la conducta y el comportamiento de Brasil en la central hidroeléctrica de Itaipú, el mal está en Brasil, puesto que Itaipú es la raíz, por consiguiente, el primer mal es el tratado que le dio origen. La segunda causa está en el escuchar al Gobierno brasileño, instruido por Itamaraty, pues como diría Miguel de Unamuno, son "palabras esqueletos de pensamientos, cosa muerta, sin carne palpitante y dolorosa". El tercer mal es la conducta fluctuante, oscilatoria, de Brasil en sus promesas; cambia de pensamiento y los acuerdos, convenios y pactos que hace los deshace después. Sus promesas no tienen garantía.

ABC Color (03.09.2010), en conversación telefónica con el diputado Vaccarezza, líder de la bancada del partido del presidente Lula, informa que este reconoció que "se suspendió el tratamiento del ajuste de la compensación al Paraguay y los aportes extras para la línea de 500 kV". Vacarezza dijo que "no fue posible" y no lo será por lo menos hasta después de las elecciones del 3 de octubre.

Es evidente que el Gobierno brasileño humilla al Gobierno paraguayo y a su pueblo. La solución es ir a La Haya. Se impone la búsqueda de la verdad y que se haga justicia. La pregunta obligatoria es entonces ¿por qué no va a la instancia que se le impone? ¿hay alguna causa que lo impide? Si hay un motivo o una causa… ¿cuál es esa causa de peso?

Todo lo expuesto se halla fuera de las fronteras del Paraguay pero no se puede negar, sí afirmar, que también hay razones dentro de la frontera que actúan como factores endógenos que dificultan dar solución a los múltiples problemas de Itaipú. Nos referimos a la "topografía estructural del cerebro de los políticos escalares", que si bien tienen un valor numérico carecen de dirección y sentido. Y estas irregularidades no les permiten ser responsables del presente del Paraguay, lo que hará de él un país sin destino. Los "políticos escalares" no pueden seguir el consejo del filósofo Jacques Maritain, que dijo: "Es mejor prescindir de hacer política que hacer mala política".

Los "políticos escalares" superan ampliamente a los políticos vectoriales, una razón lógica para que se continúe haciendo mala política, pues los primeros carecen de conocimiento de la ciencia política, no son profesionales ni tienen experiencia. Sin los valores que requiere la política, son aventureros sin doctrina ni principios, lo que les impide tener autoridad para salvar la soberanía energética del Paraguay y además, por no ser el objetivo fundamental y esencial, más bien se dedican a una eterna riña entre los partidos políticos para colorear el Estado y sacar por ese medio mayor provecho. De ese modo, alejan al país del progreso, del desarrollo y del avance que proporciona la técnica. Seducidos por el poder, la riqueza ilícita y la fama cometen toda clase de actos dolosos contra el Estado, causa por la cual se aferran al cargo y terminan por ser "vitalicios", creando una "dictadura legislativa" si son funcionarios del Poder Legislativo. Son simples aventureros; no solo desconocen la ciencia política sino también la moral política. Ignoran además ¿qué es el bien moral?, el fundamento original de la moralidad, la moralidad como mandato natural, la moralidad como mandato legal y la moralidad como poder de libertad.

Los "políticos escalares" tienen alteraciones en la topografía estructural de sus cerebros, no están en condiciones de salvar la soberanía nacional ni la soberanía energética de Itaipú. Sin conocimiento de la ciencia política y de las normativas morales alejan al Paraguay de la era tecnológica y por consiguiente del progreso y del desarrollo que imponen la época, motivos suficientes para que el Paraguay pase de la independencia a la dependencia.

El atraso del Paraguay a nivel regional y continental, así como su elevado grado de subdesarrollo, se debe a los "políticos escalares", que deben dar un paso al costado para que la conducta ejecutiva sea de los "políticos vectoriales".

Ing. Marcos Rierra Ferraro, Ex profesor titular de la Facultad de Ingeniería (UNA).  Profesor emérito de la Facultad de Ingeniería (UNA)
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