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Hasta Yacyretá consideró las pérdidas de una central aguas arriba y de haber usado para el cálculo del nivel óptimo el emplazamiento Itacuá, donde debe construirse la central, no en Pindoí, el nivel óptimo sería 79, no 82 y mucho menos 83.
El Tratado, en el Anexo B, establece 82 m como único nivel. Esto puede verse en el artículo II – ítem 2, y en el artículo III, ítem 2, como también en la carta de presentación, en la ficha técnica y en los desplegables preparados por la propia EBY. Además, este nivel se encuentra en todo el estudio de factibilidad y en cualquier plano que muestre un corte de algún componente de la presa. También puede verse en la carta de presentación del proyecto Itacuá, en la que los consultores consideran a Yacyretá en cota 82. Constituye un gran misterio que se diga insistentemente que 83.00 m es el nivel que estipula el Tratado y que se va a cumplir con el mismo. El valor 83 m no existe en ningún lugar.
La máxima capacidad de Itacuá es con 48 máquinas; mientras en Yacyretá es con 30 máquinas, ampliables a 45. Por tanto si Yacyretá, que debería tener un nivel de 79, pasa a 82 u 83 m, entonces “gana” aparentemente 3 o 4 metros pero solo para 20 máquinas, pero en Itacuá se perderán estos 3 o 4 metros de salto para 12 máquinas netas (32-20), 28 máquinas netas (48-20) o 3 máquinas netas (48-45) consiguientemente.
Itacorá-Itatí, permitirá aumentar el número de máquinas a 30 en Yacyretá. El mayor beneficio económico de Yacyretá es con 30 turbinas, ampliable a 45, para lo cual precisa del embalse compensador de caudales o contraembalse. El proyecto Itacorá-Itatí es un requerimiento fundamental, parte del Tratado de Yacyretá. Su función principal es la de servir de compensador de Yacyretá, mantener con agua el Canal Aña Cua, mejorar la navegabilidad y, a la vez, ser una gran fuente de energía para ambos países. Los resultados prueban que construir Itacorá-Itatí sería muy inteligente y debe hacerse antes que Itacuá; antes que Aña Cua, para demostrar que esta última carece de fundamentos.
La Central Itacorá-Itatí se justifica plenamente sin considerar los beneficios importantes de compensador que le ofrece a Yacyretá, beneficios que le brinda como un adicional y sin costo alguno.
Actualmente la Central Aña Cua costaría 16 veces mas que la solución original (US$ 2.000 millones según declaraciones del Arq. Oscar Thomas de fecha 15 de noviembre de 2013), dejando amputada a Yacyretá con 20 turbinas y empeorando la navegación.
La maquinización del Aña Cua resta potencia y energía de Yacyretá además de empeorar la navegación.
- Primero: no se gana energía. Lo que se hace es recuperar parte de una energía que nunca se tuvo que desperdiciar. Esto es porque el Estudio de Factibilidad y el Tratado establecen que habrá un embalse compensador que llenará de agua el brazo Aña Cua y de este modo no hay necesidad de descargar nada por el Aña Cua. Ambos documentos establecen que en el Aña Cua solo habrá un vertedero y ninguna central.
- Segundo: se perderá mucha potencia firme, en vez de producirse ganancia, porque al sacarle 1500 m³/s al brazo principal en épocas de estiaje, hará que durante las horas de pico solo puedan funcionar 12 de las 20 turbinas instaladas, a los efectos de tener un caudal base relativamente aceptable para la navegación. Ello es debido a que con 20 turbinas el caudal turbinable es superior al módulo del río y el nivel de restitución del Aña Cua es superior al de la central en el brazo principal. Así en vez de producirse una ganancia de 10% en potencia firme, se perderá 27%.
Pero además se perderá energía, esto es porque al restarle 1500 m³/s a la central actual, equivale a sustituir o desplazar sus dos primeras turbinas que también descargan el 100% del tiempo 1500 m³/s por las turbinas Nº 21 y 22 que poco funcionan. Así en vez de ganarse 10% en Energía Media Anual se pierden .5%.
Para agravar las cosas, los datos provistos en la licitación de la misma utilizan el nivel normal del embalse en cota 83 como el nivel en la central Yacyretá, siendo el mismo en la sección Encarnación-Posadas (lo cual significa que en el Aña Cua estos niveles son variables e inferiores) y solo hasta la entrada en operación de Itacuá se mantendrán constante a cota 83 en la sección Encarnación-Posadas, según Resolución de la EBY Nº280/88.
- Tercero. La pérdida grande que producirá la central Aña Cua será por impedir que se construya Itacorá-Itatí. Al no disponer de este Embalse Compensador – cuya construcción está establecida en el Tratado de Yacyretá, no se podrán instalar las 10 turbinas que faltan para completar las 30 unidades generadoras, y se perderán 1350 MW. Tampoco se podrá ampliar la central actual a 45 turbinas, o 6000 MW, valor dado en la carta de presentación de Harza y Asoc. y en el plano T 387 que es la planta de obras principales y así se perderá en total 3300 MW [6000 MW – 2700 MW actuales].
Los responsables de la navegación del Paraná y la propia COMIP, responsable de los recursos de navegación aguas abajo de Yacyretá, deben impedir que instalen más turbinas en Yacyretá sin el embalse compensador. De no impulsarse Itacorá-Itatí, Itacuá y no se impide que se construya la central Aña Cua, la COMIP no cumplirá su objetivo para la cual fue creada por convenio del 16 de junio de 1971, cuyo primer Artículo establece que se deben “evaluar los recursos” del Paraná. Siendo para el Paraguay mas importante la navegación que el 50% de la energía.
(*) Compilador de los trabajos del Ing. José Luis Enciso Velloso