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El miércoles pasado se esfumó un acuerdo de inversión por US$ 126 millones que el interventor judicial de Acepar, Ing. José Luis Vinader, había firmado en junio de 2018 con la empresa china Henan Complant Mechanical & Electrical Equipament Group (HCME), representada por su presidente, Jianxun Si Molina, y su representante para Sudamérica, Ing. Pavel Aracena Vargas.
La decisión de rescisión de contrato de arrendamiento, que iba a ser por 20 años, fue tomada de forma unilateral por la administración de Acepar, argumentando el incumplimiento de varias cláusulas por parte de la compañía asiática.
Esta es la segunda vez que se deja sin efecto un contrato de alquiler de la fábrica desde que se interviniera judicialmente la acería, en noviembre de 2013. El primero en hacerlo fue la firma brasileña Vetorial, que se retiró en enero de 2018 tras tres años de producción a medias y sin haber cumplido las metas de inversión. Y como si fuera poco, dejando deudas calculadas en unos US$ 20 millones con varios proveedores y con la misma Acepar.
Ahora HCME fue dejada de lado sin que se sepa si llegó a poner algún dinero y si lo hizo, cuánto aportó realmente. Supuestamente pagó, pero de forma no muy regular, los salarios de agosto a noviembre de 2018, dejando “colgados” a los casi 550 obreros en los meses de diciembre, enero y lo que va de febrero. Pero lo más grave fue, según fuentes cercanas a Acepar, que ni siquiera cumplieron con los envíos prometidos de equipos y maquinarias por un monto de al menos US$ 5 millones para intentar poner en marcha la vieja siderúrgica chaqueña. Acepar tampoco recibió nunca, siempre según el mismo informe, el pago de US$ 30.000 establecido para cada mes.
En esas circunstancias, el “cuento chino” de HCME resultó en más pérdidas y desesperanzas para Acepar y sus operarios. Con esto también, cada vez se aleja la posibilidad de volver a producir acero en Acepar, y si se produjera, tendrá un costo muy alto, tanto que seguramente será difícil que se sostenga como negocio.
Muchos se aprovecharon
En el sector metalúrgico privado local se tiene la idea de que gente inescrupulosa o mal intencionada ha ganado dinero con Acepar en el pasado, “pero a costa de fundirla”, y se preguntan en ese sentido “dónde están las demandas contra Tech, Tasser, Ganadera Dos Cauces”, y otras, refiriéndose obviamente a empresas ligadas al ítalo-argentino Sergio Tasselli, que dirigió Acepar hasta principios del año 2009, cuando el Gobierno reclamó la devolución de la fábrica para el Estado.
En ese tema hay mucha tela que cortar todavía, aunque en estos casi 10 años nadie hizo lo suficiente como para instalar el tribunal arbitral correspondiente para dirimir los derechos sobre Acepar. Para peor, están pendientes reclamos, justamente de Tasselli, por más de US$ 50 millones, por préstamos supuestamente hechos a la siderúrgica de su bolsillo.
En el ámbito sindical, algunos dirigentes consultados el viernes último creen ahora que Acepar debe superar “su incertidumbre jurídica”, que consideran “es el principal problema, la raíz de toda esta situación”, porque “cualquier empresa o empresario que tenga la intención de invertir en ella va a querer garantías legales y reales”.
Para el sector sindical, juega también en contra el seguir en una intervención judicial hecha en el 2013 a pedido de un gobierno que ya no está (de Horacio Cartes), “que dejó pasar cinco años sin tomar una definición a este tema y dejándonos en un caos judicial que ni sabemos a quien reclamar, atendiendo a que el administrador judicial no cuenta con fondos para intentar buscar alguna otra solución”.
A juzgar por todos estos factores, aunque realmente el país necesita que se produzca más y mejor acero a nivel local, no es conveniente que lo haga al estilo de Acepar, que en estas condiciones resulta una pesada carga, una gran fabricante de pérdidas.
Privatizada
La privatización de Acepar se inició en 1997 y debía completarse en el 2009, pero el Gobierno reclamó la devolución por violación reiterada de varias cláusulas.
Cootrapar
La Coop. de Trabajadores de Acepar (Cootrapar) tenía derechos sobre el 33,3% de las acciones de la acería, pero fue prácticamente borrada por Sergio Tasselli.
Dictadura
Acepar es una obra de la dictadura stronista. Fue construida con apoyo de Brasil en los años ‘80 por unos US$ 480 millones, y fue privatizada por US$ 35 millones.
jobenitez@abc.com.py