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En este sentido, el informe del Banco Mundial “Más allá del centro: La descentralización del estado” recoge los acontecimientos que marcaron la transformación.
En Argentina (1983), Brasil (1985) y Chile, la descentralización se dio en el marco de un cambio de gobierno, pasando del militar al civil, mientras que en Colombia (1986) y Venezuela (1989) se originó en medio de la restauración de elecciones locales por primera vez.
En cuanto a la transferencia de las principales responsabilidades como otra forma de descentralización se registran experiencias en Colombia y Argentina. El mismo estudio del Banco Mundial especifica que en estos países, la educación primaria fue descentralizada y traspasada hacia los niveles intermedios del gobierno. En Chile, pasó en parte al nivel municipal, en tanto que en Brasil parte de la responsabilidad por la red vial quedó en manos de los gobiernos estatales. Así también en Brasil, México y Colombia han aumentado en forma importante las transferencias fiscales a los gobiernos subnacionales.
En cambio, el proceso de descentralización en Paraguay se inicia en la década de 1990 con el retorno de la democracia, el diseño y la vigencia de una nueva Constitución Nacional. De esta manera, las municipalidades y gobernaciones adquieren una mayor relevancia como entidades de administración, convirtiéndose en unidades ejecutivas circunscriptas a las unidades territoriales menores: las gobernaciones y las municipalidades.
Sin embargo, a casi treinta años de la transferencia de poder, recursos y responsabilidades desde el Poder Central a los gobiernos descentralizados, el resultado no ha sido muy auspicioso. A inicios de la década de 1990 se pensaba que las municipalidades, el gobierno local, serían la caja de resonancia de las demandas ciudadanas y la plataforma más apropiada para atender los problemas y desafíos del crecimiento económico, demográfico y urbano.
Desprovistas de planes nacionales o regionales, así como carentes de una articulación con las demás instancias del ejecutivo, especialmente con los ministerios y demás dependencias públicas, la descentralización nutrió un conjunto de esperanzas que después no pudieron materializarse. Peor aún, las municipalidades y gobernaciones terminaron por convertir a la descentralización en un incremento de burocracia, creación de empleos públicos y sobre todo de corrupción.
En esta edición, MF Economía describe y analiza el proceso de descentralización administrativa en Paraguay, sus resultados y los desafíos del proceso de transformación, así como las potencialidades del crecimiento económico regional y local.