Muchos negocios, pocas ideas

Escribir no siempre es un placer tan magnánimo como un buen vino, una música selecta o una buena compañía. Acudimos al vino para una buena digestión o, sencillamente, para dar alegría al corazón por el casamiento de un hijo, el nacimiento de un nieto o el festejo de un título. Acudimos a los escritos para emitir un juicio de valor, una comparación o un análisis, todos ellos con pretensiones de construir un bien común. Una poesía que no transmite belleza, una idea que no otorga esperanza o una palabra usada como látigo, no construyen, no trascienden.

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El entramado de palabras, hilvanadas criteriosamente y con el cromatismo del autor, intentan dar a luz una idea. Finalmente, esta criatura literaria servirá para una causa justa, desvelar una verdad o confeccionar un programa de desarrollo. Pero todos ellos tendrán como base los principios y valores del autor; por ello es tan difícil escribir sobre el bien común, sobre la política y la religión; sobre los clubes, los partidos, la moda y otras preferencias humanas. Hoy pretendemos agregar un granito de arena al difícil tema del desarrollo y la defensa nacional, y dentro de este, a la política energética que muchos aseguran no existir.

Según datos relativamente nuevos, la Itaipú aporta el 76%, la EBY el 17% y la Central Hidroeléctrica Acaray, el 7% del consumo eléctrico nacional. Estas mismas fuentes confirman que el plan maestro de la ANDE 2014-2023 no prevé un corredor energético anillado. Esto significa que el sistema para el año 2023 continuará conformado por dos subsistemas radiales, casi independientes. Uno con fuente de Itaipú y el otro con generación de la EBY.

Si hubo alguna modificación en el plan original que me llegó hace un tiempo, rectificaré este escrito y expondré el que me envíen. Significará que la razón venció a la estupidez. Este trabajo tendría que demostrar que la ANDE, para 2023, con aproximadamente 6.000 MW de demanda prevista, utilizará un sistema anillado con los generadores de la IB y la EBY (50% de la capacidad es nuestro, por Tratado) en paralelo. Para ello tendrá que hacer cambios sustanciales en los equipos y la infraestructura en general y por sobre todo en la mentalidad de los administradores y negociadores energéticos.

El mencionado Plan Maestro fue concebido sin un ordenamiento territorial, solo preocupado por la demanda desordenada, ineficiente y con altas pérdidas (30%), con un crecimiento hasta hoy vegetativo. El sistema metropolitano, el conglomerado llamado Gran Asunción, usa el 50% de la demanda nacional y, agravando este hecho, concentra el 76% de los recursos. En resumen, usa mucho y produce poco, ya que tiene muchas pérdidas técnicas y robo. Por suerte, las grandes industrias están un poco más alejadas, pero no tan lejos.

Si tuviéramos un anillo interconector nacional en 500 kV (tal como fue elaborado por el equipo técnico de la Comisión de Entes Binacionales (CEBH) uniendo Villa Hayes-Itaipú-Ayolas, tendríamos hoy un corredor de 2000 MVA con el cual podríamos trasladar libremente nuestros excedentes de la EBY, de Itaipú, de Acaray y, cumpliendo el Acuerdo Lugo-Lula, venderlo a terceros. Podríamos tener nodos de frontera para exportación de excedentes (swap energético) como en cualquier parte del mundo civilizado. El ejemplo más cercano tenemos en el acuerdo entre Argentina y Brasil, tan discutido últimamente.

Cualquier principiante electricista sabe distinguir una conexión en serie de otra en paralelo. En la primera se aplica el ejemplo de los foquitos de Navidad; si se quema uno, el resto de la cadena se apaga. En cambio, en una conexión paralela, se puede quemar cualquier foco (ciudad, zona industrial o una gran carga) y el sistema no sufre. Este paralelismo se hace en honor al lector común que entiende poco de energía. Muchos dicen que nuestro sistema interconectado nacional (SIN) está atrasado unos 20 o 30 años, en inversiones y tecnología. Ha crecido por hipertrofia e hiperplasia, pero no por planificación. Los menonitas de Chaco Central nos han dado una clase magistral de planificación y desarrollo y en pago la ANDE casi le despoja su sistema. Felizmente primó la cordura.

Expongo otro ejemplo, no tan grave, pero crítico para la región afectada. Tenemos informaciones clasificadas con relación a la población de Bahía Negra, departamento de Alto Paraguay, el segundo departamento más extenso del país, con un área de 82.349 km²; sin embargo, escasamente poblado. Su capital es la ciudad de Fuerte Olimpo (6.565 habitantes) y sus distritos principales presentan las siguientes características demográficas: Bahía Negra, 3.510 habitatnes; Carmelo Peralta, 3.926 habitantes y Puerto Casado, 7.878 habitantes.

Con relación a Bahía Negra se sabe que la ANDE abastece esta ciudad con dos generadores diésel que funcionan en forma continua o alternada, pero racionada en el tiempo. Sabemos que esta situación conlleva el abastecimiento con un combustible caro y alejado del centro de distribución. Detrás de esto siempre existe un alto riesgo de corrupción e ineficiencia, ya que un sistema de 200 a 300 KW de potencia no es un grupo generador estable, con garantía de carga para más de 3.000 habitantes, muchos de los cuales están “colgados” de la red.

Lo cierto y concreto es que existe un gasto estimado entre US$ 600 a US$ 800 mil al año en mantenimiento. Si yo fuese el presidente de la ANDE, hace tiempo que utilizaba la Ley APP y lo concesionaba con una idea parecida a la subestática de Hernandarias, que abastece unas 30 industrias con un sencillo leasing operativo.

¿Cuánto cuesta un parque solar fotovoltaico de 500 KW, instalado? Aproximadamente US$ 3 millones; lo que nos da un tiempo de reposición de aproximadamente 4 años de la inversión y 20 años de lucro puro. En pocas palabras, con una energía limpia, barata y con una vida útil de 20 a 25 años de un parque solar, la inversión se recupera en poco tiempo; se elimina los riesgos del desabastecimiento y corrupción en el manejo del gasoil que importamos y lo llevamos desde Asunción.

Fuentes

Según datos relativamente nuevos, la Itaipú aporta el 76%, la EBY el 17% y la Central Hidroeléctrica Acaray el 7% del consumo eléctrico nacional.

(*) Vicepdte. de Sociedad de Ingenieros Liberales del Paraguay (SILP).

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