Manzanas con peras

Los rankings de innovación carecen de valor, dice Gary Hamel. La creatividad no puede compararse.

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La mayoría de los rankings en innovación difieren sustancialmente. Las listas de 2010 de las 10 compañías más innovadoras del mundo elaboradas por Fast Company y BusinessWeek, por ejemplo, coinciden en muy poco. Solo Apple, Google y Amazon están presentes en ambos rankings, aunque en diferentes puestos.

“¿Quién es realmente innovador?”, se pregunta Gary Hamel desde su columna en el blog Management Innovation eXchange. “¿Es la definición de innovación tan confusa que ni las revistas de negocios pueden ponerse de acuerdo?” Según Hamel, intentar comparar a las empresas más innovadoras es lo mismo que confrontar a los atletas más hábiles.

“¿Cómo igualar la fortaleza del jugador de hockey Sidney Crosby con la ligereza del velocista olímpico Usain Bolt o el equilibrio de Yang Wei, el mejor gimnasta del planeta? No se puede”, apunta. Al igual que los deportistas, los innovadores se dividen en categorías. Cinco, de acuerdo con Hamel.

1. Principiantes.

Tienen modelos de negocios extravagantes. El minorista de lujo online Gilt Groupe y el servicio de música por Internet Spotify pertenecen a esta categoría. Aún trabajan sobre sus estrategias iniciales, crecen rápido y no se han visto obligados a reinventarse. Pero, si tuvieran que hacerlo, “un análisis histórico indica que muchos de ellos fracasarían”, apunta Hamel. “Siendo novatos, es casi una casualidad que hayan dado con un modelo de negocios innovador.” A pesar de carecer de experiencia, son venerados como profetas. Al mismo tiempo, una excesiva dependencia de su visión les impide a las empresas que fundaron desarrollar la capacidad de innovación continua.

2. Laureados con el Nobel.

Algunos de ellos: Intel, Samsung, Microsoft y Cisco. Son consistentemente innovadores, aunque de manera unidimensional. Sus negocios se centran en la tecnología y, cada año, gastan millones de dólares en investigación y desarrollo. Participan en todos los rankings de innovación y de registro de nuevas patentes.

Son muy buenos empujando las fronteras de la ciencia, pero no tanto innovando en otras áreas: Microsoft, por ejemplo, fue incapaz de posicionarse a la vanguardia del software libre y de la computación en la “Nube”.

3. Artistas.

El negocio de estas empresas es la creatividad. Su producto es la innovación. Las agencias IDEO y Grey New York constituyen una muestra cabal de este tipo de innovadores. Aunque merecen los premios que ganan  año tras año, lo cierto es que tienen una ventaja intrínseca: todo lo que hacen y todos sus procesos, desde la
contratación de talentos a la gestión diaria del negocio, pasando por la forma en que acomodan los escritorios, está pensado para estimular la creatividad.

4. “Cyborgs”.

“Son organizaciones que fueron concebidas para lograr hazañas sobrehumanas en innovación”, dice Hamel. ¿Ejemplos? Amazon, Apple y Google. Sus negocios se basan en la libertad, la transparencia, la experimentación y el mérito. Como los principiantes, muchos “cyborgs” están liderados por fundadores carismáticos, pero que no quedaron atados a sus ideas iniciales.

5. Nacidos de nuevo.

P&G, IBM y Ford son compañías que han resucitado para abrazar la innovación. Después de muchos años de atrofia, cambiaron hábitos arraigados, desmantelaron los silos funcionales y recuperaron la pasión por sus productos. Supieron reinventarse. © Gestión

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