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La Eletrobrás se convirtió en la copropietaria y a la vez mayor acreedora del complejo energético más grande del mundo.
Es relevante mencionar que las cargas financieras fueron apremiantes sobre el capital movilizado, pesados intereses por amortización, multas moratorias, índices de corrección inflacionaria de monedas, por entonces la mayoría de los créditos eran en moneda brasileña, pérdidas ocasionadas por operaciones cambiarias; recordemos que los compromisos de la entidad eran en monedas binacionales (guaraníes y cruzeiros, pero los asientos contables eran en dólares estadounidenses).
Nuestra contraparte acabó consolidando su apropiación de las riendas del emprendimiento y de su producción. Concentró paulatinamente en sí las siguientes condiciones, causa y efecto de un conflicto de intereses:
1) Copropietario de Itaipú.
2) Por lejos, el mayor consumidor de la energía producida, situación que lo llevó a adecuar gradualmente el aprovechamiento hidroeléctrico a las exigencias operativas de su sistema interconectado, del cual consideran a la Itaipú como una central más.
3) Gestor casi independiente y unilateral de los recursos de explotación recaudados en su territorio (por poco la totalidad), lo que le ha permitido regular las remesas de recursos a nuestro país de acuerdo a su conveniencia y con participación paraguaya “a posteriori” sobre hechos concretados.
4) Acreedor absoluto de la deuda acumulada de la Itaipú (incluso de la deuda originalmente externa), que ha crecido de forma exponencial y a beneficio exclusivo del Brasil, por las continuas refinanciaciones realizadas (con base en la manipulación de diferentes escenarios de pago, que se extendían hasta el 2023, en los que primaba el concepto de “tarifa de equilibrio de largo plazo”, concepto contrario a las prescripciones del Anexo C) y, principalmente, por las excesivas tasas de interés aplicadas.
Este último, de una forma totalmente incompatible con el carácter de “obra de desarrollo” con que fue concebida la Itaipú por ambos países (lo que les llevó incluso a otorgarle una amplia exención tributaria -Art. XII del Tratado- y a ampliar los alcances de su misión empresarial).
Es categórico, este formidable complejo generador de energía eléctrica, con calidad y eficiencia, provee además una extraordinaria fuente de negocio financiero, único en su magnitud, es proyectado y tramitado con una arquitectura que produce altas ganancias, desproporcionalmente a favor de la margen poderosa.
Indudable, para hacer frente a este desafío es impensable enfocarlo con un equipo de mediocres, sumisos y comprometidos con los colores verdeamarillo. El carácter firme, “leal” y aprecio a nuestra patria serían herramientas de partida si queremos ganar la reyerta, lo pactado, sí se modifica, sucesivos acuerdos diplomáticos entre las Altas Partes, intercambios de Notas Reversales, ocasional arreglo de voluntades coincidentes de partes, congelamiento de la tarifa de potencia en carácter de auxilio del mercado energético mayoritario (medida política), son antecedentes que lo acreditan.
Nuestra contraparte está en su función, férrea intimidación y defensa de sus genuinos intereses, incluso el titular de la margen izquierda ya hizo conocer su advertencia, vía misiva, a la comunidad nacional, puja de ventajas en una dura competencia que nos convoca en este “nuevo rumbo”, la ciudadanía dio su veredicto el pasado 21 de abril del 2013, “no más de los mismo”.
La mordaza y la venda en los ojos son comodidades que enriquecen a unos pocos, pero condenan a la mayoría, aprendamos de las premisas de nuestro socio; decidido, impertinente, osado, sólido y convencido de sus causas, la justicia no se obsequia, se conquista; este próximo quinquenio es una oportunidad más, vamos por ella.
A la vez
La Eletrobrás se convirtió en la copropietaria y a la vez mayor acreedora del complejo energético más grande del mundo.
(*) Secretario General del Sindicato de la Dirección Técnica de la Itaipú Binacional – Sinditaipú.