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Sin embargo, existen ciertas inversiones, que por su extensión e interés social, los individuos particulares no la ejecutarían y que por tanto, requieren la intervención de un actor con mayor capacidad de gestión, que sea capaz de impulsarlas y regularlas: el Estado. Gastos en salud, construcción de carreteras y provisión de educación gratuita, y sobre todo de calidad, podrían resultar no ventajosas para inversionistas individuales, sin embargo, dichas inversiones promueven una mejora en las condiciones de vida de las familias y potencian el crecimiento económico en el largo plazo.
El crecimiento económico del Paraguay ha sido sostenido tradicionalmente por la agricultura y la ganadería, sectores que tienen como característica principal ser altamente sensibles a variaciones de precios y a los cambios climáticos. Otra característica importante de la agricultura y la ganadería es la alta participación del sector privado en la misma. Si bien el Estado puede proveer los recursos y las tecnologías, son los trabajadores privados quienes generan el mayor dinamismo y quienes asumen los mayores riesgos e inversiones para el crecimiento del sector.
Durante la última década Paraguay ha ido diversificando sus ramas de negocio dando impulso a sectores como la industria, los servicios y las construcciones. Es decir, existe una mayor apuesta a otros rubros que no necesariamente incluyen el trabajo intensivo del factor tierra. Actualmente, el sector con mayor participación en el total de lo producido en el país corresponde al de servicios, el cual representó un 45% en el 2015.
Así también, en lo que refiere a las construcciones, Paraguay tuvo un retroceso del 16% en el crecimiento del sector en el periodo 1994-2004, para tener un repunte del 77% en el periodo 1995-2015. Si bien la evolución de las construcciones de las últimas dos décadas fue cíclica, con resultados negativos durante casi la totalidad del periodo 1994-2014, fue a partir del año 2007 que los resultados del sector fueron positivos en su totalidad y se espera un crecimiento del 7,5% para el 2016.
En el año 2015, la participación de las construcciones en el total de lo producido en el país fue un 4,1% y se espera finalice con una participación del 4,3% en el 2016.
En la última década, obras civiles de gran envergadura, dirigidas al segmento de edificios residenciales y corporativos Premium, fueron las que explicaron más el avance del Producto Interno Bruto (PIB) de las construcciones, especialmente a partir del año 2010.