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a. La revolución árabe es considerada la primera gran oleada de protestas democráticas de los países árabes en el siglo XXI, independiente de toda confesión religiosa. Las protestas de índole social, en el caso de Túnez con apoyo del ejército, fueron ocasionadas por la falta de empleos en una población agobiada por un régimen plagado de funcionarios corruptos.
Según los analistas, estos regímenes provenientes de los nacionalismos árabes, entre los años cincuenta y setenta, se fueron convirtiendo en gobiernos represores y corruptos, que sin oposición política fueron creando vacíos de poder oportunamente llenados por movimientos islamistas.
Las malas condiciones de vida, el desempleo, la injusticia, la carencia de libertades y de infraestructuras beneficiaban solamente a una cúpula poderosa y rapaz.
¿Por qué no ocurrieron antes? Es probable que durante la Guerra Fría los países árabes tuvieran supeditados sus intereses nacionales a los de las superpotencias que pugnaban por la hegemonía global.
Con la caída del muro de Berlín, salvo excepciones, se amplió la libertad política en coincidencia con el proceso de globalización que difundió las ideas occidentales en las redes sociales, vía internet. La red implementó su significativa presencia en el siglo que se iniciaba gracias a los planes de desarrollo de la Unión Europea.
La mayoría de los manifestantes eran jóvenes –que en Egipto fue rotulado como la revolución de los jóvenes– con estudios básicos, superiores y terciarios con acceso a internet.
La Primavera Árabe es como una segunda rebelión árabe, heredera de la corriente anticolonialista de 1968, infructuosa en su momento aunque ahora resurge como parte fundamental de los movimientos mundiales de protestas.
b. En la experiencia paraguaya, con el “primaverazo estudiantil” del año 2015, se repetía una larga historia iniciada antes de la Guerra del Chaco.
Concluido el conflicto bélico, que remangó con éxito hasta los límites arcifinios del Chaco al aguerrido ejército boliviano, el ambiente social en Paraguay perdió su habitual calma. Contribuían para ello el expandido movimiento obrero paraguayo, desde los años veinte, dividido entre sus dos tendencias históricas: la anarquista y la socialista. Los primeros, defensores a ultranza de la libertad sobre cualquier autoridad, se encontraban agremiados en el Centro Obrero Regional Paraguayo; los otros, con propuestas para administrar los medios de producción por los trabajadores, estaban aglutinados en la Unión Gremial del Paraguay y sus sindicatos emblemas: la Liga de Obreros Marítimos y la Asociación Ferroviaria.
Otros grupos prestaban su colaboración. Se destacaban entre ellos los estudiantes, identificados con las ideas de la Reforma Universitaria de la Argentina, que lograron, en 1923, ocupar la dirección de la Federación de Estudiantes del Paraguay.
Como resultado de la presión estudiantil, el gobierno liberal reformaría en 1929 la Universidad siguiendo el modelo de las universidades argentinas cuyos estudiantes disputaban el poder a los docentes universitarios. El ideario reformista estudiantil rápidamente cundió en los sectores juveniles constituyéndose en un vigoroso movimiento cívico de oposición al gobierno liberal de José P. Guggiari (1928-1932).
Conocido como “Nuevo Ideario Nacional”, convocó a la unidad de los obreros con los estudiantes para participar en mítines y huelgas. También exaltaba un socialismo humanista que, sin una clara orientación respecto a sus objetivos sociales y políticos, se fue diluyendo de a poco.
c. En setiembre de este año los estudiantes de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), luego de precipitar la renuncia de su rector Froilán Peralta, no cesan de activar.
El movimiento estudiantil más vigoroso que nunca, hastiado de sus autoridades corruptas, con la consigna #UNAnoTeCalles decidió presionar hasta que se logre la reforma estatutaria.
La crónica de la rebelión señala que después de la renuncia del acusado como corrompido rector, se realizó una multitudinaria Asamblea General de la UNA. Otras asambleas, fueron realizadas en las facultades Politécnica, Economía y Veterinaria.
En la Facultad de Derecho, pese a algunos incidentes, se pudo llevar a cabo con éxito el evento en el que se pidió la dimisión del decano Antonio Fretes.
No fue suficiente para los estudiantes, hastiados de promesas mentirosas, que el ahora presidente de la Corte, Fretes, prometiera, en el periodo 2015, trabajar con responsabilidad, honestidad y empeño encarando una lucha frontal contra la morosidad.
En la Asamblea General del domingo 4 de octubre se decidió rechazar la intervención del Cones –órgano estatal encargado de regular la educación superior– por su falta de credibilidad y su vinculación con el Gobierno. En la ocasión exigieron al Consejo Superior Universitario aceptar la renuncia del inefable Peralta.
Con su renuncia, quedó como rector interino Ricardo Meyer, de Arquitectura, uno de los decanos no oficialista. No obstante, la toma y la movilización siguieron sin solución de continuidad.
Las sedes de Derecho, Sociología y Politología, Filosofía, Medicina e Instituto Superior de Lenguas, fuera del campus, también fueron ocupadas.
Los auspiciosos resultados de la lucha estudiantil se concretaron con las renuncias de Froilán Peralta, rector; Andrés Amarilla, vicerrector; Antonio Rodríguez, decano de Economía; Isacio Vallejos, decano de Ingeniería; Juan Gualberto González, decano de Veterinaria; Ruben Di Tore, decano de Odontología; Aníbal Peris, decano de Medicina, uno de los más cuestionados. De momento, la movilización sigue, y la decana de Filosofía, María Angélica González, pese al desprecio estudiantil, se resiste a renunciar.
Los manifestantes también piden la remoción de la vicedecana Gladys Ríos y todo el Consejo Directivo por apañar hechos de corrupción y manejos autoritarios de la decana.
Los ciudadanos apoyan vigorosamente a los jóvenes que, desde la universidad encarnan el hartazgo de la ciudadanía ante tanta cachafacería de las autoridades universitarias.
Desde el 9 de octubre, Abel Bernal es el nuevo rector de la UNA. Sin embargo, el Ministerio de Hacienda no liberaría los fondos para salarios e insumos del Hospital de Clínicas cortando el proceso de discusión y elección de los mejores perfiles propuestos. Los estudiantes como respuesta advirtieron al presidente Cartes “Ahora vamos por vos”.
También en las binacionales
d. Este esperanzador despertar juvenil estudiantil –que abochorna a los abúlicos mayores, carentes de voluntad y energía– debiera incursionar también en las hidroeléctricas binacionales, las principales riquezas del país.
En efecto, sentados sobre una montaña de dinero –indiferentes a las sesudas recomendaciones del célebre economista Jeffrey Sachs del Columbia Vale Center, de la Contraloría General de la República y de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos de la Cancillería nacional, hoy desactivada– , hoy somos mendigos de nuestra riqueza.
Con pavoroso silencio, admitimos que la errática emisión de bonos soberanos endeude hasta el 2045 a las generaciones futuras. Todo ello, para pagar deudas adquiridas por un gigantismo estatal sustentado en un enfermizo nepotismo.
Sin embargo, abrigamos la esperanza, aunque vergüenza nos dé, que el “primaverazo estudiantil” sea un indicador válido que presagie un cambio que los obtusos gobiernos árabes de Túnez, Libia y Egipto no supieron percibir a tiempo. Lo mismo ocurrió, por no entender las señales de los nuevos tiempos, al caduco gobierno derribado estrepitosamente el 2 y 3 de febrero de 1989.
Es importante advertir que sin una clara orientación respecto a sus objetivos sociales y políticos, el movimiento estudiantil no podrá sostenerse en el tiempo, lo que más les sobra a estos intrépidos funcionarios más identificados con el crimen organizado que con los intereses de la nación.
La entrega de nuestra soberanía energética a nuestros socios condóminos debe parar. Entre tanto, es menester zarandear el árbol de frutos podridos, como lo hicieron los jóvenes de la Universidad Nacional de Asunción, para acabar con la corrupción entreguista enseñoreada en las hidroeléctricas binacionales de Itaipú y de Yacyretá.
Historia
En la experiencia paraguaya, con el “primaverazo estudiantil” del año 2015, se repetía una larga historia iniciada antes de la Guerra del Chaco.
Contagiar
El despertar juvenil estudiantil –que abochorna a los abúlicos mayores– debería incursionar también en las binacionales, las principales riquezas del país.
Juanantoniopozzo@gmail.com