La Pirámide de Maslow

“Es peligroso tener la razón, cuando el gobierno se equivoca”. Cándido Voltaire.

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La Pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría de la Psicología, integrada a la Economía y propuesta por Abraham Maslow en su obra: “Una teoría sobre la motivación humana”, en 1943.

Según el autor, todos aspiramos a satisfacer necesidades superiores, pero no todos consiguen satisfacer las básicas. Asimismo, las necesidades humanas, conforme son satisfechas, generan otras más elevadas y estas van ocupando la parte superior de la pirámide; mientras que las inferiores o deseos más bajos, ocupan la parte inferior.

Este modelo también propone que solo se atienden las necesidades superiores cuando se han satisfecho las necesidades inferiores.

Clasificación

Algunos autores clasifican el sistema en 9 grupos: 1. Subsistencia, 2. Protección, 3. Afecto, 4. Comprensión, 5. Participación, 6. Creación, 7. Recreo, 8. Identidad y 9. La fundamental, la Libertad. Estos grupos se aplican mediante cuatro mecanismos: el ser, el tener, el hacer y el relacionarse.

Algunos críticos de Maslow encontraron pocas evidencias sobre las necesidades básicas. La felicidad es subjetiva e independiente, decían, de los estereotipos culturales; así como también la autorrealización aún es posible en condiciones extremas de la carne. Solo el vacío espiritual escapa de esta regla.

La intención del escrito

La intención de este escrito no pretende hacer otra revisión más de la Teoría de Maslow, sino recordar a la opinión pública que en el ser humano, como en todo ser vivo, se cumplen las funciones biológicas de nacer, crecer, reproducirse y morir.

Durante este proceso fisiológico natural ocurren otras de índole emocional; aquellas que tienen que ver con la realización personal y colectiva, como la de elegir un club, una pareja, un partido político, una profesión y hasta el barrio donde vivir.

Llevando las necesidades individuales a un plano colectivo, vemos que estas se tornan necesidades sociales; es decir, si una persona necesita alimentación, salud, habitación, agua potable, trabajo y descanso, también lo necesita un grupo, un clan.

Del mismo modo, en la medida en que progresamos, nuestras necesidades van subiendo la pirámide, de tal suerte que en los peldaños más altos de la pirámide se representan el anhelo de seguridad, empleo digno, una propiedad privada, algún mecanismo de comunicación básica (celular, TV, radio, etc.).

Subiendo hacia la cúspide de la pirámide van apareciendo los artículos que podemos prescindir, pero que también llenan nuestros anhelos. Estos últimos están relacionados con la realización personal, el placer, recreación, hobby y otros que no se pueden considerar básicos.

Países pobres

En países pobres de Latinoamérica (LA) como el nuestro, o de África, encontramos entre las necesidades básicas a dos grandes sustentos de la humanidad: agua potable y alimentos.

En Paraguay, aunque parezca un contrasentido, nadamos en agua dulce y energía, caminamos sobre tierras fértiles y somos bendecidos por un clima incomparable; mismo así seguimos permitiendo la ausencia de estos factores de sobrevivencia en la propia base de nuestra pirámide.

La gran ironía económica paraguaya

Es una gran ironía económica que inmensos territorios del país (Chaco) sufran de escasez de agua, mientras otras regiones continúen lavando sus vehículos con agua tratada.

Asimismo, muchas regiones del país no tienen energía eléctrica, a pesar de ser el mayor exportador de hidroelectricidad de LA.

Ser pobres por opción y no por escasez de recursos naturales, es una estupidez del desarrollo.

Conclusión

Por todo lo expuesto, me resulta un tanto salvaje, o por lo menos temerario, iniciar programas estatales de alto valor científico (como la fabricación de cohetes al espacio) mientras aldeas enteras de Chaco paraguayo no tengan agua potable y energía eléctrica; mientras el 50% de la energía usada en el país aún provenga de leña y carbón extraídas de selvas que ya no tenemos; y mientras 30 mil niños e indígenas aún continúen mendigando en los semáforos.

Coincido también con Maslow en su apreciación sobre el modelo piramidal y elevo mi voz para realizar un gran pacto social en el Paraguay, en el cual sean satisfechas las necesidades básicas, antes de invertir un níquel más en artículos suntuarios.

El pacto social será el tema central de la próxima serie escrita.

Por último, me parece suntuario crear Ministerios o Secretarías de la Mujer, de la Niñez, de la Adolescencia, de la Juventud, etc.; mientras no tengamos un Ministerio de la Energía, el cual se constituye en una de las patas del trípode económico de la Nación, junto a la agricultura y los servicios.

Paradoja. Me resulta un tanto salvaje o temerario iniciar programas estatales de alto valor científico (como la fabricación de cohetes)

Sin.... ... Mientras, aldeas enteras del Chaco paraguayo no tengan, por ejemplo, agua potable y energía eléctrica

Atraso. ... Mientras el 50% de la energía usada en el país aún provenga de leña y carbón, extraídas de selvas que ya no tenemos.

(*) Especialista en desarrollo (Universidad Nacional de Asunción)

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