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De hecho también se cuestiona a China por la forma en que apoya a sus industrias locales para ganar competitividad internacional así como los estímulos o subsidios implementados en Mauricio. En el caso de la República de Mauricio, la isla de origen volcánico que se ubica en el Océano Indico, a unos 2.400 kilómetros de la costa sur-este del continente africano, en las últimas cuatro décadas el principal motor de su crecimiento económico ha sido la industria textil. Este rubro compite en mercados internacionales como resultado de la integración vertical, que va desde el diseño hasta la elaboración de la prenda, lo cual se logró con inversión en tecnología y capital humano. También lo consiguió con la promoción de pequeñas y medianas empresas orientadas a la exportación; diversificación de productos y reducción en los tiempos de entrega como resultado del alto grado de tecnificación, que incluye diseño asistido por computadora.
¿De qué se trata la maquila?
La maquila es un régimen de producción que permite que industrias emplazadas en el país participen en la elaboración de bienes y servicios para ser exportados. La empresa maquiladora puede ser una persona física o jurídica, nacional o extranjera residente en el país, que se encuentra bajo contrato de una empresa ubicada en el resto del mundo.
En Paraguay, la Ley de Maquila data del año 1997, y tiene por objeto promover el establecimiento y regular las operaciones de empresas industriales maquiladoras, que se dediquen total o parcialmente a realizar procesos industriales o de servicios, incorporando mano de obra y otros recursos nacionales destinados a la transformación, elaboración, reparación o ensamblaje de mercaderías de procedencia extranjera, que han sido importadas temporalmente para su posterior reexportación.
Marco legal
Ahora, ¿cuál es el marco legal que busca impulsar la industria en el país? Básicamente, se tienen dos regulaciones: la Ley de Maquila y la Ley N° 60/90. ¿Qué beneficios o incentivos fiscales obtienen las empresas interesadas en invertir en proyectos de maquila o en cualquier otra inversión de capital en el país?
El Decreto N° 9585, que reglamenta la Ley de Maquila, establece que las empresas serán gravadas con un tributo único del 1% sobre el valor agregado generado bajo este régimen. Además, gozan de: - Exoneración del impuesto de patentes a comercios, industrias, profesiones y oficios; - Exoneración del impuesto a la construcción, que afecte a la planta industrial y/o de servicios; - Exoneración de impuesto al valor agregado, que grava las operaciones de arrendamiento o Leasing de las maquinarias y equipos que forman parte del programa de maquila; - Cualquier otro impuesto, tasa o contribución nacional o departamental creado o por crearse y la empresa maquiladora podrá acogerse al régimen de recuperación del IVA, etc.
Por su parte, la Ley 60/90 otorga: - Exoneración total de los tributos fiscales y municipales que gravan la constitución, inscripción y registros de sociedades y empresas; - Exoneración total de los gravámenes aduaneros sobre la importación de bienes de capital, materias primas e insumos destinados a la industria local, previstas en el proyecto de inversión; - Exoneración de los tributos que gravan a las remesas y pagos al exterior en concepto de interés, comisiones y capital de los mismos, hasta la puesta en marcha del proyecto; - Exoneración del noventa y cinco por ciento del impuesto a la renta proporcional a las ventas brutas generadas por la inversión, por un período de cinco años; - Exoneración total de los impuestos que inciden sobre los dividendos y utilidades provenientes de los proyectos de inversión aprobados, por el término de cinco (5) años, entre otros.
Dado este marco de estímulos fiscales, ¿Cuál ha sido la incidencia de estas regulaciones? ¿Cómo ha sido la evolución de la maquila paraguaya?
El mayor flujo de inversión
Las estadísticas presentadas por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) muestran que, en el año 2012, se observó el mayor flujo de inversión proyectada (US$ 638,0 millones), mientras que en 2018 solo ingresaron, entre enero y noviembre, US$ 170,2 millones. Asimismo, la generación de plazas de trabajo mostró el máximo histórico en 2015 (5.641), en tanto que, para el mencionado lapso de 2018, solo se crearon 2.259 puestos de trabajo.
Por su parte, las cifras del Banco Central del Paraguay (BCP) señalan que, para el cierre del año, el acumulado de exportaciones bajo el régimen de maquila con transformación se incrementó US$ 130,5 millones (31,4%) con respecto a 2017, para ubicarse en US$ 545,8 millones. Sin embargo, este registro solo representa el 6,0% del total exportado por regímenes aduaneros.
Por lo anterior, pareciera que faltan más elementos para estimular esta actividad, no solo se trata de incentivo fiscal. ¿Qué otros factores se pueden analizar? Paraguay ocupa el puesto 113 de 190 países en el indicador doing business, lo que refleja que si bien la estabilidad macroeconómica es condición necesaria para atraer inversión extranjera, no es condición suficiente, y parece que tampoco se trata sólo de tener un marco legal que ofrezca beneficios tributarios a empresas nacionales o extranjeras que quieran instalarse en el país.
¿Entonces? ¿De qué otros elementos depende el éxito de la industria maquiladora? Se deben reducir las trabas burocráticas que existan en el proceso de creación de la empresa y erradicar la corrupción, de forma que los interesados no tengan que recurrir al pago de coimas para realizar trámites legales. Por ejemplo, en Chile, se puede constituir una empresa en un día y de manera online, sin intervención de funcionarios que dificulten este proceso, mientras que en Paraguay se necesitan 35 días según el Banco Mundial y, además, para el año 2017, de acuerdo al índice que calcula Transparencia Internacional, es el segundo país con mayor percepción de corrupción de la región, solo superado por Venezuela.
Se necesita, además, acompañamiento activo al inversor, ya que para que un proyecto redunde en crecimiento económico para el país es perentorio que el empresario pueda recuperar su inversión y obtenga rentabilidad que le garantice la sostenibilidad de la misma. De hecho, si entran recursos al país para dirigirse a la industria y por diversas razones al poco tiempo ya no se encuentra operativa la empresa, es como si fueran capitales golondrinas con el agravante de que el inversor perdió una serie de activos fijos, que son difíciles de desmantelar y de vender, lo cual alejará a nuevos inversores del país.
Sin tecnología, pero con mano de obra
Paraguay carece de niveles tecnológicos de última generación, pero tiene mano de obra, recurso importante para el desarrollo de la industria maquiladora. En efecto, según cifras de la Encuesta Permanente de Hogares Continua, para el segundo trimestre de 2018, el 68,7% de la población ocupada del país tiene entre 15 y 44 años, pero sólo el 10,4% de esta se desempeña en la industria manufacturera y, más aún, el 30,6% son trabajadores por cuenta propia, con un ingreso por debajo del salario mínimo. Asimismo, la Encuesta Permanente, para el año 2017, señala que la población de 25 años y más sólo cuenta con 8,77 años de educación. Por tanto, esta es otra arista en la que se debe avanzar, se deben modernizar y adaptar los pensum de estudio a los nuevos requerimientos mundiales y es necesario realizar procesos de capacitación a los jóvenes.
Existen organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que ofrecen recursos y asesoramiento para este tipo de programas.
También es prioritario, para el éxito de la industria, el desarrollo de la infraestructura del país, de forma de contar con vías de comunicación en óptimas condiciones para el traslado de las mercancías.
Por tanto, para apuntalar el proceso de industrialización necesario para diversificar la economía del país y conducirla hacia la producción de bienes con mayor valor agregado, que permitan sostener el crecimiento económico en épocas en las cuales la volatilidad de los precios agrícolas o el clima afecten el resultado macroeconómico, se requiere un plan de industrialización como mínimo a 10 años, dónde se establezcan, entre otros elementos, los sectores prioritarios para el desarrollo económico. Para ello, es importante el intercambio con los gremios productivos y los diferentes entes públicos involucrados, de manera que exista un acuerdo nacional que trascienda lo político y que no se vea interrumpido con los cambios de gobierno.
Queda mucho por hacer
Si no se mejoran esas condiciones, la industria que resulte de este marco regulatorio no podrá crear empleos de calidad y duraderos que redunde en crecimiento económico, así como en ingreso de divisas que permita mantener estable la moneda, ancle las expectativas de depreciación de la tasa de cambio y genere un flujo de recursos que facilite la compra de insumos del exterior y el funcionamiento de la economía.
Queda mucho por hacer y el éxito de esta industria no solo depende de la estabilidad macroeconómica y la disponibilidad de mano de obra y de energía. A los temas planteados anteriormente también cabría añadir que se debe trabajar en el reconocimiento internacional de los productos elaborados y, por tanto, se necesita lograr estándares de calidad mundial y ciertas certificaciones, por ejemplo, las normas ISO para el caso de las maquilas orientadas a las autopartes.
Además como el Banco Mundial (BM) resalta, es de considerable importancia el acceso al financiamiento; la protección a pequeños inversores; la legislación del mercado laboral y la resolución de controversias en los contratos, entre otras.
En la medida en que se adelanten progresos en los temas pendientes, este proyecto de industrialización puede contribuir a la creación de empleos estables y de calidad, que permitan expandir la base productiva y exportadora del país, de forma a dinamizar el crecimiento económico y, con ello, avanzar en la disminución de la pobreza.
Mauricio pasó de un ingreso por habitante de US$ 7.387 (1990) a US$ 20.293 (2017), de acuerdo a indicadores del Banco Mundial. Además, dejó de ser un país agrícola de bajo ingreso para convertirse en uno de entrada medio alta, con una economía de amplia base industrial.
Según el último reporte del indicador doing business (facilidad para hacer negocios), la isla ocupa el lugar 20 de 190 países. Bajo esta medición, cuando se está más cerca del primer lugar es menos difícil emprender negocios, siendo un destino amigable con inversionistas.
Paraguay ocupa el puesto 113 de 190 países en el indicador doing business, lo que refleja que si bien la estabilidad macroeconómica es condición necesaria para atraer inversión extranjera, no es suficiente, y parece que tampoco se trata solo de tener un marco legal que ofrezca beneficios tributarios a inversores.
Trabas
En el proceso de creación de empresas se debe reducir trabas burocráticas y erradicar la corrupción para que el inversor no tenga que recurrir a las coimas.
Trabajo
Paraguay carece de niveles tecnológicos de última generación, pero tiene mano de obra, recurso importante para el desarrollo de la industria maquiladora.
Apoyo
Para que un proyecto redunde en crecimiento económico para el país, es necesario acompañar al inversor para que pueda recuperar y sostener su inversión.
Calidad
Se debe trabajar en el reconocimiento internacional de los productos elaborados y, por tanto, se necesita lograr estándares de calidad mundial.
Dinamizar
La industrialización puede contribuir a crear empleos estables y de calidad, que permitan expandir la base productiva y exportadora del país.
Crédito
BM resalta que son claves el acceso a créditos; la protección de los pequeños inversores; legislación del mercado laboral y la resolución de controlversias.