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a. La ilegal inclusión de la “deuda espuria” en el pasivo de Itaipú
Durante años, Itaipú se vio forzado a vender su energía por debajo del costo de producción. Para evitar su quiebra como consecuencia del subsidio a las empresas compradoras, en un 98% brasileñas (Furnas y Eletrosul), recurrió a préstamos con intereses usurarios lo que incrementó su pasivo. La entidad binacional, en marzo 1997, en ocasión de renegociar su cuenta con la Eletrobrás, dejó de incorporar en su activo la diferencia entre la tarifa real y la tarifa por debajo del costo de la energía entregada a las compradoras. No obstante, por insólito que parezca y fuera de toda lógica asumió como pasivo unos US$ 4.193,5 millones originalmente consecuencia de la venta del servicio de electricidad por debajo de su costo. De este monto, rotulado como deuda vencida y más tarde reconocida como “deuda espuria”, también formó parte los catastróficos efectos del Plan Real. Es así que por decisión del Gobierno brasileño, propietario de facto de Itaipú, la entidad binacional quedó atrapada en una deuda artificialmente sobredimensionada, que puntillosamente abonada solo sirve para subsidiar a la Eletrobrás.
b. El subsidio al mercado brasileño
Ramón Casco Carreras, periodista, docente universitario, investigador de temas energéticos explicaba el 25 de marzo de 2008 en la Sección Economía de ABC Color:
- En el año 1985, cuando se inició la fase de comercialización de Itaipú, se fijó una tarifa provisoria de US$ 10,00 por KWm para el periodo de marzo a diciembre. Los estudios indicaban que la tarifa debía ser mucho mayor para cubrir los costos de producción.
El 25 de febrero de 1986, los máximos órganos de administración de Itaipú adoptaron US$ 14,75 el KWm y no el recomendado por el resultado de la aplicación del Anexo “C”, que era US$ 16,50 el KWm. No obstante, el 4 de abril de 1986, los administradores brasileños y paraguayos de Itaipú decidieron reducir nuevamente la tarifa a US$ 10,00 el KWm, argumentando el general Ney Braga, director general brasileño, “que la alteración en el orden económico brasileño imposibilitó la transferencia de ese nuevo costo unitario del servicio a ser hecho por las empresas Furnas y Eletrosul”, según consta en el Acta Nº 81.
El ingeniero Debernardi, director general adjunto, ensayó que “la situación que estamos enfrentando esta tarde, no deja de tener un significado muy grande, no es una medida leve. Es una decisión grave, cuyas causas son claras, pero sus consecuencias no son tan claras como sus causas”.
Paraguayos y brasileños votaron a favor de Furnas y Eletrosul y en contra de la binacional. La diferencia entre la tarifa real y la tarifa de subsidio no fue anotada en el debe de las empresas brasileñas contratistas, sino que impusieron a la Itaipú para que la absorba.
- Seguía Casco que para cubrir ese déficit la binacional acudió a préstamos de corto plazo y con alto interés y no a los aportes –contribución– como lo establece el Tratado. El epílogo de este capítulo de la historia de Itaipú se concretó en 1997, con la reestructuración de la deuda de la binacional, ocasión en que descargaron sobre la Itaipú una cifra que para entonces ya alcanzaba los US$ 4.193,5 millones.
El “arreglo” permitió al Brasil descargar sobre el costo de servicio de electricidad de Itaipú una suma que le costó al ente una década de subsidios a las empresas eléctricas brasileñas. También esta situación obligaba a la margen derecha (ANDE) asumir parte de una deuda en la que tuvo menos del 2% de responsabilidad.
- En la página 77 del ensayo de su coautoría el “Partido Colorado: Las causas de su caída”, editado en el año 2008, Casco Carreras expresó que la venta por debajo del costo del servicio de electricidad fue “… aceptada por unanimidad, incluso por los seis directores y consejeros paraguayos, a sabiendas de que el destinatario casi exclusivo de esa medida de subsidio eran las empresa brasileñas (98% contra 2%).
- Los buenos paraguayos
En la reunión extraordinaria del Consejo de Administración (abril de 1986), los seis “buenos paraguayo” que aprobaron la decisión de subsidiar a las empresas eléctricas brasileñas fueron: Ezequiel González Alsina, ingeniero Andrés Gómez Opitz, general Milciades Ramos Giménez, Salvador Rubén Paredes, colorados stronistas”.
“…Estuvo presente en la reunión, el representante del Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay, el entonces diputado del Partido Colorado, José Antonio Moreno Rufinelli…”
- Con respeto a la renegociación de la deuda de Itaipú con la Eletrobrás en 1997 el coautor del libro destacaba:
“El ‘arreglo’ sobre la ‘deuda espuria’, consolidada en San Pablo por Resolución Nº RCA- 06/97 de Equilibrio Económico-Financiero de la Itaipú el 31 de marzo de 1997, fue la puntada final para que brasileños y paraguayos descargaran sobre el pasivo de la entidad binacional (la ilegal deuda vencida)…sus esquirlas alcanzarán incluso a los usuarios paraguayos cuya participación… no pasó el 2% del total”.
- Las raíces del arreglo. Los consejeros obsecuentes
“Las raíces de ese ‘arreglo’ se remontan a 1995 … en Brasilia, Carlos Alberto Facetti, entonces ministro de Hacienda, presidente de la delegación … Gustavo Pedrozo, ministro de Obras Públicas; Jorge Lamar, viceministro de Minas y Energía del Ministerio de Obras públicas; Miguel Fulgencio Rodríguez, presidente de la Administración Nacional de Electricidad; Héctor Richer, consejero de Itaipú; Miguel Luciano Jiménez, director general paraguayo de Itaipú, altos funcionarios…”.
“La Resolución RCA-06/97 fue aprobada por los siguientes consejeros: Miguel Fulgencio Rodríguez, Carlos A. Saldívar, Joaquín Rodríguez, Héctor Richer, Adolfo Ozuna y Paul Sarubbi”.
c. Los orígenes de la “deuda espuria”
- El doctor Carlos Cardozo, exdirector de Yacyretá, en una publicación de ABC Color del jueves 27 de marzo de 2008, explicó que en 1987 se aprobó un incremento de las tarifas en US$ 11,40 el KWm, que rigió desde febrero, y que según los cálculos de los costos de operación debían de ser US$ 15,00 el KWm.
En 1988 fue aprobada la tarifa de US$ 12,40 el KWm a partir de enero. En marzo subió a US$ 12,85 y en abril a US$ 13,65.
En 1989, los valores tarifarios determinados para cumplir los mandamientos del Tratado y sus anexos fueron de US$ 15,99 el KWm y para los años 1990 y 1991, US$ 16,00 el KWm. Más adelante, en el mismo año, la tarifa se fijó en US$ 16,10 el KWm.
Lo que ocurrió en la práctica fue que en el año 1989, la tarifa fue de US$ 13,65 de enero a agosto; US$ 13,79 en setiembre; US$ 13,92 en octubre; US$ 14,06 en noviembre y US$ 14,20 en diciembre estaban por debajo de US$ 15,99.
El doctor Cardozo sigue diciendo, que recién en 1990 se concretó la tarifa decidida en 1986: US$ 14,75 el KWm y que luego pasó a US$ 18,70.
El nivel tarifario decidido para 1990, cuestionado por las empresas compradoras, propició nuevamente la reducción del costo de la tarifa a US$ 16,06 el KWm, lo que acarreó un problema económico-financiero a la entidad binacional, complicada con una alta morosidad de las empresas compradoras y que culminó en el violatorio acuerdo del año 1997.
d. El descargo del expresidente Wasmosy
- El ingeniero Juan Carlos Wasmosy remitió una extensa carta al director de ABC Color el 24 de febrero de 2011 para referirse al editorial titulado: “El Congreso debe ser inflexible en el control de los intereses nacionales” publicado el 20 de febrero de 2011. Resumidamente decía la misiva: “El propósito que me mueve a dirigirle esta carta no es el de procurar la modificación de los estratificados pensamientos suyos y el de los redactores y columnistas de su diario sobre el remanido tema de las ‘entidades binacionales generadoras de energía eléctrica’, sino el de procurar que en estas cortas líneas los lectores de su diario tengan una lectura real … de lo que se denominó después como el ‘Acuerdo de 1997, alcanzado para lograr el equilibrio económico-financiero’, de tal manera que la deuda de la entidad fuese cancelada en el año 2023”.
Seguía diciendo:
“… Debo destacar que el tema de la ‘denominada deuda espuria de Itaipú’ ya se ha explicado a la prensa (entre ellos a los periodistas de su diario) hasta el cansancio, de tal manera a que transmitan ‘objetivamente’ al público lector, cosa que no se ha hecho. Continuó expresando: “… La denominada ‘deuda espuria’ de Itaipú, de US$ 4.000 millones, según la dialéctica de los críticos, se habría generado a raíz de no haberse aplicado el Anexo ‘C’ del Tratado en el año 1986, cuando los entonces directores y consejeros paraguayos … habrían consentido que la Tarifa de los Servicios de Electricidad de Itaipú fuera inferior a lo que correspondía, y que finalmente … ‘fue reconocida y aceptada en el Arreglo de la deuda en 1997’ ”.
Más adelante dijo: “La verdad, y la única verdad, es que el Arreglo de la deuda en 1997 se realizó con base en la primera gran renegociación de la deuda con Eletrobrás que se había realizado en 1990” (Gobierno Rodríguez).
“En esa oportunidad, cuando la deuda total de Itaipú alcanzó US$ 16.888 millones (incluidas cargas financieras), se había realizado una refinanciación de la deuda con Eletrobrás por US$ 9.336 millones. La porción restante de la deuda (US$ 7.552 millones), correspondiente a otras entidades brasileñas y deuda externa, fue refinanciada entre 1993 y 1995, cuando se negociaron más de cien contratos, con un ahorro de más de US$ 150 millones para Itaipú. Sin embargo, el equilibrio económico-financiero conseguido con esas negociaciones fue seriamente comprometido en 1994 por efectos de la implantación del Plan Real en el Brasil, de la variación cambiaria y de la corrección monetaria sobre la deuda de Itaipú, considerando que la mayor parte de los préstamos estaban contratados en moneda brasileña y el saldo deudor era corregido por índices de ese país, conforme fueron utilizados desde el inicio de los préstamos hasta entonces”.
Siguió expresando Wasmosy: “Como consecuencia, la deuda con Eletrobrás en ese año aumentó de US$ 10.837 millones a US$ 15.420 millones, se rompió el equilibrio y se produjo un desfasaje tarifario, lo que motivó imperiosamente la búsqueda de una solución apropiada”. “De esa manera, decía el expresidente, se realizaron intensas negociaciones con la participación directa de ambos gobiernos, que culminaron en 1997 con el Arreglo de la Deuda de Itaipú. Esta fue la segunda gran renegociación de la deuda, y la definitiva. A fines de 1996, la deuda total de ITAIPÚ era de US$ 19.035 millones. La deuda con la principal acreedora Eletrobrás era de US$ 16.225 millones, con una parte ya vencida de US$ 4.193 millones y otra a vencer de US$ 12.032 millones, y correspondía a contratos negociados entre los años 1990 y 1996, con una tasa de interés promedio de 10% a.a. y saldo deudor corregido por inflación brasileña. Más adelante señaló:
“Así fueron negociados los siete contratos vigentes de la deuda con Eletrobrás y agrupados en uno solo, con tres parcelas, obteniéndose una tasa de interés promedio ponderado de 6,25 a.a. Esta tasa era la más baja en el mercado internacional de capitales en aquel momento, y nada impedía que en el futuro pudiera ser mejorada en caso de darse las condiciones”. “Es importante destacar que en esa oportunidad la deuda fue totalmente dolarizada y se pasó a actualizar el saldo deudor por medio de índices de la inflación de los Estados Unidos, en sustitución de los índices de la economía brasileña, con lo que se obtuvo un triple resultado: unificar la moneda en lo referente a ingresos y egresos de la Itaipú, el dólar; hacer más previsibles los índices anuales, con lo cual se facilitaba el establecimiento de una política tarifaria a largo plazo; y evitar que los planes macroeconómicos adoptados por el Brasil para el control de la inflación siguiesen produciendo efectos negativos en las cuentas de Itaipú”. “Consecuentemente, la reducción de la tasa de interés de la deuda produjo la reducción de los pagos futuros a ser realizados por Itaipú, obteniéndose una importante quita financiera en la operación. Comparando las condiciones anteriores con las renegociadas, de acuerdo a simulaciones efectuadas para la cancelación de la deuda, le permitió un ahorro de más de US$ 17.000 millones en valores corrientes a largo plazo, representando a valor presente más de US$ 5.000 millones”.
También expresó: “Esa reducción lograda fue superior al monto de la deuda vencida de US$ 4.193 millones, mal llamada deuda espuria, cuestionada en ese momento y (que) cubría la distorsión de la deuda causada por el Plan Real. “Con las decisiones adoptadas se pasó de un escenario de imprevisibles consecuencias, a uno que permite un futuro estable y predecible, para preservar el permanente equilibrio económico-financiero de Itaipú. De haberse mantenido las condiciones vigentes hasta entonces, sin que nada se hiciese, la deuda llegaría a US$ 60.000 millones en el año 2023 –US$ 100.000 millones según otros estudios brasileños– con una imposibilidad absoluta de ser pagada”.
–Más consejeros negociadores
Reiteró en su misiva el expresidente y senador vitalicio Wasmosy:
“Reiterando, lo que deseo explicar e informar al lector es que los números de la deuda negociada en 1997 arrancaron en 1990, cuando el Poder Ejecutivo lo ejercía el Gral. Andrés Rodríguez, siendo algunos miembros del Consejo de Administración de Itaipú que participaron en esas negociaciones el abogado Jorge Gross Brown y el economista Ricardo Rodríguez Silvero, entre otros. Luego, no puede atribuirse a mi gobierno (1993-1998) como ‘quien aceptó la deuda espuria de Itaipú de más de 4.000 millones de dólares, cargándola a espaldas del pueblo paraguayo para que la paguen las generaciones presentes y futuras’, como lo afirma el editorial de su diario, al que me estoy refiriendo. Finalmente concluyó:
“… Durante mi gobierno no he aceptado ‘ninguna deuda espuria’ de Itaipú; … no fueron impugnados con fundamentos serios y responsables … dado que el diario ABC Color tiene, evidentemente, una línea propia de pensamiento en esta materia…”
e. Análisis de los expertos
El Gobierno de Wasmosy aceptó una deuda declarada ilegal por los órganos de control estatal. Al priorizarse su abono, ocasionó un abismal aumento del pasivo de Itaipú. Solo en concepto de moratoria de las (cuentas) Líneas B y C y Factor de Ajuste, la deuda fue incrementada en cerca de US$ 12.000 millones. Si le añadimos la deuda vencida considerada ilegal, el pasivo se incrementó en unos US$ 15.975,1 millones.
1) Licenciado Ramón Casco Carreras
El editor del Suplemento Económico de ABC Color, el 29 de diciembre de 2010 publicó:
“El área comprendida entre 1986 y 1990, lapso en que nunca rigió la verdadera tarifa de Itaipú, representa la suma no ingresada conforme la tarifa de US$ 14,75/KW mes. Según un examen especial de la Contraloría General de la República, realizado en 1997, rondaba los US$ 445.066.865. Sin embargo, la llamada deuda espuria, o sea todo el monto que el Consejo de Administración adicionó a la deuda de Itaipú en 1997, trepaba a los US$ 4.193,6 millones”.
Evidentemente estaban incluidos en la cuenta los saldos y retazos y los efectos del Plan Real.
- En Itaipú se divulgaba por el año 1999, que el precio por debajo del costo de producción de la energía se trataba de una “tarifa social” que arrojó una pérdida de US$ 525 millones, un 12,5% de la deuda vencida de US$ 4.193,5 millones.
De cualquier manera, sin la ratificación parlamentaria, los gobiernos, los consejeros ni los directores estaban habilitados para vender la energía por debajo del costo del servicio de electricidad. Todos ellos, al ignorar lo estipulado en el Anexo “C”, estaban violando el Tratado de Itaipú y deben responder de sus actos.
2) Ingeniero Ricardo Canese
En una entrevista publicada en la página digital de ABC Color, el 30 de diciembre de 2010, Canese señalaba:
“Si el 4 de abril de 1986 no se rebajaba la tarifa de Itaipú, incluso contra lo consagrado en el Tratado, el ente binacional hubiera tenido un saldo positivo y no una deuda abultada”. El 3 de enero de 2011, por el mismo medio, confirmó que corresponde a “las empresas que adquirieron la energía a menor costo sean las que paguen esta deuda. El 98% de esas empresas, aproximadamente, son brasileñas. Solo un 2% correspondería a la ANDE”.
En efecto, el monto incluido fraudulentamente, reconocida como “deuda espuria”, afectó profundamente el pasivo de Itaipú y su onda expansiva se proyectó hasta el 2023. Mientras se priorizaba su pago, las otras fracciones adeudas quedaron congeladas acumulando US$ 6.098 millones de intereses capitalizados y ajustes monetarios. Con esta reingeniería financiera el pasivo de US$ 16.225 millones, arreglados el 31 de marzo de 1997, saltó automáticamente a US$ 22.323,5 millones.
3) Ingeniero Ernesto Samaniego
Al comentar Samaniego un escrito de Justiniano Riveros, publicado el 3 de marzo de 2013 en ABC Color, destacó que “… durante el Gobierno de Wasmosy se llevó a cabo la ‘ingeniería financiera’ de la deuda de Itaipú, donde a pesar de transferirse aproximadamente 2.000 millones de US$ anualmente en ese concepto, a fin de 2006, a 10 años de la renegociación, el monto renegociado aumentó en más US$ 6.000 millones por intereses capitalizados y ajustes monetarios…”. Realmente, insólito, agregamos.
f. Deuda vencida, aceptada por el gobierno Wasmosy según los Órganos de Control
- La investigación de la deuda vencida o “espuria” por la Comisión Bicameral de Investigación del Congreso Nacional (CBI) remitió sus conclusiones en mayo de 1997:
La Comisión Bicameral declaró “… nulas en sus efectos y alcances las resoluciones del Directorio Ejecutivo y el Consejo de Administración que ocasionaron la deuda ilícita de más de US$ 4.000 millones por violar reiteradamente preceptos establecidos en el Tratado de Itaipú. Por consiguiente, los acuerdos de renegociación de la deuda arribados al 31 de marzo pasado (1997) carecen de fundamentación legal y no comprometen a la República del Paraguay…”
- En diciembre de 2010, una auditoría de la CGR declaró “ilegal” la fijación de una tarifa en Itaipú, entre 1986 y 1990, por debajo del costo del servicio de electricidad.
“… El establecimiento por el Consejo de Administración del ente binacional de una tarifa provisoria de 10 US$/KW mes –para la venta de la energía producida en Itaipú– que al no representar el valor resultante del costo de la explotación de la usina, tal como se mencionaba taxativamente en el Tratado y sus anexos, se presenta como violatoria de los términos del mismo y, por consiguiente, de aplicación ilegal”.
Por tanto, según la auditoría, “las tarifas de potencia contratada a menos del costo de producción, vigente entre el año 1986 y 1990, fue violatoria del Tratado de Itaipú e ilegal”.
Las contundentes afirmaciones derivadas de las investigaciones descalificaban la actuación de los miembros del Consejo de Administración de 1986, que admitieron la venta por debajo del costo el servicio de electricidad. También a los negociadores preliminares y al Consejo de Administración, quienes incluyeron la deuda vencida en el pasivo de Itaipú en 1997.
g. Conclusión
Brasil, para la explotación conjunta del limítrofe río Paraná, se vio obligado a conformar con Paraguay una sociedad que se niega a compartir. El vecino país, violando el principio de la buena fe, instituido en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, se desentiende del objeto y el fin del Tratado que en su artículo XIII establece “la división en partes iguales del aprovechamiento hidroeléctrico”.
El propietario de facto, para materializar el control económico, en vez de aportes, obligó a Itaipú a recurrir a préstamos usurarios de la otra parte constitutiva de la entidad binacional: la Centrais Elétricas Brasileiras SA (Eletrobrás) y a incorporar en su pasivo deudas ilegítimas.
Los compromisos contraídos, aunque totalmente honrados según los expertos, se siguen abonando puntillosamente a la multinacional brasileña que cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York como única dueña de Itaipú y es sospechada de corrupta por sus accionistas norteamericanos. Todo ello, abona la tesis de que Itaipú es la caja que solventa y sostiene a la Eletrobrás.
Lamentablemente, nuestros gobernantes, poco patriotas, se omiten ante este latrocinio. Exceptuando el Gobierno de Lugo, se niegan a reclamar nuestra soberanía energética.
Mientras, Brasil a través de Itaipú solventa a la sospechada de corrupta Eletrobrás y cuando toca desplaza sus formaciones blindadas en la frontera del Este. Por otro lado, la Argentina se apropia de Yacyretá y cuando cabe, pone en funcionamiento el puerto preciso de Santa Fe para que nuestros productos se desplacen en carretas hasta las urbes del Plata.
Pese a ello, los asociados en la Triple Alianza no consiguen quebrar al glorioso pueblo paraguayo que ocasionalmente solo se dobla pero no se rompe.
juanantoniopozzo@gmail.com