¿La defensa de los intereses nacionales no existe para las organizaciones civiles?

Errar es humano, errar dos veces en el mismo tema todavía sigue siendo humano; pero, errar reiteradamente sobre lo mismo, es de bestias.

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No hace mucho pedí a un amigo, director de una conocida fundación, que exponga la misión de su ONG; me dijo: “nacimos con el fin de apoyar a las organizaciones de la sociedad civil (comisiones vecinales, ONGs, asociaciones ciudadanas, empresas, fundaciones, etc) de manera a que se conviertan en protagonistas del desarrollo del país, promoviendo la responsabilidad social y la capacidad de incidir efectivamente en el proceso de toma de decisión pública”.

En la siguiente pregunta ya fui más incisivo. Si nacieron para ayudar a la sociedad civil del Paraguay… ¿dónde estuvieron todos estos años de entreguismo y claudicación en nuestras binacionales? Itaipú y Yacyretá crecieron bajo vuestro silencio cómplice. Quedó mudo.

...Podemos enumerar un centenar de ONGs que existen solo para defender su pequeño patio de ideas o intereses. Algunos se autodenominan cristianos, pero no tienen nada de amor hacia los pobres o defender a las mayorías desprotegidas. Muchas de estas organizaciones están a la pesca de algún contratito que le extenderán políticos y administradores del Estado, que también quieren defender sus intereses mezquinos.

En la última década no conozco ninguna organización civil que haya luchado por nuestra soberanía energética, salvo esa lucha política – ciudadana que llevó al poder a Fernando Lugo. Fue una causa política que aglutinó a sindicatos de izquierda, campesinos de izquierda y un partido de derecha. Su mayor logro fue el Acuerdo Lugo-Lula.

Posteriormente llegó el juicio político, que deshizo todos los logros anteriores, pero trajo un nuevo actor: Jeffrey Sachs. Nadie llegó tan lejos en nuestras reivindicaciones energéticas. El Acuerdo Lugo-Lula fue el producto de una obstinada lucha interna y externa entre ingenieros, profesionales y trabajadores de 50 y 60 Hertz. Es la sátira que acostumbro usar para distinguir a los que luchan a favor de nuestros intereses y los que se están entregando a los brasileños, hace cuatro décadas.

Y ni hablemos de los responsables oficiales de gestionar nuestros recursos. La mayoría de ellos tienen corazones pequeños, bolsillos amplios y mente estrecha. Se escudan en corporaciones de la construcción, de las contrataciones del Estado; en fin, como diría un populista muy conocido, en “la patria contratista”. Pero cada cinco años tenemos una nueva esperanza, las elecciones. Depende de nosotros engordarlos o matarlos de inanición. Luego de esta presentación, me gustaría que haya un eco por parte de estas fundaciones. Aquí van algunas ideas, por ejemplo: 

Qué tal si el CEC (Centro de Estudios Constitucionales), nos diera un arma para que la Contraloría General de la República pueda entrar libremente en las binacionales y los municipios “amigos”. Si emitieran una sola fórmula ya justificarían su existencia.

Qué tal si la Fundación Ciudadanos por la Reforma nos diera, en este mismo espacio, una fórmula sencilla cómo achicar el Estado, desparasitar la función pública y hacer que el Presupuesto de Gastos de la Nación no gaste del 80 a 90 % en salarios, la mayoría de un solo signo partidario.

Me gustaría ver una fórmula sincera de la ADEC (Asociación de Empresarios Cristianos) sobre la industrialización nacional; les pediría, por su propio nombre, que nos formulen algunas recetas sobre el impuesto al tabaco, la soja y otros productos exportados en bruto.

Me encantaría además leer en este espacio una propuesta de la ADAP (Asociación de Abogados del Paraguay) y la CEDEP (Centro de Estudios del Derecho, Economía y Política) sobre los audios que salieron a flote en los medios. Son evidencias concretas del tráfico de influencia entre altos exponentes de nuestra política manceba. Hoy afloraron algunos componentes de la gran cloaca paraguaya, el poder judicial.

Algunas ideas como ejercicio para las ONGs 

1. Nacionalizar nuestra parte de las subestaciones “binacionales”. Hemos dicho en el artículo anterior que durante dos décadas y media la capacidad de extracción de nuestra energía en 50 Hertz, en Itaipú, era solamente del 16 %; un cuello de botella para nuestro desarrollo y una tremenda necedad administrativa. Hoy, a casi 45 años de la firma del Tratado, el 80% de nuestro consumo nacional todavía depende de un director ejecutivo brasileño. Subestación Margen Derecha (SEMD). Algo similar ocurre en Yacyretá.

2. ¿Cuánto costaría una segunda línea de 500 KV de la SEMD – Villa Hayes? Esto se podría hacer con la modalidad de las APP, llave en mano, y financiado por los inversionistas nacionales o “importados”, para facilitar nuestro desarrollo. Un lindo ejercicio para las corporaciones vialeras y los gremios de la construcción ... o sus ONGs satélites.

3. ¿Cuánto costaría repotenciar las otras tres líneas de 220 KV, que salen de la SEMD rumbo a Asunción y otras localidades del país? 

4. ¿Qué pasaría si contratamos el 100% de nuestra energía y la vendemos al Brasil en barra de la SEMD, y no en barras de Furnas? Eso haría que los medidores de facturación estén bajo dominio de la ANDE y que las pérdidas de transformación 50 a 60 Hertz (estación conversora) y transmisión, no sean asumidas por el Paraguay.

5. ¿Alguna ONG podría hacer un estudio detallado y comparativo sobre las pérdidas de oportunidad en que Paraguay incurrió en tantos años de producción primaria o agropastoril? ¿En qué posición del desarrollo latinoamericano estaríamos si hace 20 años comenzábamos la industrialización, o dicho de otra manera, la sustitución de importaciones? Una buena pregunta para el CIRD y el CADEP. 

Proyecto Green Silicon 

En esta última semana la margen izquierda de Itaipú presentó los avances de un estudio de factibilidad (con empresas alemanas) sobre la construcción de paneles solares. Según trascendió en la prensa brasileña, ésta se haría con excedentes de la electricidad paraguaya y el silicio brasileño. ¿Quién requiere con urgencia más energía? Brasil. Paraguay puede dosificar, vender a precio justo o hacer mejores negocios con las crisis regionales. Al final, el único dueño de los excedentes energéticos de Itaipú es Paraguay. ¿Quién puede orientarnos, dirigirnos o digitar nos en nuestras necesidades industriales? ¿El que nos ha despojado por 35 años nuestra energía a precio de costo? ¡Ovalema! 

Los paneles solares brillando bajo el sol son un icono de la producción sustentable. Pero, aunque generar electricidad mediante el sol es mejor que quemar combustibles fósiles, varios incidentes han vinculado la fabricación de estos símbolos brillantes con un rastro de contaminación química. Además, resulta que el tiempo que toma compensar la energía usada y los gases de efecto invernadero emitidos durante la producción de celdas y paneles solares todavía no han adquirido un certificado ambiental definitivo.

(*) Ex superintendente de Energías Renovables IB, vicepresidente de la Sociedad de Ingenieros Liberales del Paraguay.

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