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Desde entonces, se sucedieron diferentes fases de poblamiento y de construcción territorial en las que participaron diversos grupos humanos: paraguayos, alemanes, eslavos, búlgaros, ucranianos, polacos, japoneses y, últimamente, brasileños, según la consultora Investor Economía. Cada uno ha ido imprimiendo su estructura económica y social a lo largo de las décadas, imponiéndose claramente los actores de origen extranjero en la organización y construcción de la estructura económica. Sin embargo, la reciente activación urbana traduce una suerte de entrada en escena regional del grueso de la población paraguaya. Desde principios del siglo pasado, las corrientes migratorias europeas han contribuido en poblar y activar la porción Oeste del departamento, juntamente con poblaciones paraguayas que fueron instalándose progresivamente en el Sur del país (este proceso fue impulsado con la llegada del ferrocarril en 1912). Un poco más tarde, la penetración de los densos bosques del Este del departamento de Itapúa fue el resultado de la explotación forestal y yerbatera, cuya producción bruta era exportada a través de pequeños puertos diseminados a lo largo del río Paraná. Posteriormente, la apertura de la Ruta VI y la llegada de colonos paraguayos, japoneses y brasileños contribuiría a poblar efectivamente el Este del departamento. En el mapa nº 1 se observa que los distritos del Este del Itapúa han experimentado un sostenido crecimiento demográfico a lo largo de los últimos treinta años: en ese periodo de tiempo, la población de esta porción del departamento se ha cuadriplicado. Mientras tanto, el Oeste del departamento ha visto aumentar su población a un ritmo mucho menos dinámico (1,5% en treinta años). No obstante, esta porción Suroeste de Itapúa ha experimentado un marcado dinamismo urbano, liderado esencialmente por su capital: Encarnación. El departamento de Itapúa que se conoce en 2015 es sinónimo de diversidad de grupos sociales, de modelos productivos, de dinamismo urbano y de organización regional. Al mismo tiempo, se trata de un departamento donde se denotan importantes brechas de desigualdad. Definitivamente, la comprensión del nuevo escenario económico y social en gestación es un paso obligado para tomar decisiones estratégicas para el devenir del departamento. Para la opinión pública, la ciudad de Encarnación constituye una suerte de modelo urbano. Su radiante costanera y sus nuevos espacios públicos de calidad renovaron la imagen de la ciudad, cuya evolución reciente despierta una verdadera sensación de entusiasmo nacional. Sin embargo, lo que hay que saber es que el dinamismo de Encarnación no es reciente, es quizás solo más espectacular y mediático que antes. Efectivamente, desde inicios del siglo XX, Encarnación se erige como un verdadero centro urbano que organiza a la vez que se nutre de un activo hinterland regional.