Innovación y apertura, desafíos del sector cárnico en Paraguay

La demanda de carnes vacuna, porcina y de aves ha venido en constante crecimiento, principalmente, en los últimos años. En la década del sesenta, el consumo mundial cárnico rondaba las 70 millones de toneladas y cincuenta años más tarde el volumen se quintuplicó, oscilando las 350 millones de toneladas. El importante crecimiento estuvo impulsado por dos factores, el repunte de la población mundial, que pasó de 3.000 millones de personas a casi 8.000 millones en la actualidad, y el aumento en la disponibilidad de recursos, que se tradujo a su vez en el alza de la clase media.

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Las personas cambian su hábito de consumo en la medida que poseen mayores ingresos y los patrones de ingesta de carne vacuna se encuentran vinculados a la riqueza, por ello que el aumento de la disponibilidad de recursos es determinante.

Al observar los datos, en general, hubo un crecimiento muy importante de las importaciones de carne en los países vinculados. En el 2010 aparece la China Continental y Hong Kong, y hay otros países que se sostienen como Estados Unidos y el este de Asia. En estas naciones, Paraguay tiene relativamente poca participación en términos generales.

En cuanto a la composición de las exportaciones en el Mercado Común del Sur (Mercosur) se observa que el principal comprador o cliente de Paraguay es Rusia, en volumen, y en segundo lugar, se ubica Chile. El país también ha logrado ingresar en mercados como Vietnam, cuyo comercio está muy vinculado a la China Continental. Con respecto a las demás naciones que integran el Mercosur, Argentina y Uruguay tienen como principal mercado de sus exportaciones China, mientras que Brasil lo ubica en un segundo escalón. Los datos muestran que China está jugando un rol más que importante en el mercado internacional de la carne y Paraguay no aparece en el radar. El aumento considerable de los ingresos de la población asiática se traduce en la alta demanda del producto vacuno. La misma no puede ser respondida porque el país no cuenta con la capacidad, situación que lo obliga a importar para satisfacer su mercado.

Esta desventaja podría complicar las perspectivas de producción de Paraguay porque China está prácticamente definiendo los precios en el mercado de la carne y nuestro país es el gran ausente. La falta de relaciones diplomáticas, por ende de oficinas comerciales, impide la participación paraguaya en el mercado asiático.

En el mismo contexto, aparece un gigante que estaba dormido, Argentina. Durante el periodo anterior de gobierno, sobre todo con posterioridad al 2009, desaparece y se ubica en valores de producción por debajo de las 300.000 toneladas, y a partir de 2015 empieza a crecer con valores exponenciales como los registrados en sus mejores épocas. Paraguay no cuenta con la misma capacidad de producción, ya que la misma se ubica en alrededor de 550.000 toneladas, de las cuales 300.000 toneladas son exportadas y el resto forma parte del consumo local. Con este nuevo escenario, nuestro país se enfrenta a otro gigante en materia cárnica, al considerar que su hato ganadero se encuentra en aproximadamente 60 millones de cabezas y el promedio de Paraguay es de solo 12,5 millones. Un fenómeno que empieza a notarse, a pesar de la vigencia de un impuesto a la exportación, que aún representa un desincentivo a la producción, pero que los números no acompañan. Todo porque Argentina ha sido capaz de vender un producto de marca, conocido históricamente como uno de altísima calidad.

Sin embargo, Paraguay no ha sabido hacer uso de la calidad de su producto para insertarlo en el mundo y se ha limitado a comercializarlo como un commodity más. El caso de Uruguay es otro que sirve como ejemplo, debido a que cuenta con similares características a Paraguay, pero que ha aprovechado su condición y ha apostado al marketing. Esto lo llevó a avanzar hacia mercados como el chino, convirtiendo a este país como su principal comprador.

Las naciones vienen ganando mercado y Paraguay se enfrenta al gran desafío de acompañar el proceso. En la actualidad el país no tiene a los principales clientes del mundo: China, Estados Unidos y el este de Asia, por lo que conquistarlos debe ser la estrategia, pero antes debe analizar e implementar estrategias que reviertan el freno que ha tenido el hato ganadero en Paraguay, hoy, uno de los principales problemas del sector.

Estructura ganadera nacional

Si se considera la población del hato ganadero en Paraguay se observa que los aumentos principales en el número de cabezas de ganado se dieron hasta el 2014, donde se estima que la población de ganado alcanzó casi 14.500.000 animales. Desde ese año en adelante la cantidad de ganado o hato ganadero ha venido en descenso hasta el 2018, situándose en alrededor de 13.500.000 cabezas. Esto representa una reducción de 6,8% en un periodo de cuatro años, de acuerdo a datos oficiales. Si bien esto no corresponde a la faena de ganado, queda claro que hubo una reducción en la población, de las cuales los animales van a faena. Se recuerda que parte de la explicación de la disminución del hato ganadero se vincula con temas climáticos de lluvias e inundaciones, que afectaron numerosos campos vinculados a la ganadería entre 2015 y 2016, como consecuencia del fenómeno de “El Niño”.

En este mismo contexto, la relación entre el número de teneros y vacas cobra importancia por representar el nivel de fecundidad del hato ganadero. La relación del número de terneros con respecto a la cantidad de vacas se ha mantenido cercana al 50% en los últimos diez años. Esto implica que no ha habido mucho avance en cuanto a la eficiencia en términos de procreación de animales bovinos, por lo que la tasa a la que aumenta el hato ganadero es el mismo que hace 10 años. Esto es importante porque señala que la tasa de crecimiento del hato ganadero no contribuye de forma significante a aumentar la población de los bovinos. Un aumento en la oferta del hato ganadero contribuiría a reducir la presión a la suba del precio, pero para eso la relación ternero/vaca debería aumentar gradualmente, algo que no se observa en los últimos años.

Finalmente, otro dato importante vinculado a la producción de carne es la tasa de extracción de ganado. La misma se define generalmente como la relación entre el número de animales faenados sobre el total del hato ganadero. En Paraguay, esa tasa es de aproximadamente 16%. Así como la relación vaca/ternero, un aumento en esta relación contribuiría a incrementar la oferta de carne faenada y reduciría la presión sobre el precio. Si se compara esta tasa con la de otros países en la región, observamos que Brasil tiene una tasa de extracción de aproximadamente 14%, menor a la de Paraguay, pero el hato es superior a los 200.000.000. Sin embargo, Argentina y Uruguay, con hatos ganaderos de aproximadamente 53.000.000 y 11.800.000 (USDA), respectivamente, tienen tasas de extracción de 22% en Argentina y 19% en Uruguay. Esto señala mayores niveles de eficiencia o productividad en el proceso de generación de carne en Uruguay y Argentina.

La dinámica de la población de ganado descripta afecta a toda la cadena de producción de carne, desde la cría de terneros, la venta de animales para faena como los novillos y todo el proceso industrial de producción.

Eventos que complican el escenario del sector cárnico

En los últimos quince años, el sector ganadero ha sido un gran aportante en el crecimiento de Paraguay. Su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) se ha ubicado en torno al 2%. En la actualidad, el sector cárnico no se encuentra atravesando el mejor de los períodos. Se observa una reducción de precios pagados al productor, que tampoco se ha traducido en las góndolas de los supermercados, por ende, en el precio ofrecido al consumidor final a nivel local.

El incendio del Frigorífico Chortitzer (Frigochorti) y los problemas del Frigorífico Concepción representan una retracción de alrededor de 23% de la demanda de ganado. Por ello, el impacto en el precio debería ser significativo, con valores de alrededor de US$ 2,50 al gancho, que deberían posicionar la cotización por debajo de Brasil y Argentina.

Dado que la deuda del sector se encuentra en unos US$ 1.600 millones, el compromiso por cabeza es de unos US$ 118. Con un precio gancho de US$ 2,50 la pérdida por cabeza para machos (sobre un precio inicial de US$ 3,30) sería de unos US$ 184 por res vendida. Esto implica que en las condiciones actuales de financiamiento, el sector ganadero no tiene capacidad de pago de sus deudas, que entre el 2016 y 2019 tuvo un crecimiento de alrededor de US$ 200 millones.

Ante este escenario, las posiciones del sector deberían pasar por uno o varios de los siguientes puntos:

1. Tener una reglamentación del Banco Central del Paraguay (BCP) que les permita a los bancos comerciales renegociar sus acreencias con el sector. Las resoluciones del 2015 están adaptadas a la problemática de la actividad agrícola y solo medianamente servirán al sector ganadero. Seguir sin refinanciar implicará una faena de vientres, ya que los ganaderos deberán hacerlo para hacer frente a sus compromisos, con la consecuente reducción del hato ganadero.

2. Pensar seriamente en la posibilidad de generar una nueva demanda de venta de hacienda en pie a los países vecinos. Uruguay ha utilizado esta herramienta exitosamente para equilibrar los precios en su mercado de ganado.

3. El Estado parecería no estar consciente del potencial problema de la economía de la carne. Debería trabajarse para informar de esta situación y activar con las distintas instituciones en desarrollar soluciones.

4. A mediano plazo se debe procurar por la apertura de los principales mercados del mundo, sobre todo EE.UU., y China.

El sector de producción de carne ha pasado por un proceso de crecimiento importante. Los volúmenes de exportación han aumentado y los destinos se han diversificado, pasando con un importante desarrollo en las exportaciones a los países de Asia. Esta expansión en la demanda vino acompañada de un crecimiento en la oferta, que no habría progresado mucho desde el 2014 en adelante. La falta de dinamismo en términos de productividad y eficiencia podrían ser reemplazados por otras políticas de apoyo al hato ganadero para reducir la presión sobre el precio.

Con las condiciones adversas es el momento para que las autoridades nacionales y gremiales busquen y coordinen acciones para atender al sector y, el productor por su parte, replantearse su negocio de manera seria, tomando casos de éxitos para que Paraguay logre entrar en las grandes ligas internacionales de producción cárnica.

El sector ganadero local está atravesando por un complicado período. Factores internos y externos actúan en contra de su comportamiento, muchos de ellos, arrastrados desde hace meses. En el cuarto trimestre de 2018 la actividad presentó una caída del 3,3% con relación al mismo periodo del año anterior.

Los datos muestran que China está jugando un rol más que importante en el mercado internacional de la carne y Paraguay no aparece en el radar. El aumento considerable de los ingresos de la población asiática se traduce en la alta demanda del producto vacuno.

En los últimos quince años, el sector ganadero ha sido un gran aportante en el crecimiento de Paraguay. Sin embargo, ahora se observa menor dinamismo, con reducción de precios pagados al productor, que tampoco se han traducido en las góndolas, por ende, en el precio ofrecido al consumidor final a nivel local.

Acceso

Hoy, Paraguay no tiene acceso a los principales clientes del mundo: China, Estados Unidos y el este de Asia, por lo que conquistarlos debe ser la estrategia.

Freno

Se debe analizar cómo revertir el freno que ha tenido el hato ganadero de nuestro país, que actualmente es uno de los principales problemas del sector.

Global

La desaceleración en el sector no solo se da a nivel local, sino también la producción global de carnes crecería a un ritmo mucho más lento, según advierte la FAO.

Hato

Se observa que el hato ganadero paraguayo ha registrado los más importantes aumentos en el número de cabezas hasta el año 2014.

Marca

Paraguay no ha sabido hacer uso de la calidad de su producto para insertarlo en el mundo y se ha limitado a comercializarlo como un commodity más.

Acción

Con las condiciones adversas, es el momento para que las autoridades nacionales y gremiales busquen y coordinen acciones para atender al sector.

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