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Técnicos del Banco Central del Paraguay vienen trabajando en un Informe de Estabilidad Financiera que será divulgado periódicamente a partir de este año.
Además de las funciones fundamentales de un Banco Central, como definir e instrumentar la política monetaria, emisión de moneda, gestión de reservas exteriores, gestión y supervisión del sistema de pagos, se ocupan adicionalmente de la supervisión y regulación bancaria.
Los elevados costos económicos y sociales de las crisis financieras que han experimentado muchas economías en las últimas décadas, con especial agravamiento en los últimos tres años, la sofisticación creciente en cuanto a los instrumentos y las transacciones financieras que se realizan y la conciencia que han tomado los bancos centrales de que un sistema financiero estable es un prerrequisito para el logro de la estabilidad de precios, además de su papel de prestamista de última instancia, han hecho que la estabilidad financiera constituya un objetivo de política pública y un objetivo subsidiario de los bancos centrales.
La estabilidad financiera abarca una cobertura amplia de numerosas cuestiones clave para un Banco Central como ser: riesgo sistémico, infraestructuras de pagos, regulación/supervisión bancaria, regulación macro-prudencial, etc.
Ese creciente interés por la estabilidad financiera ha hecho que muchos bancos centrales creen dentro de su staff técnico áreas especializadas en el monitoreo del sistema financiero desde una perspectiva global, más amplia, que integra distintas disciplinas además del enfoque supervisor o estrictamente económico, y que publiquen periódicamente informes acerca del estado del sistema financiero.
Los primeros informes de estabilidad financiera (IEF) se publicaron a mediados de los años noventas en Inglaterra y rápidamente esa labor se extendió a otros países, sobre todo de ingresos altos. Al finalizar el 2005 alrededor de 50 países contaban con IEF, en su mayoría países europeos y asiáticos de ingresos altos y medios y solo unos pocos países de ingresos bajos.
De Latinoamérica, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Méjico fueron de los primeros en publicar periódicamente IEF y luego se fueron sumando Uruguay, Bolivia, Venezuela, Ecuador y Uruguay.
En los últimos años no solo los países sino además un buen número de instituciones han publicado IEF por la importancia que reviste este tipo de informes.
No es fácil
Definir un IEF no es fácil. Los bancos centrales y otras instituciones publican algunos reportes anuales o con mayor periodicidad que cubren de cierta manera el sistema financiero. Sin embargo, lo que es típicamente entendido como un IEF es mucho más específico.
El FMI define un IEF como una publicación regular de un Banco Central, cuyo enfoque se centra en los riesgos y exposiciones del sistema financiero. Deben cubrir los sistemas financieros o bancarios en forma agregada, y el énfasis del informe debe ser sobre la fortaleza o debilidad del sistema como un todo y no sobre instituciones individuales.
Entre los objetivos de un IEF se puede mencionar que sirve como vehículo para dialogar con los bancos y demás entidades financieras, instrumento para enviar mensajes a las entidades y al público en general, instrumento de educación al público en general y búsqueda de un cierto equilibrio entre sencillez en los contenidos y la propia complejidad de los mismos.
Además de las funciones fundamentales de un Banco Central, como definir e instrumentar la política monetaria, emisión de moneda, gestión de reservas exteriores, gestión y supervisión del sistema de pagos, se ocupan adicionalmente de la supervisión y regulación bancaria.
Los elevados costos económicos y sociales de las crisis financieras que han experimentado muchas economías en las últimas décadas, con especial agravamiento en los últimos tres años, la sofisticación creciente en cuanto a los instrumentos y las transacciones financieras que se realizan y la conciencia que han tomado los bancos centrales de que un sistema financiero estable es un prerrequisito para el logro de la estabilidad de precios, además de su papel de prestamista de última instancia, han hecho que la estabilidad financiera constituya un objetivo de política pública y un objetivo subsidiario de los bancos centrales.
La estabilidad financiera abarca una cobertura amplia de numerosas cuestiones clave para un Banco Central como ser: riesgo sistémico, infraestructuras de pagos, regulación/supervisión bancaria, regulación macro-prudencial, etc.
Ese creciente interés por la estabilidad financiera ha hecho que muchos bancos centrales creen dentro de su staff técnico áreas especializadas en el monitoreo del sistema financiero desde una perspectiva global, más amplia, que integra distintas disciplinas además del enfoque supervisor o estrictamente económico, y que publiquen periódicamente informes acerca del estado del sistema financiero.
Los primeros informes de estabilidad financiera (IEF) se publicaron a mediados de los años noventas en Inglaterra y rápidamente esa labor se extendió a otros países, sobre todo de ingresos altos. Al finalizar el 2005 alrededor de 50 países contaban con IEF, en su mayoría países europeos y asiáticos de ingresos altos y medios y solo unos pocos países de ingresos bajos.
De Latinoamérica, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Méjico fueron de los primeros en publicar periódicamente IEF y luego se fueron sumando Uruguay, Bolivia, Venezuela, Ecuador y Uruguay.
En los últimos años no solo los países sino además un buen número de instituciones han publicado IEF por la importancia que reviste este tipo de informes.
No es fácil
Definir un IEF no es fácil. Los bancos centrales y otras instituciones publican algunos reportes anuales o con mayor periodicidad que cubren de cierta manera el sistema financiero. Sin embargo, lo que es típicamente entendido como un IEF es mucho más específico.
El FMI define un IEF como una publicación regular de un Banco Central, cuyo enfoque se centra en los riesgos y exposiciones del sistema financiero. Deben cubrir los sistemas financieros o bancarios en forma agregada, y el énfasis del informe debe ser sobre la fortaleza o debilidad del sistema como un todo y no sobre instituciones individuales.
Entre los objetivos de un IEF se puede mencionar que sirve como vehículo para dialogar con los bancos y demás entidades financieras, instrumento para enviar mensajes a las entidades y al público en general, instrumento de educación al público en general y búsqueda de un cierto equilibrio entre sencillez en los contenidos y la propia complejidad de los mismos.