Incumplimiento del Tratado de Yacyretá

El Anexo B del Tratado de Yacyretá, que describe este proyecto, establece las características y los parámetros fundamentales del proyecto principal, tales como el nivel máximo normal del embalse, el número de turbinas, el sitio de ubicación de la casa de máquinas o central.

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También describe la presa que forma el embalse compensador. Estos parámetros fundamentales del proyecto principal y del embalse compensador constituyen la esencia de este aprovechamiento hidroeléctrico y los mismos sirvieron de base para la definición de otros dos proyectos hidroeléctricos sobre el río Paraná, que son: el proyecto Itacuá y el proyecto Itacorá-Itatí, que es el embalse compensador de Yacyretá.

Los Proyectos de Itacuá e Itacorá-Itatí están a cargo de la Comisión Mixta Paraguayo-Argentina del Río Paraná (COMIP), que tiene por objeto el estudio y evaluación del aprovechamiento de los recursos del río Paraná en el tramo limítrofe entre los dos países, desde su confluencia con el río Paraguay hasta la desembocadura del río Yguazú, exceptuando la competencia atribuida a la Comisión Mixta paraguayo-argentina de Yacyretá-Apipé – ahora Entidad Binacional Yacyretá.

Nivel máximo normal

El nivel máximo normal del embalse es en las cercanías de la central, llamado simplemente nivel del embalse, cuyo tratado establece en cota 82. Este nivel, salvo en crecidas, no puede ser excedido, más bien por efecto del pondaje diario, el nivel descenderá debajo de la cota 82 en lugar de subir, en el orden de unos 20 cm, dependiendo de la capacidad instalada y del caudal afluente.

Durante las horas de pico, el caudal que se turbina es mayor que el que trae el Paraná, por lo que la cota descenderá por debajo de la cota 82 y al día siguiente subirá nuevamente. Pero nunca, en condiciones de operación normal, subirá encima de la cota 82.00 m. Es por ello que 82 m es el nivel máximo normal.

Actualmente se intenta adulterar este nivel, para llevarlo a 83 m, que no es el nivel del tratado, pero faltando a la verdad se hace creer que es. Aunque el nivel 83 no consta, ni en el Anexo B, como tampoco en el proyecto, en la carta de presentación en el estudio de factibilidad, en ningún plano, como tampoco en ninguna memoria de cálculo.

Se trata de justificar este nivel para conseguir más altura y así más potencia y energía e intentar mejorar la factibilidad económica del proyecto que hace mucho tiempo perdió, pero hagan lo que hagan la relación beneficio/costo será menor a 1.00.

Al subir Yacyretá su nivel encima de 82 m, se pierde una gran potencia en Itacuá, muy superior a la que aparentemente se gana en Yacyretá, porque Itacuá tendrá más turbinas que Yacyretá. Es una insensatez haber subido el nivel de Yacyretá, pues además de prostituir el Tratado, se realizó una gran inversión para producir menos.

El nivel de coronamiento está fijado en cota 86 m y consiste en tener un resguardo de 4 m con el nivel normal del embalse a cota 82, con cota 83 el mismo es de tan solo 3 m. Operar a cota 83 pone en alto riesgo la presa si se producen grandes olas en épocas de crecidas. En Itacuá el resguardo es de 5 m. El resguardo es el equivalente al coeficiente de seguridad que se usa en estructuras y una de las principales causas de colapsos de presas de tierra.

El proyecto Itacorá-Itatí, además de ser compensador de Yacyretá, es a su vez una inmensa fuente de energía, será como una pequeña Itaipú, con 11.290 Gwh/año, superior a cualquier otro proyecto, como los considerados gigantes del sur: Chocón, Salto Grande, Garabí, etc.

Permitirá que Yacyretá aumente su potencia, mejorará la navegación en un tramo de 182 Km y, además, proveerá un cruce internacional, uniendo Paraguay con la provincia de Corrientes.

Dice el estudio de factibilidad que con solo 10 turbinas instaladas en Yacyretá ya se afecta negativamente la navegación aguas debajo de la central, al ser el caudal turbinable superior al caudal mínimo afluente del río.

Vol III, pg IV-I: “Con 10 o más unidades instaladas, el proyecto tendrá una capacidad de descarga en las turbinas mayor que el caudal afluente al embalse durante los periodos de aguas bajas. Para permitir el pleno uso de las turbinas durante las horas de carga pico, es necesario contar con un pondaje diario en el embalse principal. Asimismo, para eliminar las variaciones de caudal y de niveles río abajo, perjudiciales a la navegación, se requerirá un pondaje diario en el embalse de compensación”.

Al no existir embalse compensador, la navegabilidad aguas abajo de Yacyretá, se menoscaba y no se cumple el objeto principal del proyecto, que es el de mejorar la navegabilidad del río. Esto empeora más aún, ya que se está forzando la situación al derivar 1.500 m3/s por el Aña Cua. O sea, al derivar 1.500 m3/s del brazo principal al Brazo Aña Cua no hay modo de garantizar la potencia firme correspondientes a 20 turbinas y, al mismo tiempo, tener un caudal de base aceptable para la navegación de 5.000 m3/s.

El hecho de que la EBY constantemente busque reflotar el proyecto Aña Cua es porque probablemente intente dejar Yacyretá con 20 turbinas y sin embalse compensador, en lugar de una central con 30 turbinas, ampliable a 45, y embalse compensador. Es porque no tienen interés debido a que el embalse compensador será Itacorá-Itatí, pero no estará a cargo de la EBY, como sí lo hubiera estado Itá-Ibaté, el embalse compensador original que fuera descartado porque no se lo puede maquinizar como sí se puede con Itacorá-Itatí.

Aña Cua

Las turbinas adicionales en el brazo Aña Cua están en total contradicción con el Tratado. El ítem 2 del artículo II del Anexo B especifica claramente que en el brazo principal se construirá un vertedero y a continuación una central con 30 unidades y previsiones para futuras ampliaciones en la isla Yacyretá, luego está escrito que se construirá un vertedero en el brazo Aña Cua.

Si a continuación de la central de 30 turbinas se deja espacio para otras, significa que es ahí donde se deberían instalar y no sobre el Aña Cua. El lugar previsto es para 15 turbinas totalizando 45 turbinas con una capacidad instalada de 6.000 MW.

No es necesario ser ingeniero para saber que el mejor lugar para ubicar las turbinas, es aquel que ofrece el mayor salto, en este caso el brazo principal, el cual comparado con el Aña Cua ofrece un salto de varios metros más.

Es ilógico intentar maquinizar el Aña Cua; si se respeta el Tratado y se construye Itacorá-Itatí haría innecesario verter los 1.500 m3/s por el vertedero. El embalse formado por la central hidroeléctrica Itacorá-Itatí se introducirá en el brazo Aña Cua como una lengua de agua, como una bahía. Esa lengua casi tocará la presa de Yacyretá que cruza este brazo del río.

Itacorá-Itatí cumple las mismas funciones que la central hidroeléctrica del Aña Cua y todavía mejor, porque daría agua y profundidad a todo el brazo, entonces se terminarían los fundamentos que justifican la construcción de la Central Aña Cua.

De construirse Aña Cua, quedaría como un monumento inservible, con unas turbinas paradas la mayor parte del tiempo, porque con ponerlas a funcionar en lugar de las turbinas en el brazo principal, se perdería energía.

Estas modificaciones se quieren realizar a un proyecto técnicamente inobjetable, realizado por dos firmas consultoras reconocidas mundialmente, las cuales han justificado plenamente todas las características fundamentales de Yacyretá.

Debe ser un compromiso de este gobierno y del siguiente hacer cumplir el Tratado, que confirma el nivel máximo normal en cota 82, descartar rotundamente la maquinización del Aña Cua, impulsar la construcción de Itacorá-Itatí e Itacuá y completar las 30 turbinas en el Brazo Principal.

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