Ignorancia, la verdadera pobreza campesina

En la prensa de hace algunos días se divulgó la noticia de que a lo largo de los últimos diez años fueron despilfarrados US$ 621 millones en ayudas del MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería) a los sectores campesinos, sin ningún efecto positivo, puesto que estos siguen padeciendo de una fuerte pobreza y continuos desarraigos.

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En la prensa de hace algunos días se divulgó la noticia de que a lo largo de los últimos diez años fueron despilfarrados US$ 621 millones en ayudas del MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería) a los sectores campesinos, sin ningún efecto positivo, puesto que estos siguen padeciendo de una fuerte pobreza y continuos desarraigos.

Ocurre que el problema nunca fue dinero, sino la ignorancia que se instaló en el medio campesino a causa de la permanente desinformación que personas y sectores de la sociedad vienen imponiendo a los pobres y desesperados habitantes del área rural.

Veamos por qué

Campesinos de Paraná por campesinos de Paraguay.

El vecino estado brasileño de Paraná es el más grande productor de granos del Brasil, con más de 32 millones de toneladas registradas en 2014, contra poco más de 17 millones de Paraguay. Pero al contrario de lo que el lector puede pensar, Paraná produce la totalidad de sus granos –especialmente soja– a través de pequeños y medianos productores, es decir, de campesinos que totalizan poco más de 340.000 fincas, con un tamaño promedio de finca de 25 hectáreas.

Como el estado de Paraná tiene un tamaño que es menos de la mitad de Paraguay, las plantaciones se extienden hasta los barrios de ciudades importantes como Maringá –capital verde de Brasil– y Cascabel.

Los lectores ahora se espantarán: ¡No existen reportes de personas intoxicadas por agrotóxicos en Paraná! Incluso con las plantaciones de soja separadas solo por una calle de los barrios populosos de sus ciudades.

Eso es así porque los agroquímicos usados en la soja solo causan perjuicio al ser humano si son aplicados directamente sobre las personas; en caso contrario, no tendríamos 340.000 productores rurales, sino 340.000 cadáveres rurales, ¿verdad? Recordando que las familias de estos miles de productores viven en el medio de las plantaciones de soja.

Mientras estos pequeños y medianos productores de Paraná ganan dinero –y mucho–, con la soja, maíz, trigo, cebada, caña de azúcar, etc., los campesinos paraguayos son sometidos a una total ignorancia sobre el tema, gracias a que muchos avivados, desde politiqueros disfrazados de políticos a medios de comunicación que se ganan la vida solo con sensacionalismo y desinformación, siembran la desinformación y la desesperación, pues la pobreza es su aliada, y la riqueza que pueden generar los granos a los campesinos paraguayos es ¡su peor enemigo!

Conocimiento y organización, los secretos del campesino de Paraná

El lector se estará preguntando ¿por qué los campesinos paranaenses tienen éxito en tan pequeñas propiedades?

Organización:

1º) Casi 90% de los productores rurales de Paraná hacen parte de cooperativas de producción. Mientras en Paraguay, menos del 30% de los productores, según el último Censo Agropecuario, están cooperativizados.

Eso les da una tremenda ventaja a los campesinos paranaenses una vez que, a través de las cooperativas, se pueden comprar bienes de capital –tractores y cosechadoras– para uso en diversas propiedades, al igual que insumos mucho más baratos. También se consigue almacenar granos esperando un precio más adecuado a lo largo del año.

2º) Las cooperativas de producción son las más grandes industrias de Paraná, uno de los cuatro estados más industrializados de Brasil. Como ejemplo, en el 2014 las casi 300 cooperativas de producción de Paraná recaudarán USD 20.000 millones (mucho más que las cooperativas de Paraguay), siendo que más del 70% de este monto proviene de la industrialización de sus productos, principalmente carne aviaria (2.500.000 ton.), carne porcina (700.000 ton.), embutidos, leche, derivados de la molienda y molienda de soja. Sí, en Paraná la mayor parte de la soja procesada en el estado proviene de las cooperativas de producción, no de transnacionales, lo que hace que todo el dinero recaudado en la cadena se quede en el Estado, y en el bolsillo de los miles de cooperados.

Es importante remarcar que en el Estado de Paraná, la cría porcina se desarrolla en 31.000 propiedades rurales, empleando alrededor de 200.000 trabajadores y la cría y faena de aves genera 550.000 empleos.

Inversión en conocimiento

El otro secreto de los productores paranaenses es la inversión en conocimiento. Primero, la inversión permanente en mejorar las fincas y la productividad, sea de la agricultura, sea de la ganadería menor. Segundo, la inversión permanente de Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria) y de las universidades estaduales de Paraná en nuevas variedades y genética mejorada. Tercero, la inversión en capacitación gerencial.

Aquí entra un punto importante: las cooperativas de Paraná, desde fines de los años 90, a través de una alianza con el ISAE Fundação Getulio Vargas de Curitiba y la consultora Partner, iniciaron un programa de capacitación a nivel de MBA de los administradores actuales y futuros de las cooperativas, tanto a nivel de administración, como de proyectos, permitiendo que muchas ideas que existían en estas cooperativas, se transformaran en realidad.

Desde estos proyectos surgió la industrialización de estas cooperativas, que hoy, como dijimos en el inicio, son las más grandes industrias de Paraná.

Conclusión

Mientras los campesinos vecinos de Paraná se transformaron en el sostén de este rico Estado, siendo los mismos la clase media dominante de la sociedad paranaense, los campesinos paraguayos continúan siendo sometidos a la eterna pobreza por la imposición de una sistemática desinformación, que no hace más que beneficiar a unos cuantos avivados que se alimentan de la ignorancia perpetrada.

Si el Estado paraguayo actual desea cambiar esta situación, debe comenzar a hacer una fuerte alianza con las cooperativas de producción del país, como las exitosas menonitas y las cooperativas asociadas a UNICOOP, incentivándolas a invertir en nuevas unidades industrializadoras en las regiones de Caaguazú, San Pedro, Guairá, Concepción, Caazapá, incorporando a los campesinos paraguayos, tanto como invirtiendo este dinero que hoy va en despilfarro, en investigación agropecuaria, capacitación del personal técnico del MAG y financiación de unidades industriales de las cooperativas en las regiones más pobres del país.

Finalmente, las cooperativas paraguayas deben buscar alianzas con las cooperativas paranaenses, que hoy ya no tienen mano de obra disponible en sus regiones para aumentar su producción, obligándose a importar mano de obra de Haití y África, cuando su mejor solución se encuentra a pocos kilómetros del otro lado del río Paraná.

Finalmente, los medios de comunicación serios del país deben comenzar a combatir fuertemente la desinformación reinante, haciendo llegar la verdad y las oportunidades reales de crecimiento al pobre campesino desinformado.

Paraná

El vecino estado brasileño de Paraná es el más grande productor de granos del Brasil, con más de 32 millones de toneladas registradas en 2014.

340.000

Paraná produce sus granos –especialmente soja– con pequeños y medianos productores, es decir, de campesinos, que totalizan poco más de 340.000 fincas

Local

En Paraná, la mayor parte de la soja procesada proviene de las cooperativas, no de transnacionales... todo el dinero de la cadena se quede en el Estado...

* Investigador y consultor. Titular de BRASPAR - Centro Empresarial Brasil-Paraguay.

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