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El hecho de que la FIFA tenga más países miembros que las Naciones Unidas (NN.UU.) parece ser un poderoso indicador del poder y la significación del fútbol en el mundo. Mientras la FIFA cuenta con 211 miembros, las NN.UU aglutina a solo 193 países. Palestina forma parte de la FIFA, pero no de las NN.UU., lo que explica el poder político y el rol que cumple en las relaciones internacionales.
Datos oficiales de la FIFA indican que la competencia deportiva más importante del fútbol generará ingresos superiores a los US$ 5.000 millones. La Copa Mundial realizada en Brasil en 2014 logró ingresos cercanos a los US$ 5.000 millones, distribuidos en: derechos de TV (US$ 2.420 millones), derechos de marketing (US$ 1.580 millones), entradas (US$ 527 millones), derechos de hospitalidad (US$ 185 millones) y concesiones de licencias de explotación comercial (US$ 107 millones).
Para el caso de la presente copa del mundo Rusia 2018, se esperan valores semejantes, según medios internacionales como Vanguardia y la propia organización del Mundial.
Se estima que la inversión realizada por el país anfitrión en este 2018 será de US$ 6.400 millones, pero las inversiones totales, incluida las privadas y las de los gobiernos regionales, ascienden a US$ 11.954 millones. Mientras, para la FIFA, los gastos de organización son de alrededor de US$ 2.000 millones.
Aún falta por calcular los ingresos a la economía rusa por todo el conjunto de bienes y servicios generados por el Mundial. El Gobierno ruso informó que el 50% de la inversión iría destinada a hotelería, transporte y edificación de bienes, mientras que un 33% sería otorgado para la construcción de estadios e instalaciones deportivas.
La inyección de dinero en el circuito económico del mundo es más que considerable, siendo que los beneficios que acarrea el Mundial son hasta incalculables y apenas dimensionados por sectores.
No se puede dejar de mencionar que los recientes problemas de corrupción de la FIFA, especialmente en la selección de las futuras sedes de la Copa del Mundo, han golpeado significativamente la imagen de la matriz del fútbol mundial, pero no han sido lo suficientemente poderosos para erosionar la capacidad de penetración y de concreción de negocios en el marco de la actual Copa del Mundo Rusia 2018.
Alcances y la significación política
Además, la organización de una Copa del Mundo de Fútbol tiene profundos intereses políticos y finalmente económicos. En el caso de Rusia, su presidente, Vladimir Putin, quien se encuentra en el poder desde hace más de diez años, tiene el objetivo de reconstruir una imagen de grandeza para su país, así como reforzar su liderazgo personal.
No debe olvidarse que Rusia había sido suspendida por el Comité Olímpico Internacional, lo que le impidió participar de los Juegos Olímpicos de Invierno que se realizaron en PyengChang, por lo que la Copa del Mundo de Fútbol representa una suerte de revancha.
Tampoco debe olvidarse que el deporte ha sido una herramienta de demostración de superioridad de los países, especialmente durante la guerra fría y de los países socialistas.
Otra prueba del poder político del deporte es el hecho de que todos los Estados que conforman el consejo de seguridad de las NN.UU. han organizado una Copa del Mundo de Fútbol y unos Juegos Olímpicos.
Desde esta perspectiva, el fútbol se inscribe como un agente de relaciones internacionales y un vehículo de las identidades nacionales, así no resulta raro comprender la significación extra que tienen los encuentros futbolísticos entres países que han tenido alguna confrontación bélica, como Bolivia y Chile o Argentina e Inglaterra. El componente cultural y patriótico termina siendo un factor que agrega un mayor contenido de emotividad al espectáculo, amplificando su impacto en la vida social de los países.
Otro efecto potencial del fútbol se puede observar en los países donde este deporte tiene una significación popular profunda, como en Argentina, Brasil y Uruguay, donde un buen desempeño de estos seleccionados hubiese podido bajar la presión política debido a las difíciles situaciones socioeconómicas que experimentan, especialmente Argentina y Brasil.
El negocio de la venta de los derechos televisivos
Una de las principales entradas económicas de la FIFA, además de la publicidad, son los derechos televisivos por la transmisión de los partidos. Una innovación del mundial actual es la aparición de la tecnología 4K, con una calidad de imagen superior, que estuvo disponible para los 64 encuentros, lo que permite más ingresos para la matriz mundial del fútbol, que se traducirán en mayores ingresos para los países participantes.
Otro negocio asociado directamente a la Copa del Mundo es el incremento de televisores para observar los encuentros. Los modelos de mayor calidad, que permiten una imagen óptima, son los preferidos en los diferentes países, incluso en los que no participan. Y es en todo este contexto de importantes cifras que la televisión vuelve a cobrar aún mayor relevancia como medio de propagación, de acercamiento y por supuesto, de grandes negocios.
La innovación en materia tecnológica acompaña el proceso de estos aparatos que son muy demandados antes y durante la Copa Mundial de aficionados de todo el mundo.
La oportunidad surge para las compañías que aprovechan la fiebre del Mundial para armar promociones que atraen a millones de personas a lanzarse a ellas a cambio de alimentar el sentido del lujo, considerando que los televisores ofertados en la actualidad ya no son un medio, sino que se convierten en una compañía e incluso haciendo partícipes al espectador, como si lo que se viera fuera en vivo y en directo, en tiempo real, estando en el espectáculo. En esta temporada el consumismo forma parte del diario vivir de las personas y más aún de aquellas que están dispuestas a apostar por la máxima comodidad y el bienestar que ello le genera.
Ingresos de los países participantes
A lo largo de las tres últimas décadas, los premios oficiales otorgados por la FIFA a países participantes de la Copa del Mundo de Fútbol han pasado de US$ 20 millones en 1982 a casi US$ 800 millones en 2018, lo que demuestra el crecimiento del negocio de este deporte, alimentado por los derechos de televisación, que se explican por el incremento de la población que demanda este producto.
A estas cifras se deben agregar los ingresos por venta de publicidad de cada uno de los países en sus respectivos mercados. En una entrega anterior se había presentado el cálculo de las pérdidas para la economía paraguaya por no haber clasificado en la Copa mundial Rusia 2018 como el que la Asociación Paraguaya de Fútbol no recibirá los US$ 12 millones de la FIFA, correspondientes a los premios de clasificación y participación de la primera fase del torneo mundial. Además, de la probabilidad que la venta de televisores se hubiese incrementado entre el 10% y el 15% si la selección paraguaya se hubiera clasificado al mundial. De forma similar, otros productos como la carne y sobre todo las bebidas en general, hubiesen experimentado un crecimiento en la demanda. Sin olvidar a las agencias de publicidad, marketing y eventos que también debieron sentir los efectos de la eliminación, debido a la menor demanda de promociones audiovisuales, gráficas, entre otras.
Por su parte, las agencias de viajes probablemente también vendieron menos paquetes a Rusia que los que hubiesen colocado si Paraguay participaba en el mundial.
Por el lado de los clubes deportivos, al no participar del torneo mundial, los jugadores, actores principales del espectáculo, no podrán ser observados por posibles compradores y por lo tanto, pueden esperarse menores niveles y valores en las transferencias internacionales.
Apuesta y beneficios de marcas de ropa deportiva
Una de las principales fuentes de ingreso y uno de los motores principales de las publicidades, son las provenientes de apuestas realizadas por los fabricantes de ropa deportiva.
Estas empresas deben pagar considerables sumas de dinero a las Asociaciones de Fútbol de cada país para que los jugadores exhiban las marcas respectivas.
Adidas, una de las marcas líderes, ha pagado a la Asociación de Fútbol de Alemania la suma de 50 millones de euros para vestir a su selección, esperando ingresos muy superiores por la venta a los fanáticos de indumentarias deportivas idénticas a las que utilizan los atletas.
La aparición del negocio de las apuestas
A diferencia de las ediciones anteriores, apareció una nueva idea de negocio: la de las apuestas deportivas. Incluso, en las naciones que no tuvieron jugadores en la Copa del Mundo se observa una considerable participación en este tipo de productos. En el caso de las naciones que estuvieron o están representadas se espera una mayor cantidad de apuestas, en un alto porcentaje alimentadas por sentimientos nacionalistas que por análisis fríos sobre el rendimiento de cada uno de los equipos.
Las apuestas deportivas mueven alrededor de 66.000 millones de euros en el mundo, por lo que se estima que durante la Copa del Mundo 2018 lleguen a superar los 750.000 millones de euros, es decir un aumento mucho más que considerable.
Finalmente, una Copa Mundial, como se ha presentado y analizado, tiene un peso significativo en toda la estructura socioeconómica de todo el planeta, en algunos Estados más que en otros, pero la apuesta para las firmas tiene garantías seguras de retorno monetario e incluso la organización del evento deportivo más importante del mundo puede traer consigo otros beneficios como los políticos y la interconexión de continentes.
* La Copa Mundial tiene un peso significativo en toda la estructura socioeconómica universal, en algunos países más que en otros, pero la apuesta para las firmas tiene garantías seguras de retorno monetario e incluso puede generar otros beneficios como los políticos y la interconexión de continentes.
* Las apuestas deportivas mueven alrededor de 66.000 millones de euros en el mundo, por lo que se estima que durante la Copa del Mundo 2018 estas jugadas pueden llegar a superar los 750.000 millones de euros, es decir, un aumento mucho más que considerable.
* A lo largo de las tres últimas décadas, los premios oficiales otorgados por FIFA a países participantes de la Copa del Mundo pasaron de US$ 20 millones en 1982 a casi US$ 800 millones en 2018, lo que evidencia el crecimiento del negocio, alimentado por derechos de televisación y la alta demanda del público.