Franjas costeras y las relocalizaciones de poblaciones

La construcción de las franjas costeras norte y sur en la ciudad de Asunción exigirá necesariamente importantes operaciones de relocalización de población. En geografía este proceso de abandono, voluntario o no, de un espacio se denomina desterritorialización y comprende necesariamente el debilitamiento o la pérdida de redes sociales, actividades económicas y sobre todo la trama de vida cotidiana. A todo proceso de desterritorialización se sucede otro denominado reterritorialización consistente en la adaptación al nuevo espacio de vida, es decir, otro lugar con nuevas oportunidades y desafíos. La reterritorialización será más rápida y menos traumática, cuando los actores dispongan de habilidades y destrezas que les permitan insertarse al nuevo espacio.

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Para la consultora Investor Economía, la operación de construcción de viviendas en el sitio denominado “Las Colinas” constituye un proyecto emblemático del cual se deben extraer numerosas lecciones. El traslado de más de doscientas familias desde el Bañado Norte (y en menor medida desde Ypané) hasta los confines del conurbado de la Gran Asunción representó una verdadera apuesta. Las autoridades que lideraron la intervención parecen haberse concentrado solo en un aspecto, la vivienda, que si bien es fundamental, no representa una solución integral. Las relocalizaciones son complejas y no pueden limitarse a tal o cual infraestructura. La inserción al tejido económico local, el que recibe a la nueva población, también debe ser trabajada.

En el barrio “Las Colinas”, el precio a pagar por el sueño de una vivienda nueva y digna fue el desarraigo. Empero, el defecto principal es más la situación periférica y rural del sitio de “Las Colinas” dentro del distrito de Itauguá, ubicado a 6,7 kilómetros del centro, y no tanto la distancia respecto de los bañados (40 kilómetros en total).

Técnicamente el barrio “Las Colinas” ha sido creado y diseñado en una zona rural, desvinculado y desarticulado de la zona urbana. Si los pobladores del nuevo barrio ya eran urbanos y trabajaban en industrias, comercio o servicios, en sus zonas de origen, es seguro que los mismos tendrán serias dificultades para reterritorializarse en un medio rural, que no ofrece las posibilidades de inserción económica rápida ni fácil.

De este modo, al instalarse en una zona donde el paisaje y las actividades son claramente rurales, los nuevos habitantes de “Las Colinas” cambiaron radicalmente de paisaje social y de actividades económicas. Sin embargo, se debe aclarar que este emprendimiento es una excepción, ya que la mayoría de los proyectos que el Estado desea llevar a cabo serán desarrollados en sitios mucho más cercanos a las zonas de los bañados de Asunción. No obstante, la proximidad a los lugares de vida de los bañadenses no garantizará por sí sola el éxito de estas intervenciones urbanas.

Las relocalizaciones no son exclusivamente sociales y pueden ser vistas como herramientas de reequilibrio demográfico y económico, para lo cual las diferentes instituciones públicas deberán mejorar y sobre todo diversificar y articular una oferta que no sea solamente de vivienda e incluya sobre todo aspectos económicos. El barrio “Las Colinas” no es en absoluto un fracaso, pero muestra las limitaciones de intervenciones aisladas del contexto económico.

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