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Estas expresiones del Sr. director general de Itaipú, dichas en agosto del 2015, esclarecen muchos pensamientos y dudas, aunque no todas. ¿Qué debería hacer la Itaipú por ley de la nación, por Tratado y por nuestra Constitución Nacional? Sencillo: el Tratado de Itaipú, en su Art. III reza: “Las Altas Partes Contratantes crean, en igualdad de derechos y obligaciones, una entidad binacional denominada Itaipú, con la finalidad de realizar el aprovechamiento hidroeléctrico a que se refiere el Art. I”.
Después de leer este artículo pareciera que no quedan dudas. La Itaipú fue creada exclusivamente para generar energía. El uso múltiple del embalse formado con la represa, sin embargo, genera posibilidades de uso múltiple como la irrigación, formación de puertos, factorías de extracción de arena, ecoturismo, recreación, deporte y pesca. Es una plusvalía, es un valor agregado a las aguas que generan energía eléctrica. No obstante, se ha cercenado una de las cuestiones más valiosas que tenía el Paraná desde los tiempos de la colonia: la navegación.
Pacta sun servanda
El Tratado contempla en su Anexo B, la descripción general de las instalaciones destinadas a la producción de energía eléctrica y de las “obras auxiliares”. En su parte III, Componentes principales del Proyecto, en el numeral 11, las Obras de navegación - “El Proyecto incluirá las obras que fueren necesarias para atender a los requisitos del tráfico de navegación fluvial, tales como: terminales y conexiones terrestres, exclusas, canales, elevadores y su similares”.
En otras palabras, la exclusa de navegación lleva, como mínimo, 33 años de atraso, tiempo en que comenzó la generación hidroeléctrica. Se supone que en el mismo momento del llenado del embalse en 1982, ya debería estar casi terminada la exclusa de navegación, o en operación plena. ¿Cuánto cuesta una exclusa de navegación? Utilizando la opción más barata que traspone el río y el embalse de Acaray, para luego unirse al embalse de Itaipú no debería pasar el rango de 500 millones a 1.000 millones de dólares. ¿Es una cifra arbitraria, racional y dentro de lo posible para la Itaipú? ¡Claro que sí!
Hemos demostrado en artículos anteriores que la Itaipú ingresó al fisco más de 653 millones de dólares en el 2015. Aclaremos que están incluidas los royalties y las compensaciones. Solo no se incluyeron los “gastos sociales”, cifra difícil de saber porque está bien guardada en el presupuesto. Se aproxima, según trascendidos internos, a 60 millones de dólares. En resumen, el Paraguay recibe de Itaipú aproximadamente 700 millones de dólares al año. La pregunta obligada, derivada de la anterior afirmación. ¿Cuánto pierde por no recibir precios de mercado su “cesión” energética? ¿Cuánto pierde, en forma directa e indirecta, por no tener exclusa de navegación?
El Paraguay es el quinto productor mundial de soja y uno de los mayores exportadores del planeta. ¿De dónde proviene esa producción mayoritaria? De la cuenca del Paraná. ¡Justamente la que está interrumpida! ¿Si toda la soja, la carne y los demás granos, fuesen exportados vía fluvial, cuánto ahorraríamos en importación de hidrocarburos, partes y cubiertas del transporte de carreteras? O dicho de otra manera: ¿Cuánto perdimos en 33 años de ausencia de la exclusa de navegación? Solo por tocar un punto. Buen tema para una tesis de maestría o doctorado.
Si la Itaipú no “tiene agenda propia”, fuera de las establecidas en el Tratado, es buen momento para incluir en una agenda bilateral con nuestro socio condómino. No pediríamos nada ilegal o fuera del contexto racional, diplomático, legal y económico. Además, la exclusa también fue ratificada en el Acuerdo Lugo-Lula del 2009. Es solo tener voluntad política, visión futurista y carácter de estadista; el resto viene por añadidura.
Solo para estimular a mis queridos directores y consejeros de Itaipú, al Sr. Presidente y a los congresistas, les comentamos que Evo Morales, una vez más, nos ha demostrado esa voluntad y aptitud de estadista. Está a punto de realizar grandes inversiones en el sector transporte y energía eólica, según expresiones del vicepresidente Álvaro García. Estas inversiones lo harían empresas alemanas y contemplan el tren bi-oceánico que une el Pacífico con el Atlántico. Las autoridades bolivianas solo están aguardando la propuesta alemana sobre el costo que incluye un crédito incorporado.
¿No puede hacer lo mismo el Paraguay? ¿No podríamos sacar nuestros productos al Pacífico con un tren financiado por los alemanes y utilizando nuestra energía limpia y barata de Itaipú y Yacyretá? Bolivia, con Evo Morales, un socialista, nos está dando cátedras sobre liberalismo económico, inversiones y desarrollo. En artículos anteriores había propuesto la “importación” de técnicos israelitas, alemanes, norteamericanos y japoneses; creo que no deberíamos ir tan lejos, con políticos bolivianos ya basta.
Finalmente y con todo respeto, sugiero al Sr. Presidente, enviar una delegación de diplomáticos, acompañados de técnicos y empresarios, a Bolivia. Es una forma de iniciar una relación más fructífera con la nación que, probablemente, nos proveerá de gas, combustibles y minerales, en breve. Podríamos pagar con carne, soja y otros alimentos.
(*) Exsuperintendente de Energías Renovables de Itaipú