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El Presupuesto General de la Nación 2012 programó la inyección de US$ 787 millones para gastos de inversión física, lo que representa a 88,8% más con relación al 2011, es decir, US$ 370 millones más que lo registrado durante el periodo inmediatamente anterior. El plan en ejecución apuntaba al incremento de la inversión y el consumo, mediante políticas expansivas, sin descuidar la estabilidad macroeconómica como fundamento de la sostenibilidad del crecimiento y sin sacrificar los programas sociales y sectoriales como base del desarrollo económico. Para tener efecto dicho proceso, la ejecución presupuestaria eficiente se convertía en un factor trascendental pero se ha notado, accediendo a los registros de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), que el primer trimestre del año pasado transcurrió sin que se haya licitado una sola obra de infraestructura. Para colmo de males, cuando se cerraba el segundo trimestre del mismo periodo hubo un cambio de administrador al ir Fernando Lugo a su casa, vía juicio político, y entrando en su reemplazo Federico Franco con todos los cambios que ello implica en materia de ordenador del gasto en las diversas instituciones y organismos del Estado.
Alta ejecución en combustible
Durante un reciente encuentro con el titular de la DNCP, Douglas Onetto Bonzi, pudimos acceder a los montos ejecutados por objeto del gasto en un ranking liderado por el rubro de combustible con 89,04% de ejecución al 28 de diciembre último. De un poco más de casi G. 318.000 millones programados, fueron utilizados efectivamente más de G. 283.000 millones.
En dicho rubro aparece el Ministerio del Interior como la institución que más ejecutó el dinero con un poco más de G. 35.000 millones, seguido por el Ministerio de Defensa con una cifra que ronda los G. 27.500 millones. En ambos casos se justifican las compras realizadas teniendo en cuenta la flota de vehículos que tienen; la primera con patrulleras, motocicletas y otros vehículos, en tanto que la segunda moviliza tanques, barcos, aviones y otros vehículos de guerra que utilizan derivados del petróleo.
Congreso enchufado a un servicentro
En los registros de la DGCP encontramos, siempre en el rubro combustible, que el Congreso de la Nación, incluidas las dos cámaras (Diputados y Senadores), gastó casi la mitad de la suma utilizada por el Ministerio del Interior y más del 50% de lo que utilizó el de Defensa. El Congreso ejecutó G. 1.896 millones, la Cámara de Senadores (G. 4.448 millones) y la Cámara de Diputados (G. 8.000 millones) arrojando un total de G. 14.344 millones en compra de combustible.
Haciendo un cálculo rápido, si asumiendo que solo se compró gasoíl con la cifra arriba señalada y teniendo en cuenta que el precio es de G. 5.690 por litro, se pudo haber adquirido 2.520.913 litros del mencionado derivado del petróleo. Con un vehículo gasolero que consume ocho litros por cada 100 kilómetros, se pudo haber dado 7,86 vueltas a la Tierra cuya circunferencia en el ecuador es de 40.076 kilómetros.
Tantas ausencias de nuestros congresistas en las sesiones del Congreso y denunciadas en la prensa, como la baja calidad y cantidad en producción de leyes para una mejor convivencia de nuestros compatriotas, son solo meras coincidencias con tanto despilfarro en compra de combustibles.
Construcciones
En el rubro de construcciones, que debería tener una mayor celeridad en sus ejecuciones, lastimosamente tiene un rezago importante comparativamente con combustibles porque solo se utilizó en 56,45% del total de recursos asignados.
En una reciente publicación periodística, el economista jefe del Banco Central del Paraguay (BCP), Carlino Velázquez, explicaba que no se puede crecer más por la baja inversión que se tiene actualmente. La tasa de inversión es muy baja en Paraguay ya que es 18% del PIB nada más, con lo que podemos crecer 4,5%. Si se descompone ese 18%, vemos que la inversión privada en bienes de capital y producción de bienes es relativamente alta, pero la pública es baja, de 3 o 4%, que debería ser el doble. Para que sea posible, es necesario tener una tasa de inversión de 25% para crecer como Chile, Colombia, Perú, México, que son los más dinámicos de la región, decía Velázquez. De casi G. 1.900 millones (alrededor de US$ 440 millones) se utilizaron un poco más de G. 1.000 millones quedando el remanente sin ejecutar. Douglas Onetto nos comentaba que dos factores tuvieron un terrible influencia en tan bajo nivel de eficiencia en los llamados, la falta de plano y de autorización de los gobiernos municipales para llevar adelante las obras.
El MOPC, por naturaleza el buque insignia en materia de infraestructura del Estado, utilizó alrededor de G. 350.000 millones, seguido por la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), que invirtió un poco más de G. 115.000 millones, según ranking de la DGCP.
El rubro que corresponde a obras de infraestructura dentro del clasificador presupuestario por objeto del gasto es el 520 y al viernes 13 de abril de 2012, todos los ministerios tenían CERO llamado de licitación, lo que desnuda que ni siquiera iniciaron sus respectivas licitaciones. Los argumentos que generalmente son esgrimidos para justificar los retrasos, entre otros, tienen que ver con la resistencia del Ministerio de Hacienda para liberar los fondos o acusar a la DNCP por rechazos o retenciones ante errores en catálogos. Un pliego de bases y condiciones pudo haber permanecido más de 100 días en una institución, pero por demorar tres días en la DNCP, toda la culpa le echan a esta dependencia de Hacienda.
Hoy Hacienda se concentra en la ejecución del presupuesto del presente año con nuevos contratos para este periodo. Pero además existen los compromisos de gastos no obligados de ejercicios anteriores cuando se licitó una obra en el periodo anterior. Por ejemplo, se debía pagar un anticipo que no se pudo hacer, pero luego se pasa al presupuesto del ejercicio vigente. En el mes de diciembre de cada año, generalmente los administradores están preocupados porque temen perder los recursos presupuestados teniendo en cuenta que todo lo asignado para un determinado ejercicio no fue ejecutado y vuelve a origen para que Hacienda reasigne esos fondos. Ante esta triste realidad, el primer trimestre generalmente es “muerto”, en el segundo se empieza a levantar la ejecución, un poco más dinámico en el tercero y el último es a todo vapor en la caldera presupuestaria. Otro cuello de botella detectado en materia de ejecución presupuestaria tiene que ver con el avance de las obras, ya que no se puede desembolsar sin que se haya realizado el trabajo, solo el anticipo se puede hacer efectivo. La provisión del cemento suele influir generalmente en el ritmo de las construcciones; otro factor de retraso es la lluvia que si bien castiga al sector de obras, beneficia al campo.
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