Es insostenible e inadmisible la matriz energética de nuestro país

Paraguay tiene una matriz energética increíble, poseemos energía limpia y renovable, pero el 42% de lo que consumimos es biomasa. O sea, carbón y leña. Es inadmisible e insostenible que sigamos consumiendo biomasa teniendo recursos para cambiar esa matriz, que es atípica para la región, sostiene el arquitecto Ricardo Meyer, decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte, de la Universidad Nacional de Asunción (FADA), quien accedió a una entrevista por el día de la Industria de la Construcción. 

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Los países vecinos basamentan sus fuentes de energía mayoritariamente en petróleo o gas natural. Nosotros tenemos energía hidroeléctrica y no la utilizamos en su debida medida. No consideramos todo el impacto (negativo) que tiene el consumo de biomasa sobre la deforestación. El porcentaje nos indica la cantidad de bosques que destruimos para funcionar. Mientras no cambiemos, vamos a seguir destruyendo antes que salir adelante. Nuestra matriz es propia del siglo XIX, no del XXI.

En el tema de cambio climático hay que manejar cifras, aproximadamente el 25% de CO2 se genera en los procesos de construcción. La contaminación tiene que ver con los asentamientos humanos y se genera desde su construcción hasta su destrucción. Desde la producción de los materiales para construir la infraestructura, sean acero, cemento, cerámica, plástico o cualquier otro material utilizado, hasta su destrucción, pasando por el consumo que hacemos durante el uso de esa infraestructura.

O sea, hay tres etapas de incidencia en el ambiente: la fabricación de los materiales, la construcción propiamente (que utiliza combustibles en transporte, maquinarias, etc.), el uso de la infraestructura (energía para iluminar la vivienda o edificio, climatización, combustión para cocción de alimentos, desecho de aguas grises y negras, desperdicios orgánicos e inorgánicos, plantas de tratamiento y de bombeo, etc.), y finalmente la destrucción de la infraestructura (cambios internos o la demolición de todo).

Todo este proceso tenemos que tratar que sea del menor impacto negativo posible, insistió. Si no tenemos esa conciencia ambiental y no hacemos lo que nos toca vamos por mal camino.

No todo lo que nos venden como progreso o modernismo es lo adecuado en nuestro país, como las superficies vidriadas. Un área con solo vidrio es casi suicida. Donde dé el sol directamente, implicará un consumo de energía considerable.

Hay que buscar un equilibrio entre las técnicas de construcción antiguas y las nuevas, en las formas de aprovechar la energía. Mucho vidrio, mucho calor, se combate con mayor refrigeración, o sea gran consumo eléctrico.

En construcción deberíamos utilizar materiales locales, evitar transportes innecesarios, hacer diseños sustentables, que sean de bajo consumo de productos contaminantes, prever la disposición final de esos elementos.

Hay quienes sostienen que el cambio en todos los campos se inician por uno mismo, pero en este caso, no es suficiente que cada uno deje de usar carbón para cocer sus alimentos, sino el mismo Estado debe hacer lo posible para ofrecer fuentes alternativas a la biomasa para que la población pueda y aprenda a cambiar su fuente de energía por una más limpia o de menor impacto en el ambiente.

Hoy deberíamos de iniciar ese proceso de cambio, utilizando transporte público movido con energía eléctrica, por ejemplo, dejando de lado otras fuerzas energéticas más contaminantes, aumentar la capacidad y calidad del transporte colectivo para lograr que los vehículos particulares dejen de circular y contaminar, al mismo tiempo que aprovechar mejor las energías utilizadas.

“Creo que hay un gran aumento de consciencia de la gente y de nuestros estudiantes, pero no es fácil hacer ese cambio de actitud, no somos conscientes del deterioro del que somos responsables”, enfatizó. 

Los hábitos de usar y tirar están agotados, todo el mundo es consciente de utilizar y reciclar, pero no es suficiente, es muy importante la educación.

Finalmente indicó que en la FADA trabajan por crear consciencia en los estudiantes, futuros profesionales, sobre este tema clave. Además de brindarles lo mejor que se pueda en su formación profesional como arquitectos, nos interesa también otro aspecto que va mas allá del técnico, que es la ética. “Tenemos un compromiso con la sociedad como universidad pública de formar profesionales éticos y con valores, que respeten la naturaleza, la humanidad, la diversidad, la inclusión, la democracia”, finalizó del decano.

Consciencia

No es fácil hacer ese cambio de actitud, no somos conscientes del deterioro del que somos responsables.

Equilibrio

Hay que buscar un equilibrio entre las técnicas de construcción antiguas y las nuevas, en las formas de aprovechar la energía.

Compromiso

Tenemos un compromiso: formar profesionales éticos y con valores, que respeten la naturaleza, la humanidad, la diversidad, la inclusión, la democracia.

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