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Hasta hace unos años se creía que estas fuentes de energía renovable solo podían suplir entre el 20% y el 30% de las necesidades de energía eléctrica de Estados Unidos, según el informe de la revista Energy and Environmental Science.
Actualmente, el país obtiene aproximadamente dos tercios de su electricidad de combustibles fósiles (gas natural, carbón y petróleo) que contribuyen al calentamiento global con sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Una quinta parte de la electricidad que se utiliza en Estados Unidos proviene de fuentes nucleares y otro 15% de fuentes renovables, repartido en un 7% de energía eólica y un 1% de solar, mientras que la energía hidroeléctrica y otras fuentes representan el resto de las fuentes de energía limpia, de acuerdo con el ente a cargo de la información sobre la energía, la US Energy Information Administration.
Para ver cuánto podrían aportar la energía eólica y solar en los próximos años, los investigadores de la Universidad de California, Irvine (UCI), el Instituto de Tecnología de California y la Carnegie Institution for Science analizaron 36 años de datos meteorológicos por hora en Estados Unidos, desde 1980 hasta 2015.
“Analizamos la variabilidad de la energía solar y eólica tanto en el tiempo como en el espacio, y la comparamos con la demanda de electricidad de Estados Unidos”, explicó el coautor Steven Davis, profesor asociado de Ciencia de Sistemas Terrestres de la UCI.
“Lo que descubrimos es que podíamos obtener, de manera confiable, alrededor del 80% de nuestra electricidad de estas fuentes mediante la construcción de una red de transmisión a escala continental o infraestructuras que puedan almacenar 12 horas de la demanda de electricidad del país”, explicó.
La ampliación de la transmisión y el almacenamiento en Estados Unidos requeriría una inversión “muy sustancial, pero no inconcebible”, según los investigadores.
Por ejemplo, las nuevas líneas de transmisión requeridas podrían costar cientos de miles de millones de dólares; pero almacenar tal cantidad de electricidad con las baterías más baratas que existen hoy en día, probablemente costaría más de mil millones de dólares, de acuerdo con el informe.
En el futuro, Estados Unidos, que es el segundo mayor contaminante del mundo después de China, debería considerar fuentes de energía de bajas emisiones de carbono para cumplir los requerimientos que no puedan satisfacer la energía solar y eólica, según el informe.
“Nuestro trabajo indica que se necesitarán fuentes con bajas emisiones de carbono para complementar lo que podemos aprovechar del viento y el sol hasta que las capacidades de almacenamiento y transmisión estén en el nivel” necesario, dijo el coautor Ken Caldeira, de la Carnegie Institution for Science. “Las opciones podrían incluir la energía nuclear e hidroeléctrica, así como la gestión de la demanda” , dijo.