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1. - La revisión del Anexo C de Itaipú incluye la verificación de los aspectos financieros y de prestación de servicios de electricidad de la usina binacional; es decir, en el 2023 se negociará sobre posibles ingresos adicionales para el Paraguay a través de la tarifa de Itaipú y de la tarifa aplicada a la energía que le pertenece pero que no usa, que a la fecha está restringida en el destino y en el precio.
No incluye nuevas obras y se debe delimitar la vigencia de lo consensuado. Deben tomar decisiones sobre:
a).- Tarifa de venta de Itaipú y modalidad de contratación.
b).- Tarifa de cesión de energía al Brasil.
c).- Posibilidad de venta a terceros países.
d).- Ajuste de los royalties.
e).- Resarcimientos a los representantes de las altas partes contratantes.
2.- Debemos plantear estos puntos:
- Mantener la tarifa de venta de Itaipú y modalidad de contratación actual. (preferencia de uso de la energía garantizada).
- Aumento de la tarifa de cesión de energía a Brasil, al menos a 30 US$/MWh.
- Posibilidad de venta a terceros países, a tarifa mayor de 30 US$/MWh
- Ajuste de los royalties.
3.- En Itaipú, entre los años 1985 y 2017, se recibió por la cesión de energía el importe de US$ 3.723 millones por la cesión de 1.076.639 GWh. Lo que representa que Paraguay cedió al Brasil a una tarifa promedio de 3,46 US$/MWh. Cabe señalar que desde el 2011 hasta la fecha es de 9 US$/MWh y Brasil transfiere esos pagos en tiempo y forma. El valor de la cesión de la energía actual en Itaipú y la establecida en el Acta de Entendimiento de Yacyretá de 2017 está muy por debajo de un valor razonable de la energía, que debiera ser al menos 30 US$/MWh.
4.- Hoy la gente debe ser el contralor principal de las decisiones que afectan no solo su presente sino principalmente el futuro de varias generaciones. Itaipú puede ser el punto de inflexión del crecimiento y desarrollo del Paraguay y no se puede decidir entre cuatro paredes y luego esperar que todos apoyen. La negociación debe partir de empoderamiento de la ciudadanía sobre lo que conviene al Paraguay en Itaipú y los negociadores solo deben cumplir el mandato, situación que dará más fortaleza y legitimidad a lo resuelto en el 2023.
5.- En temas de ingeniería, probablemente, el Paraguay tenga a los mejores del mundo en formación técnica y siempre ha sido así, Itaipú es la mayor obra de la ingeniería del país. Lo técnico queda a criterio de las decisiones políticas y es ahí donde se necesita patriotismo y decisión firme sobre los objetivos buscados en la negociación y evitar especulaciones que prolonguen la toma de decisiones. El nuevo Presidente de la República deberá corregir el acta de entendimiento de Yacyretá y evitar que se repitan situaciones similares en Itaipú en el 2023, es su potestad y una obligación que la historia del país le reclamará.
Por otro lado, debe terminar la impunidad para aquellos que han tomado decisiones en contra de los intereses del Paraguay, que hará que los siguientes directores y/o ministros asuman sus cargos con una óptica diferente.
6.- Para que el Paraguay acceda al 100% de su energía de Itaipú es necesaria la construcción de una segunda Línea de Transmisión de 500 kV, que salga de la margen derecha de Itaipú y llegue a un punto de la región oriental donde se pretenda impulsar un desarrollo económico. Yo no optaría por que llegue a Villa Hayes, por cuestiones de seguridad y confiabilidad del sistema. La realidad es que la energía que no utilizamos la debemos vender a alguien y si no es Brasil, debemos pagar un peaje por las redes brasileras o argentinas para llegar a otros países. El excedente de energía lo tendremos hasta el 2033 en Itaipú y lo que nos falta es una posición firme para defender nuestros intereses en Itaipú y que justamente el 2023 es la brillante oportunidad para realizarlo.
7.- No estoy de acuerdo, se deberá pagar una suma muy alta sin asegurar su venta. Esa energía no se podrá colocar internamente y para venderla a otros países se deberá pagar peajes elevados y si se piensa en comercializar en otros países, las barreras de entrada que colocan los órganos reguladores lo hacen inviable. El mejor camino es utilizar nuestra energía, invertir en infraestructura en distribución, incrementar el uso de la energía eléctrica en la matriz energética y aplicar tarifas justas. Así como el Paraguay exige tarifas justas al Brasil, también se deben aplicar tarifas justas y adecuadas para fomentar el consumo interno a nivel nacional.
Lo que sí debe hacernos pensar es si los 3.723 millones de dólares recibidos por el Paraguay en 32 años han sido utilizadas eficientemente y en qué se destinarían unos ingresos de 3.140 millones de dólares que recibiría el Paraguay si se mantiene la tarifa de cesión actual (que ojalá no sea así) o cifras mayores de acuerdo a las negociaciones sobre la tarifa de cesión.
8.- El tema de Itaipú debe ser una causa nacional. Se debe hablar en las aulas de las escuelas, colegios y universidades. Así como en los hogares, el trabajo y charla de amigos. Se deben realizar conferencias a todos los niveles nacionales e internacionales. La sociedad paraguaya debe ser partícipe y la comunidad internacional también debe observar lo que suceda en el 2023 y hasta se podría llegar a un arbitraje internacional si no hay acuerdo favorable para el país.
9.- Desde la Guerra de la Triple Alianza, pasando por la eliminación de los Saltos del Guairá para construir Itaipú, el relacionamiento con el Brasil no ha sido fácil. Pero con el funcionamiento de las turbinas de Itaipú los brasileños siempre han cumplido con lo establecido en el Tratado en cuestiones de pagos al Paraguay en tiempo y forma, motivo por el cual la deuda de Itaipú se pagará toda en el 2022 y está muy distante de la situación en Yacyretá. Lo que debemos hacer es plantear en forma clara y concreta a la posición paraguaya, debidamente justificada, sobre la energía paraguaya de Itaipú y solicitar lo que nos corresponde, con la aprobación y convencimiento de toda la ciudadanía paraguaya y colocar la situación ante la mirada de la comunidad internacional. El Paraguay no debe pedir favores a Brasil, solo pedirá lo que le corresponde, y si no hay acuerdo entre los países, se decidirá en instancias superiores, como en un arbitraje internacional.