¿Empresa familiar?: OJO con el protocolo

Muchas empresas han sido iniciadas por un fundador con el fin de mantener a su familia, pero a medida que la misma ha ido creciendo van enfrentando desafíos propios de la estructura necesaria para cumplir los objetivos de rentabilidad y eficiencia.

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Es normal que esa vorágine de las primeras décadas de la empresa lleve al fundador a asumir múltiples funciones y a concentrar en sí mismo la toma de decisiones, constituyéndose quiera o no, en el centro de la organización.

Luego, cuando ingresan los hijos u otros familiares a la empresa, se incorporan cambios algunas veces planificados y otras veces por la fuerza del mercado o del ímpetu de los actores.

Éxito de la empresa o armonía familiar

El éxito empresarial, que se mide con indicadores operacionales como rentabilidad y eficiencia de procesos, no debería ir a contramano con la armonía de la familia, pero muchas veces las cuestiones no resueltas, esas conversaciones que no se dan en nombre de la “paz familiar” pasan una factura muy alta a la siguiente generación, pues terminan socavando tanto a la empresa como a la familia.

Invariablemente, nos encontramos con una confusión de roles, en la empresa: ¿es el papá o el presidente? ¿Es el hijo o el gerente? ¿El marido de la hija también va a trabajar en la empresa? Estas y muchísimas otras cuestiones deberían ser resueltas a través de conversaciones profundas y decisiones anticipadas, las cuales se plasman en un documento que se denomina protocolo familiar, el cual sirve para regular las relaciones entre la familia empresaria y la empresa familiar, a fin de que una no interfiera con la otra o por lo menos no se afecten negativamente.

Podríamos decir que el protocolo es un documento en donde consta el consenso de los miembros de la familia propietaria de la empresa y se redacta bajo el compromiso de respetar esos acuerdos, con el fin de alcanzar en la actual y las futuras generaciones el éxito de la familia empresaria, es decir la rentabilidad en la empresa y armonía en la familia.

Sin duda, no se trata de una receta mágica que convierta instantáneamente a la empresa familiar en una familia empresaria, tampoco se trata de una redacción copiada de una empresa amiga o que hayamos encontrado en internet, pues justamente la importancia del documento radica en la profundidad de las conversaciones y en la capacidad de lograr acuerdos que incluyan a todos los miembros de la familia.

El trabajo no inicia ni termina con la redacción, pues es un ejercicio de reflexión y discusión permanente que llevan a cabo los accionistas y futuros accionistas de la empresa familiar. El dueño puede ser identificado como el fundador, de hecho es común que mezcle el dinero de la empresa con los gastos de su casa, y dicho proceso de formalización impedirá que se sigan dando este tipo de prácticas dañinas para la empresa. Pero, además y fundamentalmente, los hijos tendrán que comprender y cambiar sus hábitos, pues ellos ya no serán dueños, en todo caso serán accionistas, pero el dinero de la caja de la empresa no es de ellos, pues cuando la empresa paga sus gastos está perjudicando a otros en su derecho a recibir las utilidades de la empresa.

Uso práctico y legal

El protocolo permite dejar en claro, anticipadamente, qué lugar van a ocupar los miembros de la familia dentro del sistema formado por familia – empresa, en donde se debe analizar a la familia desde diversos alcances: familia nuclear, extensa, política y siguientes generaciones; y por otro lado, la empresa deberá contemplar la visión de la propiedad, dirección, gerenciamiento, operativa y gestión.

Llegar a acuerdos sostenibles y que se respeten implica participación de la actual generación a cargo de la empresa y de las próximas generaciones que serán propietarias de la misma, esto afectará la forma de ver a la organización, pues no se tratará de una herencia sino de un legado, que implica un compromiso de respeto, cuidado, protección y crecimiento a largo plazo para nuevamente dejar en manos de la siguiente generación el esfuerzo familiar.

Por ello, no servirá un acuerdo donde se ha debido imponer una decisión o se ha procedido a votar por mayoría, la reflexión obliga a comulgar en la visión pues se deben lograr consensos plenos en cada cláusula a redactar, no pueden haber perdedores ni ganadores, todos deben tener la oportunidad de expresar lo que piensan y lo que sienten, llevando para ello el tiempo que sea necesario en cada caso.

El protocolo familiar incluye cláusulas que pueden ser clasificadas acorde a su capacidad de considerarse obligatorias para sus miembros, por ello en el mismo instrumento encontraremos cláusulas que:

Deben respetar las leyes y normativas vigentes, es decir son de cumplimiento exigible por imperio de la ley;

Se constituyen como un contrato privado entre las partes, dando el marco de un cumplimiento obligatorio que puede ser reclamado e incluso demandado;

Podríamos considerar un pacto de honor, por lo que su incumplimiento sería punible moralmente por la propia familia.

Por lo anteriormente señalado, cabe recalcar la fundamental importancia de que el protocolo sea redactado a la medida de cada familia empresaria, respetando valores y principios que rigen el actuar de sus miembros como palabra sagrada.

Si estás pensando que lograr algo así es imposible en tu familia porque tu papá es dictador, tu tío cede nomás aunque no esté de acuerdo para no discutir, tu primo irresponsable es haragán pero quiere plata, tu hermano es problemático, tu prima menor es muy chica todavía, además de que tu primo segundo que trabaja en la empresa se está divorciando y su señora también trabaja en la empresa desde hace años es momento de que comprendas que no existe la familia perfecta.

En todas las familias existen estos y otros casos aun más complicados, por eso justamente hay que parar la pelota y pensar en estrategias, de lo contrario en algún momento todos estos problemas se van a juntar y harán que la empresa parezca el peor de los mundos, sumiéndose en inconvenientes que podrían haber sido evitados generando adecuadamente las conversaciones.

Es vital que se definan con anticipación cuestiones primordiales como, por ejemplo, si podrán o no trabajar parientes de sangre y políticos en la empresa, cuáles serán los órganos de gobierno, quiénes los integrarán y cuáles serán sus responsabilidades, quiénes serán los propietarios y el temido, huido y fundamental tema de la sucesión también deberá estar sobre la mesa.

Desde luego que este traje a medida necesita ser construido en el marco del respeto, con mucha apertura y flexibilidad, para ello la familia empresaria necesita contar con un asesor especialista en temas de empresas familiares que tenga conocimientos técnicos y habilidades humanas claves que aportarán asertividad al proceso, como armar el ambiente propio para las conversaciones, brindar una escucha activa, influir en las conversaciones y estar preparado para el manejo de conflictos.

La empresa familiar da paso a una familia empresaria a través de estas conversaciones, simplemente recuerda dos cosas:

1) La familia crece más rápido que la empresa, y 2) para que todos reciban beneficios de la empresa, ella primero debe existir y subsistir. Sigamos hablando de dinero, porque así aprendemos a manejarlo mejor.

gloria@ayalaperson.com.py

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