El sector automotor: reflejo del dinamismo económico

El parque automotor del país ha aumentado significativamente en los últimos años, alimentado por dos factores principales: el incremento sostenido de la importación de automóviles y el ensamblaje de motocicletas, aunque en las estadísticas de la Dirección del Registro del Automotor, solo poco más de 364.000 motocicletas han sido inscriptas, contra las más de 1.000.000 ensambladas en el país, lo que demuestra un alto grado de informalidad en los tenedores de este bien.

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Los automóviles, autos y camionetas de distintas cilindradas constituyen los productos más importantes del sector, no solo por la cantidad de unidades sino por toda la cadena de productos y servicios que incorporan: importadores, distribuidores, combustibles, lubricantes, comercio de repuestos, servicios mecánicos, entre otros. En escasos tres años, entre los años 2011 y 2014, la cantidad de automóviles se ha incrementado en un 18%. Una vez más, se observa que durante un buen año agrícola, y de crecimiento del PIB, como en 2013, presenta también un fuerte incremento del parque automotor.

El crecimiento del parque automotor se asocia a la marcha de la economía en general, pero a su vez representa serios desafíos de gestión de obras públicas, con obras que permitan volver más fluido en tránsito en las zonas más pobladas por un lado, y por el otro de instalar infraestructuras en las zonas con menor densidad.

La importación de automotores

El parque automotor paraguayo crece tanto por la importación de vehículos nuevos o cero kilómetro, como por la introducción al país de vehículos usados, en su gran mayoría provenientes del mercado japonés y con el sistema de dirección modificado (volante cambiado).

La legislación vigente así como los bajos costos de importación y modificación de los vehículos usados son los principales factores de aumento en la cantidad de unidades importadas, pasando de poco más de 20.000 automóviles en 2007 a casi 55.000 en 2013, es decir un crecimiento acumulado de más de 35.000 vehículos en solo seis años. Serias disputas comerciales enfrentan a los importadores de vehículos nuevos con los de usados, debido al estado y antigüedad de los mismos, con consecuencias posteriores asociadas a la contaminación ambiental por problemas de combustión, al tratarse de automóviles con más de diez años de uso. En cuanto a los automóviles nuevos, las cifras si bien son crecientes, las mismas no tienen la misma magnitud que los usados. En el mismo periodo, 2007 a 2014, la importación de vehículos nuevos pasó de 9.000 a casi 27.000 unidades.

El costo al público

La predilección de los consumidores hacia los vehículos usados se explica fundamentalmente por el costo y diversidad de la oferta, así como la reciente flexibilización de sistemas de pago.

La mayoría de los vehículos importados usados tiene costos muy inferiores a los nuevos. Esto se observa en los valores promedios de importación de cada automóvil. Estos valores se mantienen relativamente estables en el tiempo. Los automotores nuevos tenían en 2013 un valor promedio unitario de casi 17.000 dólares, mientras que en el caso de los usado era solo de 3.700 dólares, es decir más de 10.000 dólares más barato.

No debe olvidarse que en sus inicios el esquema del negocio de la venta de automóviles usados fue muy informal y ante el aumento de la demanda por este tipo de productos, se generó una sobreoferta por la importación de grandes cantidades de automóviles. En solo dos años, 2012 y 2013, más de 100.000 vehículos usados han sido introducidos al país, mientras que a los importadores de vehículos nuevos les lleva cuatro años introducir esa misma cantidad.

Si a esto se agrega la expansión de la clase media, el creciente poder adquisitivo de la población, se comprende la preferencia de los automóviles usados. Sin embargo, una pauta de consumo cada vez más eficiente parece observarse en el mercado, donde comienzan a preferirse también automóviles nuevos bajo la figura de la venta financiada.

Los créditos al sector

La financiación ha sido una herramienta de utilización creciente por parte de los importadores de vehículos. Los datos del Banco Central del Paraguay indican que el sector requirió de montos cada vez más altos. Al mes de julio del año en curso, el sistema financiero otorgó créditos por un total de 210 millones de dólares, contra 44 millones de la misma moneda a inicios de 2008. Sin embargo, en el último año los créditos fueron creciendo también desde los consumidores. Dos tipos de financiamiento sobresalen. En primer lugar el otorgado por las empresas importadoras de vehículos nuevos, tasas y plazos ajustados a las capacidades de pago de los clientes (plazos de hasta 60 meses), así como ofertas de bancos y financieras con productos específicos y similares plazos. El exceso de liquidez en el sistema financiero, como resultado del volumen creciente y del desempeño positivo de la economía, favorece en cierta forma la ampliación de créditos para el sector automotor.

Las importadoras de vehículos usados también han diseñado e incorporado prácticas financieras, ante la voracidad de la competencia en el segmento. De esta forma, los créditos aparecen como oportunidades para adquirir o cambiar de automóvil, donde el monto de las cuotas parece más importante que el plazo e interés para los adquirientes.

Distribución geográfica

En las décadas anteriores los automóviles eran considerados como bienes prohibitivos por el costo de los mismos, por lo que su distribución era bastante irregular, concentrándose naturalmente en las ciudades y zonas más dinámicas. Sin embargo, las economías regionales emergentes han modificado las condiciones iniciales.

Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el 66,8% de hogares de zonas rurales cuentan con transporte propio, siendo este un automóvil o una motocicleta, mientras que los hogares urbanos tienen una cobertura menor. Lo más relevante de estos datos es el aumento de la disponibilidad de estos bienes en un corto periodo de tiempo. En solo cuatro años, los hogares rurales han aumentado en un 17,1% el acceso a transporte propio, confirmando de forma indirecta el descenso de la pobreza en las zonas rurales. Es justamente en estas zonas donde el automóvil y la motocicleta tienen un valor relativamente mayor ya que permiten el acceso rápido y barato a las respectivas ciudades regionales, favoreciendo el acceso de la población rural a servicios de salud y educación, además de representar una opción laboral suplementaria. Paradójicamente, el incremento de automóviles y motocicletas en las zonas rurales estaría favoreciendo el arraigo no solo local sino también regional.

Las zonas y departamentos con mayor población y actividades económicas presentan las mayores cantidades de automotores, liderados por Central, Asunción, Alto Paraná e Itapúa.

Desafíos del sector

El crecimiento el sector es necesariamente positivo. No obstante se debe reflexionar sobre las formas y especificaciones del crecimiento. Pensar en el desarrollo del sector de automotores conlleva necesariamente plantearse el funcionamiento coordinado de toda la cadena y no solo en el parque automotor actual ni en el proyectado exclusivamente, sino en el conjunto de servicios vinculados. Algunas interrogantes pueden guiar las tomas de decisiones futuras. Es conveniente, tanto para la sociedad como para el ambiente, seguir introduciendo vehículos usados como en las condiciones actuales (sin controles de calidad) ¿Cuál es el tamaño del parque automotor ideal? ¿Cuándo aliviaría una modificación profunda del transporte público? ¿Cuáles deberán ser las infraestructuras y también la gestión del tránsito terrestre y vial en las ciudades y regiones del país?

En un país sin acceso directo al mar y con limitaciones inconscientes sobre la conectividad, los automóviles representan no solo un bien de alta significación social, sino también una herramienta cotidiana que asocia confort, consumo y producción.

Zonas

Las zonas y departamentos con mayor población y actividades económicas presentan las mayores cantidades de automotores.

55 mil

De poco más de 20.000 automóviles en 2007 se pasó a casi 55.000 en 2013, es decir, hubo un crecimiento acumulado de más de 35.000 vehículos en seis años.

Desafíos de gestión

El crecimiento del parque automotor se asocia a la marcha de la economía en general, pero a su vez representa serios desafíos de gestión de obras públicas, con obras que permitan volver más fluido el tránsito en las zonas más pobladas por un lado, y por el otro de instalar infraestructuras en las zonas con menor densidad.

O km y usados

El parque automotor paraguayo crece tanto por la importación de vehículos nuevos o cero kilómetro, como por la introducción al país de vehículos usados, en su gran mayoría provenientes del mercado japonés y con el sistema de dirección modificado (volante cambiado).

En un país sin acceso directo al mar y con limitaciones inconscientes sobre la conectividad, los automóviles representan no solo un bien de alta significación social, sino también una herramienta cotidiana que asocia confort, consumo y producción.

La financiación ha sido una herramienta de utilización creciente por parte de los importadores de vehículos. Los datos del BCP indican que el sector requirió de montos cada vez más altos. Al mes de julio del año en curso, el sistema financiero otorgó créditos por un total de US$ 210 millones.

Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el 66,8% de hogares de zonas rurales cuentan con transporte propio, siendo este un automóvil o una motocicleta, mientras que los hogares urbanos tienen una cobertura menor. Lo más relevante de estos datos es el aumento de la disponibilidad.


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