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Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo indicaba que a inicios del año 2015 el ingreso total de remesas de América Latina y el Caribe fue de poco más de 65.000 millones de dólares, mostrando un leve crecimiento con respecto a los años anteriores. La causa del incremento de las remesas debe ser explorada en las condiciones económicas donde residen los migrantes.
De igual forma, el impacto de los ingresos será mayor cuando la población en situación de pobreza sea más pronunciada. En efecto, las remesas percibidas por los familiares en el país de origen se utilizan especialmente para satisfacer las necesidades de alimentación principalmente y de mantenimiento de la vivienda.
El incremento de los envíos recibidos por paraguayos en los últimos años, contrasta en cierta forma con las escasas posibilidades de inclusión laboral en el país, lo que obliga a una parte de la población a migrar. La ecuación conformada por la emigración y el envío de remesas puede parecer positiva, puesto que los paraguayos que trabajan y generan ingresos en el extranjero inyectan capital a la economía paraguaya, que no realizó inversiones ni mayores esfuerzos en la producción de los recursos financieros. Además, la migración que genera las remesas descomprimió el mercado laboral nacional.
Al mismo tiempo, la emigración representa una pérdida en la capacidad de generación de producto para un país, debido a la disminución de mano de obra disponible, esta vez no vista solamente como carga social, sino también como factor de producción.
Por esta razón, el modelo de crecimiento económico o de consumo de las familias basado en el uso cotidiano y creciente de las remesas no puede asegurar un desempeño auspicioso del sistema productivo local o nacional.
La dependencia que se genera a partir de las relaciones entre los distintos factores de producción hace de los envíos un instrumento de generación de divisas muy importante, pero de posible efecto efímero o dependiente de las condiciones de contexto en el país de destino.
La disminución de la actividad productiva y de servicios que experimentó España en los últimos años es suficiente prueba de las limitaciones de este modelo de generación de divisas, que fue confirmado por el operativo retorno que experimentaron miles de paraguayos que lograron reinsertarse al mercado de trabajo paraguayo.
El costo social de la emigración, entendido como el conjunto de pérdidas o desajustes familiares por la salida de uno de los miembros o en algunos casos de ambos integrantes principales del hogar, implicó dejar a niños y jóvenes bajo el cuidado de otros parientes.
Las remesas a partir de la Encuesta Permanente de Hogares
Los departamentos que cuentan con más hogares que reciben remesas son Itapúa y Guairá, con más del 10%, mientras que los departamentos mayormente ganaderos, como Presidente Hayes y Amambay presentan los porcentajes más bajos. En lo que respecta al origen, Argentina y España lideran los países que con mayor frecuencia realizan remesas de dinero hacia Paraguay.
Estos envíos, sin embargo, no aparecen como una de las fuentes más importantes de ingresos de las familias paraguayas, donde el trabajo y el empleo ocupan el primer lugar. Pero para las familias de menores ingresos, las remesas constituyeron una de las fuentes significativas de recursos monetarios, alimentando el consumo local y la satisfacción de las necesidades básicas vitales.
El valor promedio de las remesas percibidas por los hogares que disponen de un familiar trabajando en el exterior es de alrededor de 700.000 guaraníes mensuales, en 2015. Al analizar las variaciones por zonas geográficas se observan importantes diferencias. Así, las zonas rurales perciben en promedio 100.000 guaraníes menos que las zonas urbanas (800.000 guaraníes para las zonas rurales y 900.000 guaraníes para zonas urbanas).
En los últimos años, sobre todo a partir de último “boom” de las remesas, que se intensifican a partir del año 2006, los envíos se formalizan mediante la participación de las instituciones financieras necesarias para realizar las transacciones, especialmente cuando España se convierte en el origen principal de las remesas.
En la década anterior, cuando las remesas provenían esencialmente de Argentina, otras formas de envío eran utilizadas, como las empresas de transporte, limitando y dificultando su registro y por lo tanto su impacto y relevancia.
Con respecto al origen de las remesas la Encuesta Permanente de Hogares arroja resultados insospechados, como la alta participación de lo percibido desde Brasil a escala nacional y especialmente urbana, mientras que para las zonas rurales sobresale España como origen principal, seguido de Estados Unidos, mientras que Argentina se situaba muy por detrás y con montos inferiores. La crisis económica argentina repercutió significativamente en la capacidad de generar ingresos de los migrantes paraguayos, limitando la capacidad de enviar el dinero.
Las remesas experimentan fluctuaciones según los ritmos y el desempeño de las distintas economías nacionales, que por esta razón se vinculan de forma indirecta. Por ejemplo, España se convirtió en un destino atractivo para los migrantes paraguayos, pero cuando las condiciones económicas comenzaron a degradarse las remesas también disminuyeron, provocando inclusive el retorno de connacionales.
Remesas, migraciones y opciones de retorno
La emigración en búsqueda de mejores oportunidades de crecimiento y desarrollo personal y familiar es un indicador de las condiciones sociales y económicas limitadas en el país de origen. En el caso de Paraguay, las crisis económicas y la escasez de opciones de inserción laboral fueron los detonantes claves que impulsaron la emigración.
Sin embargo, el periodo de crecimiento económico sostenido que viene experimentado el país no solamente limita la salida de la fuerza laboral, al generar una demanda creciente de empleo, sino también favorece el retorno de los paraguayos que trabajan en el exterior, especialmente los de países en situación de crisis.
Las remesas permitieron incluir a miles de personas a los sistemas financieros formales que abrieron las puertas a nuevos servicios y opciones de financiamiento para distintas iniciativas.
La participación efectiva de las instituciones financieras ha logrado mejorar la utilización y el destino de las remesas percibidas, mediante productos específicos orientados no solo al consumo, sino a la creación de pequeñas y medianas empresas. En efecto, las remesas permitieron satisfacer la demanda primaria de las familias, pero que luego de satisfechas debían enfocarse hacia actividades productivas y comerciales. De esta forma, las remesas fueron concebidas como herramientas disparadoras para la creación de empresas.
Finalmente, la recuperación de la economía paraguaya fue acompañada de algunos programas estatales de repatriación de paraguayos residentes en el exterior. No debe olvidarse que la capacidad de inserción laboral no depende solamente del dinamismo productivo o de la demanda de mano de obra, sino también de la capacidad de la mano de obra en términos de formación técnica y de capacidad de aprendizaje.
* La emigración representa una pérdida en la capacidad de generación de producto para un país debido a la disminución de mano de obra disponible, esta vez no vista solo como carga social, sino como factor de producción. También de efecto efímero, por la dependencia de las condiciones del país de destino.
* El valor promedio de remesas percibidas por hogares que disponen de un familiar trabajando en el exterior es de unos G. 700.000 mensuales, en 2015. En áreas rurales reciben en promedio G. 100.000 menos, que en la zona urbana (G. 800.000 para el campo y G. 900.000 para la ciudad).
* En los últimos años, los envíos recibidos en Paraguay superaron US$ 580 millones, lo que implica una inyección de dividas equivalente a la mitad de la cadena de la carne. La emigración en búsqueda de mejores oportunidades de crecimiento es un indicador de las condiciones sociales y económicas limitadas en el país de origen.