El crédito tiene un impacto positivo en la felicidad

Cinco de cada diez personas que obtienen financiamiento aseguran que el acceso a microcréditos les ha permitido la recuperación de la esperanza de un cambio y la reconstrucción de su autoestima, facilitando esto una actitud positiva y el acceso a más bienes de consumo entre otros, según revela una investigación que realizamos en forma conjunta con la colega economista Zulma Espínola y cuyo propósito principal fue determinar si la obtención de crédito permite un mayor nivel de bienestar. El 44,7% de los beneficiarios señaló un estado más feliz después de la obtención y una minoría (12%) que no le afectó.

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Reservamos la última entrega de este clásico dominical correspondiente a este 2012 para presentar a nuestros lectores el producto de una labor realizada en el marco del concurso “Proyectos de investigaciones de profesores e investigadores de las distintas unidades académicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA)”, correspondiente al año 2012 y organizado por el Rectorado de la UNA. Junto con la colega economista Zulma Espínola hemos llevado adelante la investigación “MICROFINANZAS Y FELICIDAD. EL CASO PARAGUAYO, como un humilde aporte a la literatura del sistema financiero paraguayo, el sector mejor regulado de nuestra economía.

Para ello fue objetivo general la determinación de si el acceso al crédito permite un mayor nivel de bienestar. Y, complementariamente, analizar el efecto de los créditos de microfinanzas en el bienestar individual, ver el mecanismo de las microfinanzas en el Paraguay y así evaluar cuáles son los factores que más impactan en el nivel de felicidad de los usuarios de créditos. El instrumento que se utilizó en la investigación es un cuestionario que sirvió de base para encuestar a beneficiarios de microcréditos hasta un monto de G. 50.000.000. Los resultados señalan que el indicador de felicidad es mayor en personas de mayores ingresos y que el bienestar declarado es mayor en personas con mayor educación. También los impactos económicos, social y personal dan a entender que a mayor crédito hay un mayor bienestar.

Perfil económico

En nuestra investigación, el 71% de los encuestados declara percibir un ingreso igual o superior a G. 2.000.000 y un 13,1% de G. 1.000.000 a G. 1.500.000. En cuanto al empleo actual se observa bastante paridad entre patrón (30,7%) y trabajador por cuenta propia (31,3%). Bajo la forma de unipersonal (49,7%) y propietarios de empresa familiar (40%).

Con relación a las respuestas sobre el destino del préstamo se observa en primer lugar la ampliación del local (32%) seguido de compras de maquinarias (22,7%) e insumos (28,7%).

Sobre el lugar de obtención del crédito, los bancos figuran en primer lugar (51,5%), seguido de cooperativas (20,1%) y empresas financieras (19,4%), entre otros.

Impacto económico

Para los usuarios de los microcréditos el principal impacto económico ha sido el aumento del ingreso familiar (63,9%) seguido del incremento del empleo independiente. Mientras que la adquisición de máquinas y herramientas figura en tercer lugar.

Impacto social y familiar

Los encuestados declaran que el acceso al microcrédito y a una nueva fuente de trabajo les ha permitido la mejora en las condiciones de la vivienda y la participación con otros grupos de microempresarios. Asimismo, el acceso a entrenamiento y capacitación y la mayor socialización son factores positivos numerados entre los impactos.

Impacto personal

Es notoria la respuesta masiva, en un 52,7%, de que el acceso a microcrédito ha permitido la recuperación de la esperanza de un cambio y la reconstrucción de la autoestima, facilitando esto una actitud positiva y el acceso a mayores bienes de consumo entre otros.

Evaluación subjetiva

Ante la pregunta última de la encuesta ¿Es usted más feliz después de obtener el crédito? la respuesta mayoritaria (44,7%) fue positiva mientras que el 43,3% respondió que es feliz y un 12% que no le afectó.

El propósito principal de esta investigación fue determinar si el acceso al crédito permite un mayor nivel de bienestar. Como resultado de la aplicación metodológica fueron obtenidos datos que sustentan esta premisa. El 44,7% de los beneficiarios de créditos señaló un estado más feliz después de la obtención y una minoría (12%) que no le afectó. Además las tabulaciones presentadas en la sección anterior robustecen este objetivo, debido a que el cruzamiento con otras variables permiten deducir que se cumple en la mayoría de los usuarios del microcrédito. Este trabajo expone un nuevo enfoque en el área de microfinanzas, en cuanto a investigar la relación entre las microfinanzas y el bienestar o felicidad del beneficiario del microcrédito.

La importancia de los servicios financieros es que amplían las posibilidades de ahorro y gasto de los hogares y empresas, permiten canalizar recursos para financiar las oportunidades de inversión, aprovechar y desarrollar talentos empresariales, mejorar la calidad de vida, además de promover el desarrollo y crecimiento económico y de incentivar la estabilidad financiera.

En América Latina

En América Latina, la principal razón señalada para no tener cuenta es el alto costo por transacción y el cobro de comisiones por saldos mínimos. De acuerdo con los registros del mercado financiero global, el 10% de los cuentahabientes las tienen sin movimiento en economías en desarrollo, mientras que en economías desarrolladas ese porcentaje se reduce al 2%.

Según las últimas investigaciones del Banco Mundial sobre este tema, el 75% de las personas pobres del mundo no poseen una cuenta bancaria, no solo a causa de la pobreza, sino también de los costos, las distancias de traslado y la cantidad de trámites necesarios para obtenerlas. Aproximadamente el 25% de los adultos que ganan menos de US$ 2 al día guardaron sus ahorros en una institución financiera formal, según una encuesta de 2011, realizada por el Banco Mundial a aproximadamente 150.000 personas de 148 países.

Paraguay es uno de los países de la región latinoamericana que se caracterizan por una baja cobertura financiera, que al cierre del primer trimestre de este 2012 apenas superaba las 700.000 personas, alrededor del 24% de la población económicamente activa (PEA), compuesta por más de 3.000.000 de personas. Aparentemente, hay conciencia sobre el enorme esfuerzo que se necesita en forma conjunta de los sectores estatal y privado para ir superando las innumerables dificultades para que cada vez más agentes económicos puedan transformarse en ciudadanos financieros, por su capacidad de ahorrar, que además les permita acceder a préstamos para financiar la adquisición de bienes, iniciar una actividad comercial, invertir en educación, tener cobertura en el área de la salud, volver realidad el sueño de la casa propia. Es un desafío muy complejo que, definitivamente, exige más de un periodo presidencial para su logro.

El problema de no estar bancarizado también se vincula con la desigualdad de ingresos: el 20% más rico de los adultos que viven en países en desarrollo tienen más del doble de posibilidades de poseer una cuenta de una institución formal que el 20% más pobre. Esta falta de bancarización significa, por ejemplo, que las mujeres en las ciudades rurales necesitan viajar grandes distancias al banco más cercano para recibir con seguridad el dinero enviado por familiares que viven en el extranjero. También quiere decir que los agricultores no cuentan con seguros para sus cosechas cuando las inundaciones y la sequía acaban con sus ganancias. Paraguay, en este momento, está sufriendo las consecuencias de estos vaivenes climáticos. En nuestro país, la inclusión financiera forma parte de las políticas públicas en una tarea encomendada a las instituciones del área, como la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), el Banco Nacional de Fomento (BNF), el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH), el Fondo Ganadero (FG) y la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat).

Profundización

La profundización financiera es el grado de penetración de los servicios financieros en una economía. Este indicador mide el grado de desarrollo del sistema financiero y por ende, el de una economía y viceversa. Su cálculo corresponde a la relación que existe entre los depósitos y créditos con el Producto Interno Bruto (PIB). La profundización financiera en el Paraguay ha tenido un comportamiento histórico ascendente, si analizamos el periodo comprendido entre el año 2006 al 2011 se observa que la relación depósitos/PIB ha tenido un crecimiento absoluto del 14,1% y la relación créditos/PIB un aumento de 14,7%. El comportamiento que han tenido estos indicadores nos muestra el mayor dinamismo del sector financiero con respecto a la economía toda. A nivel regional, los mismos indicadores nos muestran que Paraguay en el periodo 2006-2010, se ubica dentro del promedio de los países en términos de profundización financiera, con un 25,7% y 35,5% en sus relaciones de crédito/PIB y depósitos/PIB respectivamente. Según la muestra analizada, superado tan sólo por Uruguay, Brasil y Chile.

Indicadores de bancarización

La bancarización corresponde a la medición del uso de instrumentos financieros como medios de pago para realizar transacciones. Se calcula relacionando el número de depositantes o deudores con la población total o con la población económicamente activa. Los indicadores de bancarización se definen en este informe como la cantidad de deudores o depositantes como proporción de la PEA ocupada (Población Económicamente Activa). La bancarización como proporción de los deudores se encuentra en 22,9% a diciembre de 2011 y como proporción de los depositantes ronda el 25,4% para el mismo periodo. La cantidad de deudores se ha incrementado de 332.308 en el 2006 a 667.202 en el 2011, lo que representa un aumento del 101% en 6 años.

Esta es, básicamente, una síntesis de la investigación que realizamos como aporte de la comunidad científica y cuyo contenido íntegro presentaremos en un libro en el año 2013.

Destino

En el destino del préstamo, primero está la ampliación del local (32%) seguido de compras de maquinarias (22,7%).

Paridad

En cuanto al empleo actual se observa bastante paridad entre patrón (30,7%) y trabajador por cuenta propia (31,3%).

broa@abc.com.py

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