Economía 2018: dos semestres con velocidades distintas

La marcha de la economía paraguaya durante este 2018 fue diversa, con elementos favorables en algunos periodos y otros menos benévolos. El clima ha sido, como siempre, un aspecto relevante y, otra vez, positivo, ya que no se han producido ni sequías ni inundaciones que hubiesen podido afectar tanto a los cultivos agrícolas como a la producción ganadera. Además, los niveles de precipitaciones normales aseguran que los ríos, sobre todo el Paraná, dispongan de suficiente caudal para generar mayor cantidad de energía eléctrica para las represas de Itaipú y Yacyretá.

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El año económico comenzó de forma positiva debido al desempeño de la agricultura, cultivo que fue realizado a fines de 2017, pero que se cosecha en 2018.

La plantación de soja es la principal siembra de verano y que en cierta forma determina el primer semestre económico, debido a que la cadena de valor genera en su conjunto alrededor de 6.000 millones de dólares. Este sector es el principal inyector de dólares a la economía, incluso mucho más que las binacionales. 

Un elemento en cierta forma inesperado fue el buen precio que tuvo la soja durante el momento de la zafriña o segunda zafra, debido a la sequía que afectó a Argentina y que le ocasionó una pérdida de alrededor de 10 millones de toneladas, con lo cual el complejo industrial del vecino país tuvo que adquirir la oleaginosa de la región, especialmente de Paraguay. 

La agricultura tuvo un desempeño correcto, pero comparado al año anterior, su participación bajó debido a que los rendimientos, especialmente de soja, estuvieron por debajo de 2017, que fue un año excepcional. Por esta razón, el aporte de la agricultura al crecimiento del Producto Interno Bruto en 2018 será necesariamente inferior que el año 2017. 

En el segundo semestre no hubo producción agrícola. Generalmente, en esta etapa la ganadería muestra un mayor dinamismo a los dos principales destinos: Chile, por su pico de demanda de sus fiestas patrias en el mes de setiembre, y Rusia por ser el periodo (verano en el hemisferio norte) cuando los barcos pueden llegar a los puertos del norte de Rusia, específicamente San Petersburgo. 

El negocio ganadero consiste entonces en aprovechar el verano cuando disponen de pasturas y entregar animales al frigorífico en invierno (julio, agosto y setiembre). Sin embargo, la cadena de valor de la carne es significativamente menor a la soja, alrededor de 1.500 millones de dólares anuales. 

Una diferencia con la agricultura es que los costos ganaderos están casi en su totalidad en guaraníes, por lo tanto, los productores cuando cobran en dólares deben cambiar a guaraníes, impactando así sobre el tipo de cambio. No debe olvidarse que para la ganadería las condiciones productivas, industriales y comerciales se mantuvieron estables y relativamente similares al 2017, aunque el hato de ganado bovino no crece desde hace años, mientras que la faena sí aumentó, favorecida por la demanda tanto de Rusia como de Chile. 

En cuanto al sector financiero, se observa cierta recuperación, como resultado de la alta liquidez que por el incremento del crédito ha ido bajando y se encuentra en niveles cercanos al promedio histórico.

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