Dígale a su jefe que está aburrido

Enfrentémoslo: usted necesita a su jefe. Es quien le asigna tareas, se asegura de que le paguen, lo mantiene despierto durante las reuniones y, con suerte, lo protege cuando comete alguna estupidez.

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Pero su jefe suele ser el último en enterarse cuando usted está preparado para dar un paso adelante en su carrera. Sépalo: es trabajo suyo manejar a su jefe, y esto incluye notificarlo sobre su deseo de pasar a otro nivel, de abordar un proyecto diferente o incluso de asumir un nuevo puesto en otra área de la compañía. Pero usted no puede entrar en su oficina así sin más para decirle: “Estoy listo para hacer otra cosa”.

Primero debe haber cumplido con creces sus objetivos y responsabilidades actuales. Debe contar con un gran historial de buen desempeño. También lo ayudará entender la cultura organizacional. Si solo ha estado en su puesto un año, y el código no escrito de la compañía es que los mánagers deben “cumplir su debido proceso”; bueno, sería ideal tomarlo en cuenta antes de abrir la boca. Además, debe tener un plan. Una idea de lo que quiere y algunas razones de por qué su idea es brillante.

Si quiere hacer más, ¿por qué cree que es capaz de asumir nuevas responsabilidades? Si obtiene un nuevo puesto, ¿quién tomará sus antiguas obligaciones? ¿Por qué necesita realizar un cambio justo en este momento? ¿Cuál es su plan de carrera en el largo plazo? Piense en todo, anticípese a lo que su jefe
podría decir, sentir y hacer, y tenga prestos los argumentos. 

Esté listo para defender su posición, y trate de llevar la conversación hacia el lugar que más le conviene: por qué el cambio será positivo para usted y para la compañía.

Hable acerca de su trabajo ideal y ofrezca razones que tengan sentido. Quizá el cambio se trate de ampliar su rol actual o dejar de hacer algo para focalizarse en alguna otra tarea especial. Quizá se trate de asumir una posición de liderazgo más elevada en su propio departamento.

Sea lo que sea, tenga claros los hechos y cuente con buenas razones. Diga: “Esto es lo que pienso sobre por qué es bueno para mí y para la empresa”. Sea firme, pero no arrincone a su jefe. El secreto es pedirle su apoyo para que lo ayude a alcanzar sus metas. Después de contarle lo que le gustaría hacer, pregúntele qué piensa. No tema pedirle ayuda.

Su jefe es la persona más importante en su vida laboral.

Puede acelerar su carrera o hacer que descarrile.

No espere sentado a que le asigne una tarea más excitante. Ármese su propio modelo. Hágale una oferta, preséntela con pasión y convicción, y apele a su sentido del orgullo. Así conseguirá ayuda. Si le fue bien en su puesto, tiene bastantes chances de que su jefe lo auxilie.

Un consejo: no tenga miedo de hablar.

* Steve Arneson es presidente de Arneson Leadership Consulting y autor de Bootstrap
Leadership.

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