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La caída del dólar, en promedio de 200 puntos en lo que va del año, ha generado mucha preocupación a los exportadores, principalmente a los del sector cárnico que ven amenazadas sus oportunidades de rentabilidad. Por su parte, el Banco Central se mantiene firme en su postura de no intervenir, dejando que el tipo de cambio siga las reglas del mercado.
Técnicos de la autoridad monetaria del país explicaban el viernes último que el tipo de cambio se mueve por otras variables, como el referencial de la tasa de interés, condiciones de crecimiento de la economía, inflaciones y lo que está marcando mucho nuestro mercado, las expectativas de un fuerte crecimiento del producto interno bruto (PIB).
El grueso en el flujo de la divisa norteamericana aún no está llegando porque nuestros exportadores están aún a la espera de la liquidación por sus ventas. Empero, se sabe que con certeza habrá más flujos hacia adelante, entonces la expectativa hace que los agentes tengan un comportamiento hoy y, antes que ocurrir esos ingresos, ya se anticipan.
Pusieron como ejemplo un hipotético caso de suba en el precio del gasoíl en las próximas horas. Por precaución, la gente quiere anticiparse al aumento y carga cuanto menos el equivalente a un tanque lleno. Eso mismo ocurre con el mercado de divisas donde los agentes se anticipan ante el buen año y buenos ingresos esperados.
Las últimas semanas se caracterizaron por tener al BCP como el “muro de los lamentos” con gremialistas de la producción que lanzaban alerta ante la cada vez más baja cotización del dólar frente al guaraní y las nefastas consecuencias que tendrá este hecho sobre los diferentes rubros exportables. La tendencia que tiene la divisa es a una baja aún mayor, pudiendo llegar inclusive bajo la línea de los G. 4.000 para estacionarse en torno a los G. 3.700. Sin embargo, nuestros agroexportadores no fueron lo suficientemente precautelosos en cubrirse en contratos de forward aunque ejecutivos del sector bancario nos decían que en los últimos días hubo un despertar interesante.
El dólar y su comportamiento global
El euro actualmente puede ser comprado en 1,3450 dólares lo que representa una depreciación del dólar de 1,8% con respecto a su cotización de inicios de enero y de 3,7% con respecto a inicios de diciembre del 2012, lo que muestra un inicio de año con un dólar más débil a nivel mundial. Con los niveles del déficit de cuenta corriente de EE.UU. el mercado internacional no espera un dólar más fuerte que los niveles actuales. Por otro lado, el FMI proyecta un modesto crecimiento económico de 2% para Estados Unidos en el 2013 lo que contribuirá a lo mencionado anteriormente. Finalmente, por el lado internacional uno esperaría que el dólar siga débil en lo que va del 2013.
La falta de definición del límite de deuda de Estados Unidos tampoco es un punto menor como para despreciarlo y pensar que se dará sin incidencias sobre dólar en el mundo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el Congreso deben llegar a un acuerdo para fines de marzo con miras a incrementar el techo de la deuda de 16,4 billones de dólares y sobre el destino de 85.000 millones de dólares en recortes automáticos de gasto gubernamental que fueron pospuestos. También el Parlamento estadounidense discute sobre la aprobación de un proyecto de ley para financiar al Gobierno después de que expiren las medidas temporales.
Otro foco que no podemos perder de vista es el anuncio realizado el viernes último por el Banco Central Europeo: 278 entidades adelantarán el pago de préstamos otorgados en 2011. Ya se habla de un “relanzamiento del euro”. Serán 184.300 millones de dólares que volverán al BCE antes de tiempo, luego de que un grupo de bancos haya elegido la estrategia de cancelar en la primera oportunidad el dinero que recibieron a préstamo. En este contexto, la expectativa favorable hacia la canasta de moneda europea podría subir de tono en detrimento del dólar cuyo país de origen no tiene aún plenamente dimensionado hasta donde impactará el mal que padece y que se llama “precipicio fiscal”.
El mercado local
En el mercado de divisas al igual que cualquier otro bien el precio se determina por las interacción de la oferta y la demanda. El análisis de la determinación de precios se realiza observando los factores que determinan la oferta y la demanda. Por ejemplo, por el lado de la demanda de dólares se encuentran los importadores de bienes de consumo y de capital. ¿Qué se esperaría en una economía cuyo crecimiento para el 2013 ronda el 10% según estimaciones del BCP? En las clases de los profesores de economía (no muy populares por cierto en la masa estudiantil) nos enseñan que un aumento del ingreso de las familias implica un aumento en el consumo, por lo tanto uno esperaría que los bienes de consumo importados también aumenten y por ende la demanda de dólares por parte de los importadores tenga ese mismo comportamiento.
Por otro lado, un año en que el sector agropecuario aguarda una producción récord, se esperaría que realicen inversiones que no pudieron ejecutarse en el periodo anterior, esto obviamente representa un aumento en la compra de bienes de capital y, por ende, un aumento de las importaciones del mismo. Por el lado de la oferta, en un país agroexportador como el nuestro, desde finales del mes de noviembre pasado los diferentes sectores estuvieron anunciando un año con una producción de cereales récord lo que obviamente generará un ingreso de divisas a la economía. Esto sumado a la recuperación de mercados en el sector cárnico hará que la oferta de dólares aumente.
¿Qué esperamos que el BCP realice en el mercado de divisas en 2013?
El BCP tiene como principal objetivo la inflación, por lo tanto la entidad se centra primordialmente en dicha meta.
El ente monetario podría dejar que el tipo de cambio se aprecie de acuerdo a la demanda y oferta en el mercado lo que podría generar algo de volatilidad o realizar compras en el mercado a fin de suavizar la caída. Pero lo que no podrá hacer el BCP es frenar la apreciación del guaraní, es decir, cambiar la tendencia, ya que ello implicaría cambiar el esquema cambiario, de uno flotante a uno fijo. Vale asumir que el fijo fue sepultado con el stronismo, su último bastión quizás en todo el mundo.
Finalmente, en el caso que el BCP realice operaciones para suavizar la caída del tipo de cambio, habrá de esperar una tasa de interés de política monetaria aún mayor que la que ya se espera en una etapa expansiva del ciclo económico. Esto último podría generar un círculo vicioso (quizás virtuoso para algunos) de apreciación debido a que en un contexto internacional de tasas de interés baja, una tasa de interés mayor generaría una mayor entrada de capitales. En los últimos años el BCP consiguió una inflación menor y, lo más importante, con menor volatilidad, cumpliendo con su principal propósito y contribuyendo a la estabilidad macroeconómica. Los beneficios están a la vista: Excelente colocación de bonos en el mercado internacional. Por lo tanto, con una política monetaria sólida coordinada con una política fiscal eficiente, nos queda confiar en esta institución que ha consolidado su gestión en los últimos cinco años y sugerirle que “no se coma los amagues”.
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La caída del dólar, en promedio de 200 puntos en lo que va del año, ha generado mucha preocupación a los exportadores.
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