¿Cuántas casas sociales podríamos construir con los viáticos de la Cajubi?

Dicen que la gula es uno de los siete pecados capitales. Debe ser cierto porque la grasa en el corazón y la mente mata más que el hambre en la Tierra.

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Además de todo lo afirmado en nuestras series sobre la Cajubi, Caja Paraguaya de Jubilados de Itaipú, siempre se acumula algo nuevo en el espacio reservado para el asombro. Hemos recibido en estos días unas pruebas contundentes sobre una próspera industria sin chimeneas que está creando una nueva casta de ricos en la Itaipú, la industria del viático. Más adelante abordaremos la otra actividad, mucho más salvaje y predatoria, la industria de los honorarios profesionales.

Después de la creación y promulgación de la Ley de Transparencia, la Nº 5282 del 2014, que reglamenta el Art. 28 de la Constitución Nacional, hemos quedado con una gran esperanza. Muchos pensamos que se acabarían los secretos inconfesables de las binacionales y de entes como Aduanas, Secretaría de Tributación y otras. Creemos que estamos por buen camino, pero aún con pocos frutos verdaderos, es por ello que pedimos al Director General de la Itaipú que publique en el portal de la web esta tabla que anexamos.

Antes de entrar en detalles es necesario aclarar que, conforme al reglamento interno vigente en la Cajubi, aprobada por Resolución del Consejo de Administración, RCA 039/09 y ajustado por RCA 047/2012, el consejo de la Cajubi sesionará ordinariamente cada dos meses, y en forma extraordinaria “tantas veces como fuere necesario”. En esta última expresión está la canilla abierta para los amigos. Las sesiones extraordinarias son convocadas ocasionalmente para tratar temas prioritarios que no pueden esperar 60 días para resolverlos. Pensamos que este concepto de “cuando fuere necesario” implica, tácitamente, algo extremadamente importante. Sin embargo, así como está hoy, los jubilados tenemos la impresión que estas convocatorias se hacen solamente para autoconcederse graciosamente este beneficio.

Ellos alegan que “es legal”, pero nosotros que no es ético. Tampoco es moralmente sano otorgar tanto dinero a unas pocas personas, que ya ganan considerablemente bien como empleados de Itaipú, y otros que ya tienen doble jubilación, IPS + Cajubi. En una sociedad con un 17% de pobres extremos, donde la mitad del país tiene menos de 35 años y 18% desempleado, esto resulta agraviante. Es una bofetada social.

El consejo de la Cajubi debería acompañar la política de austeridad la que tanto se ufana el director general, y gastar lo ahorrado en obras realmente “sociales”. Por más que los “gastos administrativos” los banque la binacional, por ley, eso no otorga una credencial de discrecionalidad.

Otras cuestiones importantes para aclarar es que Itaipú tiene su propio reglamento de viáticos y de gratificaciones. Este contempla la racionalidad, especialmente cuando el tiempo comisionado excede varios meses continuados. El presidente actual tiene sede CHI, es decir Central Hidroeléctrica Itaipú, pero hace más de tres años que está cobrando viáticos. Nadie dice que no cobre, sino que lo haga en forma razonable y cumpliendo estrictamente la reglamentación interna. Todos sabemos que un traslado permanente equivaldría a perder dos conceptos vitales: la diferencia regional del 13% y de otro muy importante, la ayuda habitacional otorgada a los antiguos y que no poseen viviendas de IB.

Los consejeros de la Cajubi reciben “dietas” equivalentes a cargos gerenciales de Itaipú. Para el presidente es similar al del superintendente y la suma es de G. 9.534.900 mensuales; para los consejeros es igual al de un jefe al de departamento, es decir G. 7.151.100 mensuales.

Por otra parte, creemos que un síndico es el funcionario que debe vigilar, fiscalizar y alertar sobre los probables malos manejos. El mismo no puede asistir a todas las reuniones ordinarias y extraordinarias sin el riesgo de considerarse “cómplice” de alguna negligencia del Consejo. El síndico es la última línea de defensa contra los malos manejos administrativos y la corrupción. ¿Qué pasa cuando un síndico también participa de esta comilona crónica llamada viático?

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