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Estos montos de dinero al estar bajo el concepto de “a la vista” permiten que los propietarios tengan un acceso inmediato a ellos ya sea girando un cheque, realizando un retiro de la caja, una extracción de un cajero automático, pagando sus cuentas desde internet o realizando transferencias electrónicas a otras cuentas, incluso de distintas entidades bancarias. Por ello, el banco no paga intereses por el tiempo que ese dinero se encuentre en las cuentas.
¿Gano, pierdo o empato?
Depende. Si, en realidad, ese dinero es de constante giro para vos, por ejemplo, el uso corriente que le das a tu salario, entonces la practicidad de la cuenta corriente o la caja de ahorro justifica el hecho de que no recibas intereses. Incluso si te pagaran algún mínimo interés, quizás se trate de un monto que, por los pocos días que tu dinero está en la cuenta, represente en efectivo algo insignificante. En ese caso, el valor que le das a la facilidad de acceso a tu dinero es mayor que la rentabilidad que esperas recibir.
Sin embargo, el hecho de tener tu dinero sin utilizarlo en la cuenta corriente representa una pérdida real de poder adquisitivo pues, por efecto de la inflación, en promedio tu dinero valdrá un 4,5% anual menos sin que hagas nada.
La otra opción es que tengas un presupuesto mensual de gastos bien estructurado, de tal forma a definir claramente tu excedente y ese dinero destinarlo a inversiones financieras que puedan proveerte de intereses, así tu dinero ganará lo suficiente como para revertir la inflación y además, probablemente, quedará una diferencia a tu favor que sería tu ganancia real.
Algunas personas no quieren realizar depósitos a plazos porque piensan ¿y si necesito mi dinero, qué voy a hacer? Bueno, los certificados de depósitos de ahorros (conocidos como CDA) que emiten los bancos y financieras por los depósitos a plazo fijo, en realidad, son muy líquidos (capacidad de convertirse en efectivo rápidamente).
Es decir, el propietario puede vender esos títulos en cualquier momento, de hecho actualmente, a través de las casas de bolsa, estos instrumentos tienen una liquidez promedio de entre 24 a 72 horas y, usualmente, el vendedor empata o gana en la venta. La variación del precio al momento de vender los títulos depende básicamente de dos factores: la tasa de interés del título y la tasa de interés promedio del mercado al momento de la venta.
Hace unos días, estuve explicando este simple concepto a una potencial inversora, ella había vendido una propiedad y tenía poco más de G. 400 millones durmiendo desde hacía más de 20 días en su cuenta corriente. Me comentó que estaba pensando en comprar un departamento pero que aún no estaba convencida de ello.
Entonces, le pedí que me regale G. 2.192.000, de onda, porque le caigo bien. Ella se río sin comprender lo que yo le decía. Le dije directamente que si ella estaba dispuesta a perder ese monto por no hacer nada, también podría regalármelo. Nos privamos de gustos o caprichos para no gastar, pero no nos damos cuenta de cuánto estamos perdiendo por no decidir asertivamente en cuestiones financieras.
El simple cálculo que le hice fue multiplicar los G. 400 millones a una tasa del 10% de interés anual dividido 365 días y multiplicado por los 20 días que ella había perdido de tiempo. Es decir, su pérdida real de intereses al tener su dinero en cuenta corriente, en lugar de depositarlo a plazo fijo, ha sido: (400.000.000 x 10%) / 365) x 20 = G 2.191.780.
Es más, esa tasa de intereses se consigue en varias entidades financieras a partir de un monto de G. 100 millones, por lo que ella podría dividir su capital en tres o cuatro instituciones y entonces su dinero estaría contando con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos que cubre, por persona y por entidad, hasta 75 salarios mínimos (en este momento aproximadamente G. 137 millones).
Practicidad o comodidad
El no saber o no conocer ya no es una excusa válida y, cuando de dinero se trata, es importante movilizarse y dejar la comodidad para poder ganar dinero sin trabajar. Al fin y al cabo, depositar el dinero y cobrar intereses, parece una interesante forma para hacer crecer nuestros ingresos.
La trampa psicológica del status quo consiste en no cambiar la situación actual porque resulta cómoda, pero justamente es una trampa que nos impide movernos a un lugar mejor. Cuando aprendemos conceptos nuevos, esto nos permite avanzar sin temor, al conocer algo distinto nuestra posibilidad de evaluar opciones antes de decidir nos regala la tranquilidad de encontrar un nuevo espacio igual o más cómodo que el anterior.
Con la mirada puesta en mejorar nuestros ingresos sin trabajar más, podemos aprender y evaluar cual sería el instrumento financiero que mejor se adapte a nuestros intereses. Para ello, resulta clave evaluar el perfil de aversión al riesgo que cada persona tiene, así cuando identifiquemos si somos agresivos, balanceados o conservadores también podremos decidir asertivamente sobre el tipo de inversión que se adapte a nuestro perfil.
Luego, habría que analizar el capital del que disponemos. Si es un monto mensual el que podemos destinar a inversión, entonces el instrumento ideal quizás sea un fondo de ahorro programado, para formar un capital que luego podamos invertir. En cambio, si tenemos un monto único que puede ser invertido, entonces las opciones abarcan los instrumentos financieros y bursátiles, como los CDA, los Bonos y las Acciones.
Si disponemos de dinero por unos cuantos días al mes, por ejemplo, si tenemos una peluquería, una tienda, un colegio o una constructora recibimos dinero y sabemos las fechas en las que debemos realizar pagos de alquiler, impuestos, salarios etc.; entonces disponemos de dinero de corto plazo, quizás por 22 días o tal vez por 2 meses: Para éstos casos, la mejor opción sería depositar en un fondo mutuo disponible que permite tener acceso al dinero a los tres días de solicitar el rescate. Es similar a una cuenta a la vista, pero con una rentabilidad promedio de 4,5% al año que se calcula diariamente.
Estos y muchos otros instrumentos financieros pueden permitirte incrementar la rentabilidad de tu dinero, pero antes de tomar una decisión lo mejor es acudir a un asesor financiero de tu confianza, para aprender más y vivir mejor. Sigamos hablando de dinero, así aprendemos a manejarlo mejor.
Mejor
Con la mirada puesta en mejorar nuestros ingresos sin trabajar más, podemos aprender y evaluar cuál sería el mejor instrumento financiero.
Privar
Nos privamos de gustos para no gastar, pero no nos damos cuenta de cuánto estamos perdiendo por no decidir asertivamente en cuestiones financieras.
gloria@ayalaperson.com.py