Cordillera: entre el declive de la agricultura familiar y la emergencia del sector comercial y de servicios

La comarca asuncena, es decir toda la región colindante con la capital, fue tradicionalmente el espacio de asentamiento de miles de familias campesinas, dándole un claro perfil productivo agrícola y en menor medida pecuario, aunque de escasa productividad y casi exclusivamente orientada al consumo familiar, según observa Investor Economía

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Cordillera es uno de los departamentos cuya economía se sustentaba fundamentalmente en la producción agrícola. Sin embargo, entre 1991 y 2008 este departamento perdió casi 4.000 fincas agropecuarias, es decir una disminución de casi el 25% de las fincas en menos de 20 años. De igual forma, la población rural del departamento experimentó una disminución de más de 60.000 personas en el mismo periodo, dando cuenta de dos procesos vinculados: por un lado, el declive productivo agrícola, y, en segundo lugar, la atracción de las ciudades, representando nuevas oportunidades económicas, facilitadas en gran parte por la proximidad a la capital del país.

El mismo fenómeno puede ser observado desde la composición y evolución de los sectores económico. En la década de 1990 la población económicamente activa (PEA) del sector terciario supera a la del sector primario. Mientras la PEA del sector primario disminuía fuertemente entre 1962 y 2002 (esta se dividió prácticamente por dos), la PEA del sector secundario y terciario se había triplicado.

El cultivo principal comercial del departamento, la caña de azúcar, ha debido luchar contra los niveles medios de productividad por hectárea y contra el contrabando de azúcar, afectando la rentabilidad de los agricultores. La producción de azúcar orgánica de Arroyos y Esteros representa una opción alternativa para la agricultura familiar.

Las ciudades de Caacupé, Altos, Piribebuy, San Bernardino y Tobatí han concentrado la evolución del sector terciario y secundario. Efectivamente, la ciudad de Caacupé ha visto diversificarse notablemente su oferta comercial y de servicios, mientras que asistió a una multiplicación de pequeñas industrias alimentarias (fabricación de dulces, envasadoras de agua mineral, etc.). Si Tobatí no ha experimentado el mismo nivel de desarrollo del sector terciario, esta ciudad ha visto instalarse una multitud de pequeñas industrias artesanales de ladrillos y de cerámicas. Importantes flujos de camiones abastecen y transportan la producción de estas pequeñas fábricas a las zonas de consumo, polarizadas por Asunción y las ciudades de la zona metropolitana.

El nuevo dinamismo urbano de Cordillera

A mediados de la década de 1990, el departamento de Cordillera empieza a superar una grave crisis demográfica que se iniciaba en los años 1970. Asimismo, las políticas de colonización agraria que se iniciaron en la década de 1960 incentivaron el traslado de poblaciones desde la zona agrícola tradicional (departamentos de Paraguarí y Cordillera esencialmente) hacia los departamentos por colonizar y poblar (Caaguazú, Alto Paraná y San Pedro). De este modo, entre 1962 y 1992, el departamento de Cordillera experimentó un verdadero estancamiento poblacional: en este periodo, su población apenas creció en 10.000 habitantes. Mientras que el departamento de Paraguarí experimentaba una situación similar, el departamento de San Pedro incrementaba su población a altura de 90.000 habitantes, según Investor.

Por otra parte, los datos demográficos señalan que fue la población urbana la que sostuvo el crecimiento poblacional del departamento, especialmente cuando se empieza a registrar la tempranera disminución de la población rural (a partir de la década de 1970). Asimismo, las ciudades de Caacupé, Altos, Atyrá, Emboscada, Eusebio Ayala, Piribebuy, San Bernardino y Tobatí iban fortaleciendo su peso poblacional. Sin embargo, las demás ciudades del departamento (que tienen de 400 a 3.500 habitantes) conocían un estancamiento demográfico. Cabe resaltar que es solo a finales de la década de 1990 que la capital departamental fue consolidando su influencia regional, alimentando el dinamismo de sus distritos vecinos.

De este modo, desde hace menos de dos décadas, Caacupé encarna la figura emblemática de un proceso reciente de homogeneización de los niveles socioeconómicos entre, por una parte, Asunción y su primera/segunda corona y por otra parte, la “tercera corona de desarrollo” de la Gran Asunción. Caacupé integra esta última “corona de desarrollo”, junto con otros municipios como Ypacaraí, Paraguarí, Piribebuy, Itauguá, Itá, Guarambaré, Carapeguá, Ypané y Villeta. Este espacio, que nunca fue identificado como tal, adopta la forma de una “medialuna periférica” que constituye el último frente de desarrollo de la aglomeración de Asunción.

Sin lugar a dudas, este espacio exige una verdadera estrategia de desarrollo que tendrá como principal desafío el de fortalecer una red urbana. De este modo, las principales ciudades de este anillo no solo deberán mirar hacia Asunción, sino que deberán interactuar y complementarse. Esto no será posible sin un proyecto específico de instalación de servicios y de consolidación de las economías urbanas.

En un contexto de masificación del acceso al consumo, Caacupé ha experimentado un desarrollo significativo de su oferta comercial y de servicios. En la actualidad, la ciudad cuenta con nuevas universidades que permiten retener a la población joven de toda la región, que ya no se ve obligada a trasladarse hasta Asunción.

Los supermercados irrumpen también en el paisaje urbano y dan cuenta de las nuevas formas y canales de consumo que rompen con el modelo “tradicional” donde predominaba una oferta comercial elemental (con la figura de los pequeños negocios alimentarios de tipo “despensa”). Los bancos también hacen su llegada, atendiendo a una demanda creciente de asalariados urbanos (funcionarios públicos, empleados de los comercios y servicios, etc.). Además, la presencia de equipamientos “poco convencionales” como los nuevos espacios públicos y el teatro municipal traducen la consolidación de un inédito “ambiente urbano” en la ciudad. Dentro del anillo anteriormente citado, Caacupé juega un papel muy importante al constituirse como polo de desarrollo para todo el departamento de Cordillera e incluso el Norte del departamento de Paraguarí.

En el siguiente cuadro, se observa que Caacupé es la única ciudad que experimenta importantes transformaciones urbanas. Si bien las ciudades de Tobatí, Emboscada, Altos, San Bernardino, o Piribebuy han visto su población aumentar en los últimos años, esto no siempre se tradujo por una diversificación de su oferta comercial y de servicios. Las ciudades aisladas y poco dinámicas (como Caraguatay) deben ser objeto de un fortalecimiento de sus servicios, de modo a atender la demanda de las poblaciones rurales. El desarrollo y la diversificación de las economías urbanas representan un desafío de primer orden en un departamento donde la actividad agrícola está en declive.

Los hoteles aparecen como sobre representados en Caacupé y sus alrededores, lo que se debe evidentemente a la afluencia de turistas durante las fiestas religiosas de la Virgen de Caacupé. Sin embargo, es de notar una incipiente diversificación del sector turístico, que presenta un alto potencial en el departamento de Cordillera, en especial con la emergencia del turismo verde y de aventura.

Por la calidad de sus paisajes y de sus espacios naturales, el departamento de Cordillera está llamado a constituirse como el espacio de referencia para el esparcimiento turístico de los asuncenos. Además, todo parece indicar que el departamento será el escenario de nuevas instalaciones de residencias secundarias, que y no solo interesan a San Bernardino, sino cada vez más a otros municipios como el de Altos o Atyrá. Existe un verdadero desafío de elaborar una verdadera estrategia turística: esta deberá apoyarse en el diseño de circuitos turísticos que a su vez exigirá nuevas instalaciones (infraestructura, hoteles, entre otros) y la organización de los actores locales, entiende Investor.

Fenómeno

Un fenómeno interesante se presenta con el principal atractivo natural de la región el lago Ypacaraí. San Bernardino es la ciudad que tradicionalmente capturó el turismo asunceno durante los meses de verano principalmente. La contaminación sistemática y sostenida del lago, por residuos provenientes principalmente de varios distritos del departamento Central, afectó considerablemente el poder de atracción de turistas. En este contexto surge Altos como “alternativa” a San Bernardino, sobre todo para una nueva clase alta asuncena que ya no encontraba lugar en San Bernardino. Además, el lago se convirtió de un recurso de “contacto directo” en San Bernardino a un recurso “visual y panorámico” en Altos.

El turismo será, sin lugar a dudas, un vector de integración de los subespacios del departamento: los circuitos podrán conectar los paisajes rocosos y las vistas panorámicas de Emboscada, con las vistas al lago Ypacaraí que ofrece el distrito de Altos, con el patrimonio artesanal de Tobatí, con Caraguatay y su sitio histórico de Vapor Cue, etc.

Definitivamente, el departamento de Cordillera y la tercera corona de desarrollo de la Gran Asunción deberán ser objeto de medidas de gestión ambiental y paisajístico más eficientes, tal como lo propone el Plan Estratégico para el Área Metropolitana de Asunción (PEMA).

Este plan propone la conformación de un cinturón verde que irá desde el área de influencia del lago Ypacaraí hasta el sur del departamento Central. Sin embargo, este anillo no podrá contentarse de actuar como “límite de la expansión urbana” sino que deberá dotarse de un verdadero proyecto territorial, donde la estrategia turística no sabrá ser el único componente del proyecto económico.

En resumen, una economía de servicios, con actividades comerciales diferenciadas e inclusive con nuevas industrias parece conformar el esquema económico de un departamento tradicionalmente agrícola. Los desafíos que deben enfrentar los actores socioeconómicos del departamento son la diversificación de los servicios, el incremento de calidad en los mismos, así como la construcción de una marca regional o territorial que permita aprovechar el imaginario positivo que genera el departamento.

Figura emblemática

Desde hace menos de dos décadas, Caacupé encarna la figura emblemática de un proceso reciente de homogeneización de los niveles socioeconómicos entre, por una parte, Asunción y su primera/segunda corona, y por la otra, la “tercera corona de desarrollo” de la Gran Asunción.

Aparición de hoteles

Los hoteles aparecen como sobrerrepresentados en Caacupé y sus alrededores, que evidentemente se debe a la afluencia de turistas durante las fiestas religiosas de la Virgen de Caacupé. Sin embargo, es de notar una incipiente diversificación del sector turístico, que presenta un alto potencial en el departamento.

Por la calidad de sus paisajes y de sus espacios naturales, el departamento de Cordillera está llamado a constituirse como el espacio de referencia para el esparcimiento turístico de los asuncenos. Además, todo parece indicar que el departamento será el escenario de nuevas instalaciones.

La contaminación sistemática y sostenida del lago por residuos provenientes principalmente de varios distritos del departamento Central, afectó considerablemente el poder de atracción de turistas en la región el lago Ypacaraí. Un fenómeno interesante se presenta con el principal atractivo natural.

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